domingo, 17 de diciembre de 2017

Un llamado a nuestros dirigentes, legisladores y autoridades

Los pobres, las autoridades y el poder.

En los tiempos que vivimos como en cualquier tiempo es importante tener presente el criterio divino para observar la calidad de los dirigentes y gobernantes. Esto se resume en el trato con los necesitados: pobres, viudas, huérfanos y extranjeros. A los reyes, gobernantes, dirigentes o religiosos se les llamaba pastores según Ezequiel capítulo 34 donde indica el tipo de actitud que se esperaba de los mismos hacia el pueblo.

La clave en la dirigencia muchas veces solo pasa por ejercitar el derecho a la autoridad. Lamentablemente lo importante no siempre pasa por la  restauración de las personas. Cuando surgen manifestaciones de reclamo lo que suele decirse es que no guardan las normas establecidas. Los marginados y por que no decir los JUBILADOS son invisibles hasta que violan la ley. Sus autoridades no demuestran un interés en las necesidades del rebaño. Su enfoque parece ser solo las leyes, la caja, las cuentas, el déficit, el mercado, la producción, pero se olvidan de los derechos que le corresponde a los mas pobres, indefensos y desprotegidos. Es aquí donde se pierde el propósito y objetivo de las leyes justas por no escuchar el llanto del pueblo necesitado.

El interés de los lideres muchas veces no es hacer la voluntad de Dios, escuchar su consejo, buscar sabiduría. El interés esta centrado en su propia Gloria y Poder. Esto es clave para entender su manera de actuar. La mayoría de los dirigentes, lideres y gobernantes manejan algo de gloria y algo de prestigio humano. Son personas de poder, pero es vital que tengan conciencia que deben confrontarse con la voz de Dios y hacer un cambio. Es una voz que nos llama al arrepentimiento.

Las autoridades en vez de escuchar la voz de Dios muchas veces deciden  eliminarla. Así fue con nuestro Señor Jesucristo. Seguir el modelo de Jesús es muy arriesgado. Seguir su ejemplo puede traernos problemas, pero el camino contrario sería traicionar a Jesús. Si queremos seguir y servir al Dios vivo no queda otro camino que identificarnos con Jesucristo.

En nuestro país se habla de democracia, la importancia en la distribución de la riqueza, el derecho y servicio a los pobres, la libertad, el bienestar, la justicia. Es un buen discurso, pero surge una pregunta: ¿Cómo es nuestra realidad? ¿Se defiende el derecho de unos y se viola el derecho de otros? ¿Qué pasa con los que tienen limitación o poco acceso a la salud, vivienda, educación y trabajo?, ¿Que actitud tomaremos con nuestros JUBILADOS? Pr 31:8-9

La pregunta central podría ser: ¿Estamos siguiendo el ejemplo de Jesús?
Lamentablemente muchas veces no lo hacemos. Jesús es un especialista en descubrir la hipocresía de las autoridades. Asume el pastorado de las ovejas descuidadas por parte de los pastores oficiales (Gobernantes, dirigentes, religiosos, etc)

Oramos a Dios para que nuestros gobernantes tengan temor de Dios en primer lugar. Que no sigan la voz partidaria o arreglo político que nos aleja de la justicia, misericordia y compasión.

»¡Levanta la voz por los que no tienen voz!
    ¡Defiende los derechos de los desposeídos!
 ¡Levanta la voz, y hazles justicia!
    ¡Defiende a los pobres y necesitados!» Proverbios 31:8-9

Carlos Scott
Misión Local y Global (GloCal)
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Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina
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