miércoles, 29 de enero de 2020

LA PRUEBA DEL CAMINO

LA PRUEBA DEL CAMINO
“Abraham había recibido las promesas y fue puesto a prueba”, He 11:17-18
Hubo un momento en la vida de Abraham donde fue probado. Debía ofrecer al hijo de la promesa. El texto de la palabra de Dios dice: “ofreció a Isaac, su hijo único”. La vida es un examen, una prueba, un test donde Dios prueba nuestra obediencia, carácter, compromiso y fidelidad.
En medio de la prueba, Dios está interesado en moldear nuestro carácter, pero es difícil ver el propósito de Dios cuando nos encontramos en un túnel interminable sin luz alguna. Es ahí donde necesitamos coraje ante esperas desgarradoras.
El carácter se desarrolla a través de la prueba y cuando salimos aprobados somos más fuertes. La prueba muestra quienes somos y hacia donde nos inclinamos en la debilidad. Es ahí cuando necesitamos lucidez y relámpagos de esperanza para ver quiénes somos y confrontarnos con la luz de nuestro Dios.
Diferentes áreas de nuestra vida son puestas a prueba. Tarde o temprano somos probados y esto puede suceder cuando las oraciones no son contestadas, cuando las circunstancias son adversas, cuando no vemos cumplidos los sueños que tuvimos.
Cuando somos probados algunas veces, la vida parece un desierto. En el desierto hay precariedad, silencio, soledad y todo esta reducido a lo esencial, lo que es indispensable. La soledad más espantosa se puede romper con una presencia y la angustia más cruel se puede transformar en bendición.
Dios es todo lo que necesitamos y se puede manifestar para liberarnos del egoísmo y la vanidad. La aridez del desierto puede llevarnos a buscar la verdadera vida, porque el silencio puede convertirse en mensaje y la soledad en comunión. Dios nos llama a ser una tierra fecunda que pueda florecer.
¿Has pasado por alguna prueba? ¿Como solemos reaccionar cuando las oraciones no son contestadas o las circunstancias son adversas? ¿Como solemos buscar y experimentar la presencia de Dios en nuestra propia vida?

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