lunes, 31 de agosto de 2020

INTEGRIDAD vs. MANIPULACIÓN

INTEGRIDAD vs. MANIPULACIÓN “Ese hombre que se llama Jesús”, Jn 9: 8-17 La transformación y sanidad de un ciego fue algo fuera de la experiencia humana y a la gente le costó creerla. El ciego les explico cómo había sucedido su curación. Su testimonio fue sobre “ese hombre que se llama Jesús” (v11). Cuando sus vecinos le preguntaron “¿Y dónde esta este hombre?” Su respuesta fue: “No lo sé”. Tampoco podía describir su apariencia física. Nunca lo había visto y nunca había estado con El. El ciego comenzó a desarrollar un proceso de crecimiento con la bendición de Jesús. Sólo podía afirmarse en su bendición y seguir adelante. Juan les escribe a sus contemporáneos a realizar un peregrinaje, un desarrollo y proceso que está fuera del control humano donde solo dependemos de la bendición de Jesús. Los fariseos se refugiaron en su paradigma y tradición: “Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado (v16). No se alegraron ante este milagro, no afirmaron la misericordia y la verdad. Para ellos la obra de Dios sólo podía ser concebida dentro de su estructura y no perder el control. Estos religiosos terminan presionando e interrogando al hombre, pero el que era ciego contradijo las declaraciones de ellos y dio su primer paso en el seguimiento de Jesús: “Yo digo que es profeta” (v17). ¿Dónde solemos colocar nuestra confianza? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Cómo está nuestro proceso de crecimiento en el seguimiento de Jesús? ¿Qué actitudes o acciones puedo tomar para seguir a Jesús?

Carlos Scott

domingo, 30 de agosto de 2020

¿Quién es el pecador?, Jn 9:1-7

¿Quién es el pecador?, Jn 9:1-7. Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: ¿Quién pecó él o sus padres? – Ni el pecó, ni sus padres - respondió Jesús.
La pregunta de los discípulos reflejaba que la enfermedad era vista como un castigo por el pecado y si un niño nacía con discapacidad le echaban la culpa a la persona o al pecado de los padres. Jesús contradijo la perspectiva de los discípulos y contradice la nuestra. Jesús vuelve a reinterpretar la ley, Ex 20:5.
Ellos veían la ceguera como la consecuencia de un pecado. Jesús por el contrario vio en esta circunstancia un motivo y una oportunidad para hacer la voluntad de Dios. Jesús no busco explicar o justificar la situación sino transformarla. Que la “obra de Dios” sea evidente (v3) y transformar el mundo es lo que Dios quiere. El llamado a los seguidores de Jesús es seguir sus obras y aun realizar otras “mayores”, Jn 14:12.
Es sencillo y muy cruel escondernos en un legalismo que está marcado en que la “culpa es de ellos” y nunca de nosotros. Echarles la culpa a las víctimas es la mejor salida para muchos, porque de esta manera no hace falta darles una mano. Lo que se demuestra en este actuar es justificar la indiferencia frente al sufrimiento humano. ¿Cuánta gente hay herida en nuestro contexto comunitario y religioso?
La sanidad del ciego fue un acto deliberado de “provocación profética”. La curación del ciego nos lanza un desafío a todos nosotros. Si la “obra de Dios” solo tiene que ver con ciertos tiempos y espacios sagrados, entonces podemos olvidarnos de lo que pasa en la calle. No podemos combinar iniquidad con cultos o servicios solemnes, Is 1:11-17. Los religiosos y otros se pusieron coléricos cuando Jesús enfatizo la misericordia por encima de la ley, el reglamento y todo legalismo.
¿Cómo funciona la fe en Dios? ¿Sirve para justificar nuestra indiferencia ante las necesidades humanas? ¿Nos impulsa a los necesitados para que sea evidente la “obra de Dios”? ¿Nos dirige a buscar a las personas que quedaron marginadas ante diferentes circunstancias? ¿Nos lleva a buscar a la iglesia “sin iglesia”? ¿Habrá un “tercer espacio” para volver a encontrarnos y caminar juntos?
Carlos Scott

jueves, 20 de agosto de 2020

IR A LA FIESTA Y QUEDARSE EN ELLA

IR A LA FIESTA Y QUEDARSE EN ELLA
Con el fin de aclarar los misterios del reino de los cielos (o de Dios), Jesús contó la parábola de una fiesta de bodas convocada por un rey, con unos invitados de honor que, al unísono, dijeron que no podían asistir.
El hombre, entonces, decidió invitar a gente que nunca había estado en el palacio, ni sabía de comidas exquisitas y, algunos, ni tenía vestido para la ocasión. Invitó a los que nadie invitaba, gente mala y gente buena.
Cuando el rey entró, vio que un invitado no tenía el vestido apropiado, lo cual, en aquella cultura, era un desprecio peor que no asistir a la boda. Y el rey ordenó que lo sacaran de la fiesta. Jesús finalizó la narración diciendo: “Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos”.
El reino es fiesta. Esa fiesta es para todos. Pero, los que se supone que iban a estar, no van, y participan lo que jamás nadie había pensado en ellos. Pero, aunque es para todos, no es de cualquier manera como se participa. Cada quien escoge si se viste o no con el traje que corresponde. “Vístanse como escogidos de Dios... Sean, pues, profundamente compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos.” (Col.3:12‬). Los crueles, inhumanos, arrogantes e intolerantes, no tienen parte en ese baile.
MATEO‬ ‭22:1-14‬ ‭
“... Después dijo a los criados: “La boda está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de venir. Por tanto, vayan a las encrucijadas de los caminos inviten a la boda a todos los que encuentren”. Salieron los criados a los caminos y reunieron a cuantos encontraron, lo mismo malos que buenos. De esa manera, la sala de bodas se llenó de comensales. Cuando el rey entró a ver a los invitados, observó que uno de ellos no llevaba traje de boda y le preguntó: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?”. Él se negó a contestar. Entonces el rey dijo a los criados: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes”. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
Instagram @ harold_segura
Twitter @haroldsegura
Fanpage de Facebook @haroldsegura
#evangeliodeldia #biblia #espiritualidad #evangelio

lunes, 17 de agosto de 2020

Glocal Mission - Carlos and Alicia Scott and Daniel. Marta e Iker Scott Rizzo -Missions in the Basque Country | How you can support Linguæ Christi's wo...

LA OTRA DEFENSA DE LA FE

LA OTRA DEFENSA DE LA FE
Entre los contemporáneos de Jesús era común pensar —como aún muchos piensan hoy— que había personas que valían más que otras: el varón más que la mujer, el joven más que el anciano, el nativo más que el migrante y el adulto más que el niño.
Los niños y niñas se ubicaban en las escalas inferiores de valor y de respeto. Por eso, cuando un grupo de ellos se acercó a Jesús para que orara y les impusiera las manos, los discípulos reprendieron a quienes los traían. Valían poco.
Para los discípulos, la persona de valor era Jesús y no se le debía deshonrar con tanto bullicio irreverente. Jesús les llamó la atención y se enojó con ellos por su actitud (Mr.10:14). Y agregó algo insólito: que eso niños eran una metáfora del reino de los cielos, porque ese reino le pertenece a los que son como ellos.
Los discípulos querían defender a Jesús y, quizá ese día aprendieron, que a quien debían defender era a los niños, a los pequeños, a las personas que son tratadas como insignificantes del mundo.
En esto también consiste la defensa de la fe: en proteger a quienes defiende Jesús y su Evangelio.
MATEO‬ ‭19:13-15‬ ‭Biblia La Palabra
“Por entonces le presentaron unos niños a Jesús para que orara poniendo las manos sobre ellos. Los discípulos reñían a quienes los llevaban, pero Jesús dijo: — Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es para los que son como ellos. Y después de poner las manos sobre los niños, se fue de allí.”
‭‭‬
Instagram @ harold_segura
Twitter @haroldsegura
Fanpage de Facebook @haroldsegura
#biblia #espiritualidad #evangelio

sábado, 15 de agosto de 2020

Grupos de estudio. Perspectivas del Movimiento Cristiano Mundial

Perspectivas Curso Virtual Conosur ya es una realidad! Mas de 50 grupos que se reunen de manera online! 🇦🇷🇨🇱🇵🇾🇺🇾
#PerspectivasGlobalEspañol #PerspectivasConoSur #propositosglobales #pasionporsugloria #quetodoslospueblosleadoren

viernes, 14 de agosto de 2020

Charla de Capacitación con Daniel Scott

Atención
PCMB vía Zoom 📢
Te invitamos a seguir aprendiendo sobre misiones en estas capacitaciones virtuales💻📲.
En esta oportunidad con el misionero Daniel Scott, desde el País Vasco. Sábado 15/8, a las 17:00 horas.
Sumate. No te la pierdas!!!
Para inscribirte y + info: infopcmb@gmail.com
O enviar un MD a:
@infopcmb o @pcmbrosario

sábado, 8 de agosto de 2020

¿Inocente?, Jn 5:11-18

¿Inocente?, Jn 5:11-18
“¿Quién es ese hombre que te dijo recoge tu camilla y anda? El que había sido sanado no tenía ni idea de quién era, porque Jesús se había escabullido entre la mucha gente que había en el lugar”
"Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo: -Mira ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor”. Juan nos relata dos cosas: la iniciativa de Jesús en provocar una confrontación con las autoridades, y su trabajo personal con el hombre sanado.
Las autoridades se habían desentendido del hombre sobre la base que su enfermedad era producto del pecado. No tenían que esforzarse por ayudar al enfermo porque merecía el castigo que sufría. Su enfoque estaba puesto en que no cumplía la reglamentación porque cargar la camilla implicaba violar la prohibición de trabajar en el día de reposo. Jesús sanó al inválido y rompió definitivamente con tal manera de pensar y actuar. Ahora bien, ¿Por qué le dijo no vuelvas a pecar?
Este hombre no se atrevió a cuestionar la estrechez de los criterios oficiales y le echó la culpa por violar la ley a un desconocido. La “cosa peor” que podría pasarle sería perder su vida por traicionar a Jesús y esto sería la consecuencia de quedar en el lado equivocado del conflicto. El pecado de este hombre no es lo que hizo antes sino lo que hizo después.
“El hombre se fue e informó a las autoridades que Jesús era quien lo había sanado”. A sabiendas de la oposición de los religiosos, el hombre delató a Jesús y por esto las autoridades religiosas le perseguían pues hacía tales cosas en sábado, así que redoblaban sus esfuerzos para matarlo. Lamentablemente este hombre traicionó a Jesús.
Las autoridades en vez de escuchar la voz de Dios decidieron eliminarla. Seguir el modelo de Jesús es muy arriesgado. Seguir su ejemplo puede traernos problemas, pero el camino contrario sería traicionar a Jesús. Si queremos seguir y servir al Dios vivo no queda otro camino que identificarnos con Jesucristo. Jesús nos vuelve a decir: "No me traiciones"
¿En qué casos podemos traicionar a Jesús?¿Suelo colocarme del lado correcto a favor de los que son tratados injustamente y no se respeta su dignidad?


viernes, 7 de agosto de 2020

"Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos", Mr 10:16

"Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos", Mr 10:16
Jesús nos muestra una teología que tiene que ver con el apego, el cuidado, el abrazo, la ternura, la proximidad, aceptación, pertenencia y equidad. Hay empatía, valoración y humildad. Dios nunca pierde el corazón. Nunca. Es una teología del amor que se manifiesta en la autoridad del afecto y el cuidado tierno.
Al pensar en la iglesia Latinoamericana las últimas estadísticas nos indican que el 50 % no se congrega. Hay gente que ha sido avergonzada, humillada, no tratada con respeto, dignidad y equidad. En una sociedad líquida, como el agua que se va entre las manos las personas siguen perdiendo las relaciones sólidas, los vínculos, la cercanía, la confianza y el sentido de comunidad. ¿Podrán volver a confiar?
En la Iglesia y la sociedad del rendimiento con su exceso de positividad, dispersión y autosuficiencia para vivir sin límites hemos perdido el descanso espiritual, emocional y físico. Es como una rodilla que aprieta el cuello de una persona y no le permite respirar. Su medida es utilitaria y política por lo que podemos aportar o dar. La pandemia de la productividad, los resultados, la competencia, la aceleración y el éxito a cualquier costo, nos llevaron a tener una sociedad e iglesia cansada que puede estar alejada de una teología trinitaria de relación, del compañerismo, la amistad, la unidad en el espíritu y cerca del dolor, del lamento, fragilidad y sufrimiento de la gente. ¿Qué tipo de iglesia surgirá después de esta pandemia?
¿Cuáles son nuestros problemas? ¿Es la institución, el clero o liderazgo? ¿El problema son los laicos o feligreses? ¿Qué hemos hecho mal si es que algo hicimos mal? ¿Cuál es el proceso de purificación que necesitamos?

jueves, 6 de agosto de 2020


¿Culpable o Inocente?, Jn 5:1-10

Nos encontramos en la celebración de una fiesta de los judíos. Jesús se encuentra con un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. “Ya tenía mucho tiempo de estar así” (v.6). Jesús toma la iniciativa y le pregunta: ¿Quieres quedar sano?

Su respuesta fue: “No tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y cuando trato de hacerlo otro se mete antes” (v7).  Este hombre muestra la falta de acompañamiento y solidaridad de los demás: Indica su limitación y el tema no es la Fe. Lo único que le hacía falta era la compasión humana, la comunión y la solidaridad. 

Jesús decide centrarse en la Justicia, Misericordia y Humildad. Las autoridades están centradas en la ley, normas, estructura y poder.  Jesús nos muestra una teología que tiene que ver con el apego, el cuidado, el abrazo, la ternura, la proximidad, aceptación, sentido de pertenencia y equidad. Hay empatía, valoración y humildad. Dios nunca pierde el corazón. Nunca. Es una teología del amor que se manifiesta en la autoridad del afecto y el cuidado tierno.

Es importante tener presente que el criterio divino para observar la calidad de los dirigentes religiosos y gobernantes se resume en el trato con los necesitados, Ez 34. Se les llamaba pastores y la voz profética nos reclama que en todo tiempo debemos “fortalecer a la oveja débil, cuidar de la enferma, curar sus heridas, ir por la descarriada y la que está perdida”. Cuando no hacemos esto las ovejas se dispersan por falta de pastor y quedan a la merced de las fieras del campo. El lamento profético es que nadie se preocupa por buscarlas, por hacerles justicia, tratarlas con misericordia, dejar la crueldad y alejar la violencia.

Jesús nos dice: “Levántate, recoge tu camilla y anda”.  El evangelio registra que “al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar” (v.9). Ante la sanidad de aquel hombre se podría esperar una actitud de alegría por parte de las autoridades. Sucedió todo lo contario. Ellos le dijeron: “Hoy es sábado, no te está permitido cargar tu camilla” (v10). Treinta y ocho años sin usar sus piernas, pero observaban que en el día de reposo usaba sus piernas para trabajar. Nos encontramos con un hombre que no tenía derecho según las autoridades.

La clave en la dirigencia era ejercitar el derecho a la autoridad. Lo importante no era la restauración de la persona sino observar que no guardaba “las normas establecidas de comunión y servicio”. El hombre marginado fue invisible hasta que violó la ley. Sus autoridades no demostraban un interés en las necesidades del rebaño. Su enfoque eran sus leyes, sus estructuras, modelos, “etiquetas” y tradición. Se olvidaron de los derechos que le correspondía al inválido. Habían perdido el propósito, el espíritu y objetivo de la ley. Les faltaba escuchar el llanto del pueblo necesitado.

Al pensar en la iglesia Latinoamericana las últimas estadísticas nos indica que el 50 % no se congrega. Hay gente que ha sido avergonzada, humillada, no tratada con respeto, dignidad y equidad. En una sociedad líquida, como el agua que se va entre las manos las personas siguen perdiendo las relaciones sólidas, los vínculos, la cercanía, la confianza y el sentido de comunidad. ¿Podrán volver a confiar?

En la Iglesia y la sociedad del rendimiento con su exceso de positividad, dispersión y autosuficiencia para vivir sin límites hemos perdido el descanso espiritual, emocional y físico. Es como una rodilla que aprieta el cuello de una persona y no le permite respirar. Su medida es utilitaria y política por lo que podemos aportar o dar. La pandemia de la productividad, los resultados, la competencia, la aceleración y el éxito a cualquier costo, nos llevaron a tener una sociedad e iglesia cansada que puede estar alejada de una teología trinitaria de relación, del compañerismo, la amistad, la unidad en el espíritu y cerca del dolor, del lamento, fragilidad y sufrimiento de la gente.  ¿Qué tipo de iglesia surgirá después de esta pandemia?

¿Cuáles son nuestros problemas? ¿Es la institución, el clero o liderazgo? ¿El problema son los laicos o feligreses? ¿Qué hemos hecho mal si es que algo hicimos mal?  ¿Cuál es el proceso de purificación que necesitamos?

¿Culpable o Inocente?  ¿Cuánta gente hay en la iglesia y cerca de la misma que no puede caminar? ¿Por qué muchos siguen en esa condición? ¿Qué tipo de modelo estamos compartiendo y encarnando?...  “Ya tenía mucho tiempo de estar así”

Carlos Scott
Misión Local y Global (GloCal)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina

martes, 4 de agosto de 2020

¿Cuál es tu paradigma?

¿Cuál es tu paradigma?
El paradigma de la brújula nos habla de dirección y calidad. Es hacer las cosas que hay que hacer
El paradigma del reloj nos convierte en reactivos. El de la brújula en proactivos
La urgencia no es sinónimo de importancia
La falta de cambios en la vida no es debida a la falta de información; más bien a carencia de estrategias o voluntad
Por más que lo intentemos el viejo paradigma no puede dar resultados diferentes. Cambiemos el paradigma u obtendremos lo mismo.
Enfoque significa decidir qué cosas no vamos a hacer
Solo cambiamos cuando el dolor de hacerlo es menor que el dolor de permanecer como estamos.
Quien no sabe dónde va cualquier camino le sirve
Tu paradigma determina tus valores, estos tus conductas y estas tus resultados. ¿Sabes cuál es tu paradigma?
No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando lo creamos
No hay nadie ocupado en este mundo, es siempre una cuestión de prioridades. Siempre encontraremos tiempo para las cosas que sentimos que son importantes


domingo, 2 de agosto de 2020

Testigos del Reino en medio del sufrimiento - Pr. Norberto Saracco - Servicio online 02.08.2020 | IGLESIA BUENAS NUEVAS

IGUAL QUE LOS DEMÁS

IGUAL QUE LOS DEMÁS
Antes de ofrecer sacrificios por el pueblo el sumo sacerdote debía hacerlo por sus propios pecados. La escritura dice: "Y como el sacerdote está sujeto a las debilidades humanas, puede tener compasión de los ignorantes y los extraviados; y a causa de su propia debilidad, tiene que ofrecer sacrificios por sus pecados tanto como por los pecados del pueblo", Heb 5:2-3
Veo que es algo tremendamente pedagógico; el sacerdote debía de afrontar, reconocer y pedir perdón por su realidad como ser humano pecador y necesitado de la gracia y el perdón de Dios. Sólo desde su miseria estaba en condiciones de ser de bendición para los otros. Desde su propia realidad pecadora podía entender a los demás pecadores, podía ser bondadoso y misericordioso con ellos de la misma manera que el Señor lo había sido con él. El lidiar primeramente con su propio pecado le impedía caer en la tentación de sentirse superior a otros, mejor como ser humano, más espiritual que el resto de los mortales. Se podía ver a sí mismo identificado en el pecado de los demás y, consecuentemente, podía, como dice el autor de Hebreos, ser compasivo con ellos.
Es una buena lección para nosotros que, con tanta premura y frivolidad, juzgamos a otros y nos sentimos superiores, que nos cuesta ser compasivos y mostrar la misma compasión que se ha tenido hacia nosotros. Creo que todo aquel que no siga esta pauta está descalificándose para ser un sacerdote ante Dios.
¿Hasta qué punto te falta hacia otros la compasión que fue y sigue siendo mostrada hacia ti?
Felix Ortiz Fernández
Foto de Gilbert Lennox

sábado, 1 de agosto de 2020

GRACIA

GRACIA
Trono de gracia, seguros de encontrar la misericordia y el favor divino en el momento preciso. (Hebreos 4:16)
¡Qué bueno poder acercarnos a Jesús sabiendo que es empático! ¡Qué bien saber que ante Él nos podemos sentir confiados, es decir, seguros! Pero, una vez ante su presencia, ¿Qué podemos esperar? El anónimo autor del libro de Hebreos nos lo dice con claridad, con Jesús nos vemos sorprendidos, no sólo por una gran empatía, sino también por una escandalosa gracia. Habitualmente, en la Biblia, el trono está vinculado con la justicia de Dios. El Señor, sentado en su trono, imparte juicio y justicia, dando a cada uno según su merecido. El trono que es mencionado en Hebreos es diferente, se trata de un trono de gracia; se trata de un trono donde no somos juzgados, sino somos tratados con aceptación, amor, misericordia. Donde no recibimos el trato que merecemos, sino aquel que necesitamos. Donde, en definitiva, somos recibidos debido a lo que somos, sino a pesar de ello.
Cuando uno se acerca a Jesús sólo recibe gracia ¿Qué te impide acercarte a Él?
Felix Ortiz Fernández
Foto de Gilbert Lennox