lunes, 30 de septiembre de 2019

Reino, Gloria, Autoridad

“A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el SEÑOR es Dios y que no hay otro”.1 Reyes 8:60
"La gloria, SEÑOR, no es para nosotros; no es para nosotros sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad" Salmo 115:1
“Su autoridad en la tierra nos reta a ir a todas las naciones, Su autoridad en los cielos nos da la única esperanza de victoria. Y su presencia en nosotros no nos deja otra elección”. John Stott


martes, 17 de septiembre de 2019

El riesgo de alcanzar a los no alcanzados - Lausanne Movement

El riesgo de alcanzar a los no alcanzados - Lausanne Movement: “Todos los lugares fáciles están tomados”. Este axioma de las misiones modernas resume rápidamente dónde debe realizarse el trabajo restante de las misiones. Hay una razón por la cual los grupos poblacionales no alcanzados y no contactados (UUPG) aún no…Leer más ›

jueves, 5 de septiembre de 2019

Hudson Taylor

Biografía de Hudson Taylor. Ver en: https://operacionchina.wordpress.com/…/biografia-de-hudson…/ La lectura de la Biblia era para él un deleite y un ejercicio permanente. Un día, cuando ya había pasado los setenta años, se paró, Biblia en mano, en su hogar en Lausanne, y le dijo a uno de sus hijos: «Acabo de terminar de leer la Biblia entera por cuarentava vez en cuarenta años». Y no sólo la leía, sino que la vivía. En abril de 1905, a la edad de 73 años, Taylor hizo su último viaje a China. Su esposa Jennie había fallecido, y él había pasado el invierno en Suecia. Su hijo Howard, que era médico, acompañado de su esposa, decidieron acompañar a Taylor en este viaje. Al llegar a Shangai, él visitó el cementerio de Yangchtow, donde estaba sepultada su esposa María y cuatro de sus hijos. Mientras recorrían las ciudades chinas, Howard pudo comprobar el gran amor que todos le dispensaban a su padre, y también conocer cuál era el secreto de su prodigiosa vida espiritual. Para Taylor, el secreto estaba en mantener la comunión con Dios diaria y momentáneamente. Y esto se podía lograr únicamente por medio de la oración secreta y el alimentarse de la Palabra. Pero ¿cómo obtener el tiempo necesario para estos dos ejercicios espirituales? «A menudo, cuando tanto los viajeros como los portadores chinos habían de pasar la noche en un solo cuarto (en las humildes posadas chinas), se tendían unas cortinas para proveer un rincón aislado para nuestro padre, y otro para nosotros. Y luego, cuando el sueño había hecho presa de la mayoría, se oía el chasquido de un fósforo y una tenue luz de vela nos avisaba que Hudson Taylor, por más cansado que estuviera, estaba entregado al estudio de su Biblia en dos volúmenes que siempre llevaba. De las dos a las cuatro de la madrugada era el rato generalmente dedicado a la oración – el tiempo cuando podía estar seguro de que no habría interrupción en su comunión con Dios. Esa lucecita de vela ha sido más significativa para nosotros que todo lo que hemos leído u oído acerca de la oración secreta; esto significaba una realidad – no la prédica, sino la práctica». Después de haber recorrido todas las misiones establecidas por él, Hudson Taylor se retiró a descansar una tarde de junio de 1905, y de este sueño despertó en las mansiones celestiales. Cosas curiosas en la vida de Hudson Taylor Después de su llamado, Taylor primero se mudó de los confortes de su casa con sus padres y sus 2 hermanas en el hermoso Barnsley de New York a Dainside, Hull, un área deprimente llamada y conocida por su sucia acequia. Taylor había ido allí con el objetivo de trabajar para un doctor y acumular un poco de conocimiento médico y también para acostumbrarse a la soledad y a los peligros de vivir en una tierra extraña donde su única compañía seria Dios. Fue en Drainside donde Taylor aprendió que uno puede confiar en Dios con su último centavo. Un día fue llamado tarde en la noche para presenciar y orar por una mujer enferma con 2 hijos muriéndose de hambre. Mientras el trataba de orar, sus palabras temblaban en su boca porque tenia en su posesión una moneda de plata que responderá su oración y aliviaría sus sufrimientos de alguna manera. “¡hipócrita!”, Escuchó a su corazón condenarlo. “hablándole a la gente acerca de un padre tierno y amoroso en el cielo-y tu no estas preparado para confiar en Él por ti mismo sin tu dinero” Taylor les dió su ultima moneda-ahora solo había un recipiente de quaker entre él y su pobreza! mientras que comía su último alimento recordó las escrituras. “El que le de al pobre, le presta a Dios” El siguiente día recibió un paquete. Dentro había una moneda de oro que valía 10 veces la moneda de plata. Taylor gritó triunfantemente “¡Ese es un buen interés! ¡Ha! ¡Ha! Invertido en el bancote Dios por 12 horas y me da esto!, ¡Eso es el banco para mí! Por lo tanto a los 19 años de edad, Taylor aprendió que podía confiar y obedecer a Dios en cada área de su vida. Había muchas lecciones que aprender, pero al comienzo aprendió que un hombre puede confiar en la palabra de Dios. 3 años antes había recibido a Cristo y confiado en Él como su salvador. A los 16 años Taylor ya había estado desilusionado y harto de su vida. Encontraba la vida de sus padres muy aburrida, a pesar de que asistía a la iglesia muy obedientemente. Cuando un día estaba solo en su casa busco algo para leer. Escogió un folleto evangelistico y comenzó a leerlo. En ese mismo momento a 70 millas de distancia, su madre oraba fervorosamente por la salvación de su hijo. Ese mismo día Taylor oró-su primera oración-y fue respondido. Se convirtió a Cristo. ¡Orar!, y las respuestas de la oración se convirtieron en la pasión de su vida. Aprendió a mover hombres a través de Dios por la oración. Nunca pidió a nadie alguna cosa material. Siempre presentaba todas las necesidades ante su Dios. El doctor con el que había trabajado en Drainside había dicho a su joven asistente, “Taylor, por favor hazme recordar cuando tenga que pagar tu salario, tu sabes, paro muy ocupado, puede que me olvide” y así fue. Pero Taylor recordó que en China él no tendría a nadie para pedirle algo, solo a Dios, así que el simplemente le pidió a Dios que le haga recordar al doctor. Tres semanas después el doctor recordó—pero solo después de que había depositado su dinero. Taylor estaba en la ruina. Era sábado y no tenía dinero para pagar su renta, ni para la comida. Oró hasta las 10 de la noche mientras trabajaba, contento de que no tendría que encarar a la propietaria. Mientras se preparaba para irse, el doctor lo sorprendió “¿que crees?” “¡uno de mis pacientes acaba de pagar sus cuentas! ¡Es uno de mis pacientes mas ricos y siempre pudo haberme pagado en cheque en cualquier momento, ahí está él, aun trayendo el dinero a las 10 en punto el sábado en la noche!” Luego añadió “a propósito, Taylor, también deberías llevar esos billetes, No tengo cambio, pero puedo darte el balance de tu salario la siguiente semana…Buenas noches!”. Sus oraciones fueron respondidas. No podía solo pagar su renta, sino que tenía dinero en mano para más semanas de adelanto, pero mejor que eso, el había probado de nuevo: Dios responde las oraciones y mueve a los hombres. ¡Ya podía ir a China! ¡Y así lo hizo!, habían tormentas en el mar y milagrosos rescates en el viaje a China de 5 meses y medio. Había guerra civil cuando aterrizó en Shangai, rebeldes tomando la ciudad, incendios, hambruna de las cuales de todas ellas lo liberaba Dios. Taylor ministraba en los ríos de la ciudad, se casó y fue testigo de muchos milagros en los chinos convertidos. Cuando volvió a Inglaterra abrió una cuenta de banco: Con 50 dólares a nombre de “la misión interior de China” su objetivo inicial era 24 trabajadores. El siguiente mayo los 24 zarparon. Luego hubo 70 más. Y otros 100 y finalmente, más de 800 misioneros ministraban a través de las extensas millas al interior de China. Verdaderamente este hombre de fe y fortaleza había dominado el ministerio de mover hombres a través de Dios por la oración. ¡Orar!, y las respuestas de la oración se convirtieron en la pasión de su vida. Aprendió a mover hombres a través de Dios por la oración. Taylor murió en 1905, antes de que el comunismo se apoderara de su amada China. Sus días fueron días de extensivo y efectivo evangelismo. Multitudes de chinos convertidos se elevarán al cielo y lo bendecirán. Y muchos trabajadores cristianos de quien sus vidas fueron rescatadas y cambiadas por el contagioso carácter cristiano de Taylor van a continuar en el tren. Nico H O escribio: "Creo que de la vida de Hudson Taylor, que sacrifico todo por la misión a China podemos aprender muchas cosas. En primer lugar que vale la pena jugarse la vida por un propósito mayor que solamente vivir, entretenernos y cumplir nuestros deseos. En segundo lugar, podemos aprender que el Dios que llama es el Dios que provee para aquello que nos llama a hacer. En tercer lugar, que para ayudar a otros, tal vez tengamos que ponernos en su lugar, vestirnos como ellos y entender como piensan. Por último quisiera rescatar uno de los principios más importantes de su vida, entendía que solo no podía, trabajar en equipo, confío en los dones de otros, les dio libertad para trabajar y reconocío sus propias limitaciones." Algunas de sus grandes frases: “No son los grandes hombres que transforman el mundo, sino los débiles y pequeños en las manos de un Dios grande.” “Dios usa los hombres lo suficientemente débiles y pequeños para apoyarse en Él.” “He visto a muchos hombres trabajar sin orar, pero nunca he visto uno que haya orado y no haya trabajado. ” “Estoy tan debilitado que ni puedo escribir, no puedo leer la biblia no puedo siquiera orar, Solo puedo quedar quieto en los brazos de Dios, como un niño, y confiar.” “En un período difícil, es mas importante descubrir lo que Dios quiere decirme, que salir lo antes posible.” “La obra de Dios hecha a su manera siempre tendrá su provisión.” MISIONERO INGLÉS EN CHINA. 5 AÑOS TRADUCIENDO EL NUEVO TESTAMENTO AL DIALECTO NINGPO. EN SU MUERTE EN 1905, HABIAN 205 ESTACIONES o LUGARES CON 899 MISIONEROS Y 125.000 CRISTIANOS CHINOS EN LA MISION INTERIOR DE CHINA.