domingo, 9 de marzo de 2025

“Cuando descubrió una perla de gran valor, vendió todas sus posesiones y la compró”

Perlas

“Además el reino del cielo es como un comerciante en busca de perlas de primera calidad. Cuando descubrió una perla de gran valor, vendió todas sus posesiones y la compró”, Mt 13:45-46
 
El llamado a la misión tiene que ver más con la obediencia que con la geografía. En todo lugar suele haber determinados sectores que no han sido expuestos a una presentación del evangelio y que no desean un contacto formal con las instituciones religiosas. ¿Qué tipo de servicio alternativo podemos ofrecer a segmentos de personas que están en busca de una espiritualidad diferente que no pase por la jerarquía eclesiástica? El ser humano entrando en la posmodernidad es algo a lo que debemos prestar atención pensando en nuestro presente y futuro. Las generaciones X, Y, Z y Alfa tienen algo para decirnos a las denominaciones cristianas y su tradición. Muchas personas en estas generaciones miran a la iglesia tradicional como irrelevante, mientras que otras personas han tenido experiencias negativas o bien ven a los demás como extraños y lejanos.  Los nuevos contextos nos llevan a buscar odres nuevos para un vino nuevo. A las nuevas generaciones les cae bien Jesús, pero no tanto la iglesia institucional. ¿Qué puede surgir a partir de aquí?  Los acontecimientos que se van desarrollando en medio de la post pandemia nos invita a intentar nuevos movimientos de iglesias. La década de los años 90 no todos supimos apreciar el anuncio anticipado de lo que sería el "tercer espacio" e iglesia emergente. Nuevas comunidades de fe se formaron en cafés, hogares, bares, empresas y otras áreas de la vida comunitaria. A estos espacios neutrales se les llamó el "tercer espacio". Espacios que no serán los nuestros y tampoco el de ellos, sino algo intermedio. Fueron guiadas por el "laos, el pueblo, los laicos". Estructuras de abajo hacia arriba en un liderazgo compartido y no en una jerarquía estática de arriba hacia abajo. “Cuando descubrió una perla de gran valor, vendió todas sus posesiones y la compró”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox


Cómo vivir al ritmo de Jesús - Andrés Pérez

sábado, 8 de marzo de 2025

Entrar en nuevos campos

 Puentes de Esperanza

“El reino del cielo es como un tesoro escondido que un hombre descubrió en un campo. En medio de su entusiasmo, lo escondió nuevamente y vendió todas sus posesiones a fin de juntar el dinero suficiente para comprar el campo.”, Mt 13:44
 
La historia eterna del evangelio no cambia y sigue siendo nuestra brújula que nos mantiene en el rumbo. La misión fluye hacia afuera, no hacia adentro. No se trata de atraer a las personas a nuestros programas, sino más bien ir hacia donde ellas se encuentran. Se trata de lo que ocurre en sus ámbitos, no en los nuestros. Se trata de entrar en nuevos campos y nos habla de la misión que se concreta en la búsqueda del otro, del servicio en la sociedad local, de la solidaridad con los que sufren, de la cooperación global donde el evangelio no ha llegado. La vida del apóstol Pablo nos enseña a ser emprendedores e iniciar nuevas maneras de ser comunidad. Hoy necesitamos atrevernos a probar nuevas modalidades en un contexto cambiante que es diferente en todas partes. Una necesidad muy sentida y buscada es hacer amigos. Somos desafiados a ser una comunidad de espiritualidad y hospitalidad. Nos habla del poder del amor, del apego, la empatía, la proximidad, la equidad. Hablamos de una iglesia sin legalismo, no tradicional, no denominacional, lejos de una religiosidad que se manifiesta en estructuras, reglamentos, etiquetas. Hay personas que se encuentran sin una iglesia a la cual pertenecer y desean estar lejos de los modelos de repetición, tradicionales y jerárquicos. Se trata de un encuentro con la gracia, la libertad, el respeto, la ternura y el cuidado mutuo. El anhelo de hallar pastos y movernos en libertad es el espacio que Jesús nos regala para sanar, para volver a creer, para desarrollar la fe, tener esperanza y en libertad decidir dónde seguir y a qué comunidad pertenecer.  Construyamos puentes de esperanza recordando que "arriesgarse es perder el equilibrio momentáneamente. No arriesgarse es perderse a uno mismo".

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

Qué significa vivir al Ritmo de Jesús - Grups

viernes, 7 de marzo de 2025

La comunidad del Reino de Dios como una semilla

Semillas

Jesús nos dice: "El Hijo del Hombre es el agricultor que siembra la buena semilla. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a la gente del reino, ...", Mt 13:37-38

La palabra de Dios describe y compara a la comunidad del Reino de Dios como una semilla, pero en ese mismo relato se describe con anterioridad que las semillas representan a los que oyen el mensaje del reino. Nos apela, sugiere y apunta a ser una buena tierra que oye y entiende la palabra de Dios, “¡y producen una cosecha treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!”. Ahora bien, la siguiente es otra historia o parábola que contó Jesús, pero en esta oportunidad es sobre el trigo y la maleza. Comienza casi igual como la parábola del sembrador: «El reino del cielo es como un agricultor que sembró buena semilla en su campo …”, pero en la explicación hace referencia que “El Hijo del Hombre es el agricultor que siembra la buena semilla. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a la gente del reino”. En este pasaje la semilla buena es el discípulo que sigue, observa, encarna e imita las opciones y gestos de Jesús. También hay otras semillas, pero estas no son las del trigo. "Pero aquella noche, mientras los trabajadores dormían, vino su enemigo, sembró hierbas malas entre el trigo y se escabulló… ¡Eso es obra de un enemigo!, exclamó el agricultor… El enemigo que sembró la maleza entre el trigo es el diablo.” ¿Qué podemos hacer? El Señor nos desafía en primer lugar a ser una semilla que esta lista y disponible para ser sembrada o bien estar nuevamente en las manos del Señor para que nos vuelva a sembrar donde lo crea conveniente. “El campo es el mundo”. Seguidamente nos anima a continuar y estar en su seguimiento más allá de toda oposición, obstáculos, contrariedades y accidentes que impide o retarda el logro de un deseo. Dios nos llama a ser semillas de fe llevando esperanza y cubriendo la vida con amor en el terreno o lugar que desea. Que nuestro buen Dios sea reconocido y su nombre glorificado. “Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 6 de marzo de 2025

Integrity and Partnership in Mission

 Integrity and Partnership in Mission

By Carlos Scott 

The idea of “integrity” is something that is complete. It is whole, without missing parts, full, perfect, with appropriate weight and measure. When referring to a person, it’s about the pure, proven, without cracks.   

When we speak of mission, we are sharing in the mission of our missionary God; we’re not working on a private project. We are fulfilling the missio Dei. Our mission is to share his mission. 

“Partnership” is about koinonia (Philippians 1:5), fellowship, solidarity, contribution, reciprocity, equity, something that is shared—either a purpose or an experience, suffering, persecution, weakness and strength, realities and common privileges, sharing time, worship, wealth, or money. Everything we have must be shared. 

Partnership is the thread that weaves everything together. The first thing shared in the context of the church is faith. Koinonia of faith results in koinonia in actions. Sharing faith comes first and defines practical cooperation, but such faith must lead to practical engagement with tangible consequences. 

As the Body of Christ, we have a common future and identity. This involves welcoming others, forgiving one another, humbling ourselves, becoming less—not claiming superiority over another. Our identity and future show we have the same feelings and are unified in following the Father's plans. It includes understanding our different cultures and helping each other—becoming open to others and doing what Jesus would have done. 

The Blind Man, Bartimaeus 

The story of the blind man, Bartimaeus, teaches us many lessons about evangelization, fellowship, integrity, and solidarity. Jesus asked, "What do you want me to do for you?" (Mark 10:46-52). 

Many passages in Mark highlight the fact that the disciples did not understand this. Their minds were numb—they lacked clarity and a complete vision. The key is the ability to see. We often find ourselves struggling with the same thing as disciples. We do not see with clarity, and we do not understand. We need to achieve a clearer vision of mission, evangelization, and fellowship (partnership). 

We may find ourselves in the middle of a process, like the blind man at Bethsaida (Mark 8:22-26). But in this process there is hope (the blind man of Bethsaida and blind Bartimaeus were eventually able to see). The disciples saw as well. We, too, can achieve a clearer vision of the mission we have now. But there is a price to pay: following Jesus and the process of receiving sight go hand in hand. 

Jesus showed he valued humanity by being available. The blind man's answer, "I want to see," was his response, and he was healed. It was a miracle of Jesus; his faith healed him. He decided to follow Jesus and there was transformation. 

In his Gospel, Mark presented a very sharp contrast between the aspirations of the disciples and those of the blind man. While the disciples asked for status and privilege, the blind man answered, "Rabbi, I want to see." 

Mark attributed value to the main character of the text by stating his name. He was not a nameless beggar. This was very significant. We must learn the way Jesus responded to each person's need. Bartimaeus was an outcast. He was considered a sinner, excluded from the covenant, excluded economically, excluded from the appreciation and esteem of others due to his blindness. 

Where Do We Go from Here? 

Some lay hands on, pray for, and ask for healing for the one in need. Others seek to deal with the economic situation, teach the person to read Braille, get a dog guide, help them find a job, or create awareness of the person’s condition. Some respond through the ministry of the body, where the person finds love, appreciation, forgiveness, and acceptance. Still others quickly tell the person to accept Jesus Christ as Lord and Savior. With such varied emphases the blind man would know one aspect of Christ, but something would be missing—doing it the Jesus way. 

Below are four lessons the story of Bartimaeus can teach us. 

First, we must value the individual. Jesus’ method was to open up to the needs of the other person. Faced with Bartimaeus' cry, Jesus stopped, asked for him to be called, and asked the question, "What do you want me to do for you?" All these actions value the individual—not a method, ideology, or doctrine. 

Jesus simply appealed to fellowship, opened up, and showed interest in the other person. This is because fellowship, cooperation, integrity, and solidarity are about sharing life and valuing the other person. 

Often, we do not want to ask, "What do you want me to do for you?" We are afraid the person will ask us something unexpected, or worse, something we do not want to give or do. Asking questions causes instability and discomfort. We prefer to be in control and manage our agendas. 

Second, we must press forward in faith. This implies self-management, trust, and dependence upon God. The order established according to our capacities can tell us what we can and cannot do. Bartimaeus decided to reject the role the crowd wanted to impose on him. He did not settle for being the blind man, a beggar and quiet. He came on stage at the wrong moment and decided to go to Jesus as his main resource. What was at stake was who Jesus was and what he was for him. 

Third, we must learn that to follow Jesus means to leave something behind—whether that is a boat, a cloak, or a way of thinking and acting. Bartimaeus left everything, threw his cloak aside, jumped up, and broke through the crowd. He did not accept the place he had been given. His healing began at the precise moment he decided to meet Jesus. The miracle is to break free from the standards and barriers people set for us or, many times, we set for ourselves. 

Finally, we must understand our real need. Perhaps the Lord is working on our life, church, and ministry. He asks, “Do you know what your real need is?” Here are a few questions to ponder as we consider the above points: 

How do I value others in evangelism, fellowship, and partnership?

What kind of style and spiritual leadership makes a difference?

How do I normally relate to the whole Body of Christ? Do I welcome or do I exclude? Do I ask questions or do I impose my agenda? Do I listen to the voice of the Holy Spirit, or do I cling to already established plans? 

No one can be complete, whole, or righteous without being like Jesus Christ. 

Carlos Scott and his wife, Alicia, work at Misión GloCal and live in Buenos Aires. Carlos is also an associate of the World Evangelical Alliance Mission Commission. For twenty-five years, he served at Open Door Church in Argentina. Previously, he was president of COMIBAM International (2007-2009), director of COMIBAM in the Southern Cone (2000-2006), and president of the World Missions Network Argentina (2003-2006). 




Repensar la vida de la comunidad y su razón de ser

Salud

«En el reino de Dios sucede lo mismo que le pasó a uno que sembró, en su terreno, muy buenas semillas de trigo. Mientras todos dormían, llegó su enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba llamada cizaña, y después se fue", Mat 13:24-25

Las iglesias crecen cuantitativamente cuando reciben nuevos miembros, se expanden internamente, profundizan sus conocimientos de la fe y sirven al mundo y crecen en calidad cuando reflejan espiritualidad, encarnación y fidelidad. Ahora bien, no todo crecimiento es saludable para un organismo. Puede haber un crecimiento deformado o no conveniente que puede traer una enfermedad al organismo. Cuando hay un crecimiento sobredimensionado de algunas de sus partes puede producir desequilibrio. Cuando esto sucede aparecen señales o síntomas de que algo no anda bien. Repensar la vida de la comunidad y su razón de ser, nos ayuda a no salirnos del camino en los propósitos globales de Dios. Las dimensiones de la comunidad de fe como ser la numérica (más miembros), orgánica (estructura), conceptual (conocimiento) y diaconal (servicio al mundo) merecen cuidado y atención. Un crecimiento sobre desarrollado en la dimensión conceptual y estructural a costa de no crecer numéricamente y en el servicio al mundo o viceversa puede dañar significativamente un proceso de crecimiento sano. El crecimiento numérico por sí solo se puede convertir en obesidad; el estructural u orgánico, en burocracia; el conceptual, en abstracción teórica; y el diaconal, en activismo social. Este hecho hace imprescindible el reconocimiento de que no todo crecimiento es auténtico ni conveniente. Dios nos anima en este tiempo a ser una buena semilla para Dios y nos desafía a ser plantados en otro terreno. También nos anima a ser una buena tierra, nos recuerda que el crecimiento depende de Él y nos invita a unirnos a su Misión. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 5 de marzo de 2025

Una buena semilla

Crecer

 “La siguiente es otra ilustración que usó Jesús: «El reino del cielo es como una semilla de mostaza sembrada en un campo. Es la más pequeña de todas las semillas, pero se convierte en la planta más grande del huerto; crece hasta llegar a ser un árbol y vienen los pájaros y hacen nidos en las ramas», Mt 13:31-32

El crecimiento es un fenómeno vital, dinámico, complejo, sugiere movilidad. Se da donde existe la vida y lo que tiene vida crece, hay desarrollo, expansión, creatividad, renovación. Cuando no crecemos la vida se estanca, se deteriora, decrece, prevalece la inercia, la pereza y el estatismo. La comunidad del Reino de Dios como organismo vivo está llamada a crecer y multiplicarse, expandirse hacia afuera en la formación de nuevas comunidades de fe. Un organismo que no se desarrolla y crece termina por tener una vida vegetativa o morir, Lc 19:11-26. Dejar de crecer sería dejar de existir. La iglesia es creación de Dios y como un organismo no solo existe, sino que debe reflexionar sobre sí misma y su razón de ser. Su expansión debe estar en conformidad con la visión que tiene de su propia naturaleza y la misión en el mundo. Jesús nos desafía a ser una buena semilla y estar dispuestos a ser plantados en nuevos terrenos para ser de bendición a todas las naciones, que su nombre sea reconocido y glorificado y el mal pueda ser derrotado por el avance del Reino de Dios.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 4 de marzo de 2025

Por qué leemos y meditamos la Biblia - Andrés Pérez

Podemos y debemos sembrar

Comparaciones

“Pero otras semillas cayeron en tierra fértil, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado! El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda», Mt 13:8-9
 
Podemos y debemos sembrar. El proceso de la siembra es laborioso, el agricultor primero debe seleccionar la semilla, preparar la tierra, sembrarla en el tiempo adecuado, cuidarla, abonar, regar, esperar y finalmente cosechar. Sembrar el Reino de Dios significa sembrar con esperanza, Sal 126:5, 2 Co 9:6. Es necesario acompañar con una ferviente oración la siembra de las semillas del Reino de Dios y ser testigos, pero no podemos producir el fruto, 1 Co 3:6-7. El mensaje del Reino en palabra y obra está destinado a crecer. La semilla es minúscula, pero tiene el potencial dado por Dios para el crecimiento. El Reino de Dios es universal, tiene un inicio pequeño e insignificante que puede pasar desapercibido, pero está destinado a ser la realidad más grande del mundo y una fuerza indetenible que afecta a todas las personas. La comunidad del Reino de Dios está llamada al seguimiento de Jesús, ser y hacer discípulos, reproducirse y multiplicarse confiando que Dios da el crecimiento. Este crecimiento puede llegar a dominar el ambiente de manera desproporcionada en comparación con el tamaño de la semilla. La finalidad es dar abrigo a las naciones y proveer alimento que saciará el hambre de muchos.  Seamos también semillas de fe, que Dios nos plante llevando esperanza y cubriendo la vida con amor en el lugar que desea. Que nuestro buen Dios sea reconocido y su nombre glorificado.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 3 de marzo de 2025

Jesús, el dinero y el corazón | Andrés Pérez | Ritmos | La Parroquia

Esta es nuestra esperanza “lo hará otra vez”. “Queremos ver a Jesús”.

Nostalgia

“Padre, glorifica tu nombre». Entonces habló una voz del cielo: «Ya he glorificado mi nombre y lo haré otra vez», Jn 12:28
 
La insatisfacción y frustración rodean a nuestro mundo. Falta algo y no siempre tiene que ver con placeres, comodidades, dinero. Se ha sofocado, apagado y asfixiado el instinto de lo divino. Parece que el ser humano no se da cuenta de lo que ha perdido. Nos toca orar, inquietar y compartir en palabra y obra un mensaje que transforma toda la existencia humana. Se trata de volver al deseo de estar en relación con Dios y con nuestro prójimo. Es glorificar el nombre de Dios manifestando su vida. Hay nostalgia de otra cosa. Estamos cansados de lo que produce frustración y un gran vacío interior. Hay necesidad de respirar un aire puro, emocionarnos, encender y avivar nuestra relación con Dios, con el prójimo y celebrar su nombre en comunidad. Que nuestro Dios haga arder nuevamente una pasión por su gloria y su nombre. “Mostraré cuán santo es mi gran nombre, … Cuando revele mi santidad por medio de ustedes ante los ojos de las naciones, dice el Señor Soberano, entonces ellas sabrán que yo soy el Señor … » ”Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios ... Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas …  Sin embargo, recuerden, dice el Señor Soberano, que no lo hago porque lo merezcan … y todos sabrán que yo soy el Señor”», Ez 36:23-37. Nos unimos al clamor de Jesús: “Padre, glorifica tu nombre». Entonces habló una voz del cielo: «Ya he glorificado mi nombre y lo haré otra vez». Esta es nuestra esperanza “lo hará otra vez”. “Queremos ver a Jesús”.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 28 de febrero de 2025

Ser seguidores de Jesús es manifestar la presencia de Dios

Seguir y servir

“Todo el que quiera servirme debe seguirme, porque mis siervos tienen que estar donde yo estoy. El Padre honrará a todo el que me sirva.”, Jn 12:26

Ser seguidores de Jesús es manifestar la presencia de Dios. Es compartir los descubrimientos que representan nuestro itinerario como discípulos del Señor. Mientras andamos por la vida podemos encontrarnos con alguien que espera y desea ver a Jesús. Es la oportunidad para compartir lo que hemos explorado. El apóstol Juan lo describió de esta manera: “Les anunciamos al que existe desde el principio, a quien hemos visto y oído. Lo vimos con nuestros propios ojos y lo tocamos con nuestras propias manos. Él es la Palabra de vida. Él, quien es la vida misma, nos fue revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado. Les anunciamos lo que nosotros mismos hemos visto y oído, para que ustedes tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. Escribimos estas cosas para que ustedes puedan participar plenamente de nuestra alegría”, 1 Jn 1:1-4. “Y su mandamiento es el siguiente: debemos creer en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y amarnos unos a otros, así como él nos lo ordenó.”, 1 Jn 3:23. “Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.”, 1 Jn 4:9-10. “Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga difícil de llevar. Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe. ¿Y quién puede ganar esta batalla contra el mundo? Únicamente los que creen que Jesús es el Hijo de Dios.”, 1 Jn 5:3-5

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 27 de febrero de 2025

Si ustedes quieren ser mis discípulos...

Evidencia

“Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas.”, Jn 12:24

Es esencial evidenciar la presencia de Jesús en la vida de su pueblo. La gente que busca ver a Jesús nos desafía para que esto ocurra. Nos corresponde interpretar y satisfacer lo que implica. Se nos llama a “perder la vida” en saber rechazar las ambiciones y vanidades, la popularidad y preferir la humildad y sencillez. Se trata de saber elegir entre las posiciones de poder y privilegio o que sea necesario menguar y disminuir para que Jesús crezca. Es elegir entre la complicidad, encanto y seducción quedando bien con todos o la autenticidad, elegir entre la notoriedad o la costosa fidelidad, entre las búsquedas de resultados o la fidelidad, elegir entre las conquistas o el amor y fruto espiritual que se abre camino lento y espontaneo en el secreto de los corazones y en libertad de las conciencias. Hay gente que espera ver a Jesús como esos griegos. “Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme. Después, Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y les dijo: «Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a morir en una cruz y a hacer lo que yo les diga. Porque si sólo les preocupa salvar la vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mí y por anunciar las buenas noticias, entonces se salvarán. De nada sirve que una persona gane todo lo que quiera en el mundo, si al fin de cuentas pierde su vida. Y no hay nada que una persona pueda dar para salvar su vida. »Delante de esta gente malvada que rechaza a Dios, no se avergüencen de mí ni de mis palabras. Si lo hacen, yo, el Hijo del hombre, me avergonzaré de ustedes cuando venga con el poder de mi Padre y con sus ángeles.», Mc 8:34-38. “Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce discípulos y les dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser el más importante, deberá ocupar el último lugar y ser el servidor de todos los demás.», Mc 9:35

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Me salvé escribiendo - Koplarap

miércoles, 26 de febrero de 2025

“La gente solamente necesita ver a Jesús”.

“Queremos ver a Jesús”

“Algunos griegos que habían ido a Jerusalén para celebrar la Pascua le hicieron una visita a Felipe, que era de Betsaida de Galilea. Le dijeron: «Señor, queremos conocer a Jesús», Jn 12:20-21

En este relato encontramos algunos griegos o temerosos de Dios que desean ver a Jesús. Estos griegos le hacen una visita a Felipe que era de una ciudad medio pagana llamada Betsaida de Galilea. “Felipe se lo comentó a Andrés, y juntos fueron a preguntarle a Jesús. Jesús respondió: «Ya ha llegado el momento para que el Hijo del Hombre entre en su gloria.” Quizás con esta respuesta ellos afirmaban que la fama de Jesús ha llegado muy lejos, hay gente que lo busca, que se siente atraída por su figura. Podrían pensar que es el tiempo del maestro, del éxito, popularidad, de la gloria y el triunfo. Jesús seguidamente responde de una manera muy diferente a las posibles expectativas de Felipe, de Andrés y de esos griegos. No es la hora de la notoriedad, sino es la hora que el grano de trigo debe ser sembrado y morir bajo tierra. Es la hora de una dolorosa siembra, no de la recolección triunfal. La fertilidad y reproducción pasa a través de la muerte. La hora y el tiempo de Jesús es el de la pasión, del paso de este mundo al Padre. En este tiempo nos podemos preguntar ¿Cuál es nuestra hora? ¿Cuál es la hora de la iglesia? “La gente quiere ver a Jesús” “La gente solamente necesita ver a Jesús”. No es ver nuestras estructuras, métodos, sistemas, jerarquías, prestigio, reglamentación, lucha por el poder y control. “Solo queremos ver a Jesús”. Así de simple, pero a su vez es necesario dar un paso que implica morir a una vieja mamera de ser. Dejar atrás lo que no sirve y nacer a una nueva manera de ser iglesia para los demás. Sino lo hacemos, simplemente nos quedamos solos. “Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo”. Que Dios nos ayude a repensar los modelos y formas que tenemos de ser iglesia y comunidad. Que podamos ser una comunidad abierta para los demás guiada por el Espíritu Santo.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 25 de febrero de 2025

Jesús sale del templo para no volver, Mc 13:1-2

Todo lo que tenía 

” —Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos. Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba, pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir.”, Mc 12:28-44

Hay diferencias entre ricos y pobres en el Evangelio, y este párrafo lo destaca. Los que tienen, deben expresar más cabalmente su generosidad. En cuanto a los débiles y desprotegidos tenemos que cuidar que no pierdan la vida para enriquecer a un sistema de piedras o de templo. Todo esto nos debe hacer reflexionar. Dios no aprueba los actos en donde se les quita el sustento a los más pobres. En este caso particular es “a la mujer más pobre”. Por un lado, tenemos actitudes mezquinas de gente pudiente ¿Cómo avanzar hacia una vida de generosidad? ¿ Qué es lo que se debe enseñar? Este texto debe ser leído en el contexto de la teología profética y de misericordia de Jesús. No debe ser domesticado para servir a la institución religiosa. El templo repleto de riquezas roba a la viuda indigente de todo lo que tiene. En vez de proteger a las viudas pobres o indigentes, las explota. Jesús sale del templo para no volver, Mc 13:1-2. A las palabras de Jesús hay que entenderlas más como un lamento y no como una voz de alegría. Es una desaprobación al sistema de esos valores y a las motivaciones de esos maestros de la ley. Ese sistema de valores enseña que “no hay regalo demasiado costoso para la casa de Dios”. «¿Hasta cuándo dictarán decisiones injustas que favorecen a los malvados? » Hagan justicia al pobre y al huérfano; defiendan los derechos de los oprimidos y de los desposeídos. Rescaten al pobre y al indefenso; líbrenlos de las garras de los malvados”, Salmo 82:2-4

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 24 de febrero de 2025

"Él siente compasión por los débiles y los necesitados y los rescatará".

La vida en primer lugar

“Había allí mucha gente, y todos escuchaban a Jesús con agrado. Jesús siguió enseñando y les dijo: «¡Cuídense de los maestros de la Ley!, Mc 12:37-44
 
Marcos describe severamente la actitud de los maestros de la ley. Jesús les dice: “¡Que buena manera tienen ustedes de dejar a un lado los mandamientos de Dios para mantener sus propias tradiciones!?", Mc 7:9. Hace referencia a la enseñanza que daban cuando un hijo le podía decir a su padre o madre: “mamá, con mucho gusto te ayudaría pero el dinero que tengo es “corbán” (para el templo, Mc. 7:11), o sea, dedicado a Dios (en realidad era un dinero que no querían usar en el cuidado de la madre y que lo protegían para luego gastarlo en otra cosa). La tradición y enseñanza que se imponía por parte de estos maestros anulaba la palabra de Dios o sea el mandamiento de “Honra a tu padre y a tu madre”, Éx 20:12 y Dt. 5:16. En el caso de la viuda pobre Jesús señala que se privilegia un sistema de acumulación antes que la vida, Mc 12:37-44. La viuda pobre es una víctima, crédula o forzada, de un sistema que privilegia la posesión antes que la vida. No hay elogio por parte de Jesús a cualquier sistema religioso que vive abusando, presionando o manipulando sobre las ofrendas, que por ingenuidad o presión religiosa, terminan dando su vida a explotadores insensibles. Las personas que interpretan mal este pasaje lo que hacen es exigir lo que establece la institución o el templo, pero no lo que dice Dios. No hay ninguna promesa de prosperidad o alabanza en estos textos avalando dar todo ante el pedido de ofrendas. Este tipo de actitudes e imposiciones quitaron el sustento a la mujer más pobre. La verdadera mayordomía cristiana no está en alimentar un sistema de acumulación, sino en la preservación de la vida. “Rescatará a los pobres cuando a él clamen; ayudará a los oprimidos, que no tienen quién los defienda. Él siente compasión por los débiles y los necesitados y los rescatará. Los redimirá de la opresión y la violencia, porque sus vidas le son preciosas”, Salmo 72:12-14. “Busca la justicia y el amor, y encontrarás vida, justicia y riquezas.”, Pr 21:21. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 22 de febrero de 2025

“Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría»

El sustento para vivir

“... dos moneditas de poquísimo valor… pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir.”, Mc 12:42-44

El templo tenía que ser casa de oración a las naciones y no una cueva de ladrones, Mc 11:17. Según la ley, las viudas no debían dar las ofrendas sino recibirlas, Dt 14:28-29. Cuando esta mujer pone allí “todo su sustento” el objetivo de las ofrendas queda totalmente desequilibrado y desvirtuado. No son para agradecer la vida renovada, como establece el texto del Deuteronomio, 26:1-13 (ver especialmente el v. 12), sino que convocan a la muerte. Jesús no dice que esa viuda recibirá mucho, no anuncia su bendición ni su prosperidad. La ve como una condenada a la extrema pobreza e inanición, como la víctima de un sistema corrupto que contradice la ley que dice representar. Lo que ofrenda la viuda es la moneda más pequeña y de menos valor.  Ahora bien ¿Por qué la viuda que vivía en la pobreza, sin recursos suficientes, no dio solo una monedita de cobre? ¿Por qué dio dos monedas? Una ley rabínica que se codificó en siglos posteriores nos puede dar el dato y es que en cuestiones de contribuciones al templo se tenía que dar como mínimo dos monedas. Es como decir usted no puede ofrendar menos que esto y este es el mínimo que usted tiene que dar. Se observa cuales son las motivaciones de los dirigentes y el argumento es que no hay regalo demasiado costoso para Dios. Esto podía implicar que se debe ofrendar, aunque esto signifique desatender a la familia, padres, hijos o a uno mismo en las necesidades básicas. Jesucristo no aprueba a los maestros de la ley cuando se aprovechaban de personas tan frágiles e indefensas como las viudas. ¿Es justo presionar, manipular y exigir las ofrendas? ¿Qué deberíamos hacer con los pobres que apenas les alcanza para el sustento? ¿Qué es lo que debemos enseñar en relación con la generosidad? ¿Cuál debe ser la medida? “Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría», 2 Co 9:7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 21 de febrero de 2025

"Si realmente desean contribuir, Dios aceptará con agrado sus ofrendas, pues él no espera que demos lo que no tenemos. Pero no queremos que, por ayudar a otros, les falte a ustedes lo necesario. Lo que deseamos es que haya igualdad”

Igualdad

"En eso llegó una viuda pobre, y echó en una de las cajas dos moneditas de poquísimo valor.”, Mc 12:40-42
 
Una viuda pobre ofrenda dos moneditas de muy poco valor y echo todo lo que tenía para vivir. Todo esto levanta preguntas: ¿Cuál fue la motivación de la viuda para ofrendar? ¿Habrá sido la presión por el sistema instituido? ¿Será para ser aceptada delante de la gente y de Dios? ¿Será que buscaba la libertad delante de Dios mediante un sistema de cancelación de deudas? ¿Habrá sido guiada por un corazón totalmente desprendido y generoso? Jesús, ¿Está describiendo una situación? ¿Sobre quienes habla Jesús en ese contexto? Las palabras de Jesús establecen un hecho. Mientras los demás ofrendan “lo que les sobra”, una parte insignificante de sus posesiones, la viuda entrega el total, lo que le sirve para vivir. Para muchos peregrinos pobres el diezmo era una pesada carga. Lo cierto es que también esto se observa en la vida de las iglesias. Los que más tienen muchas veces dan con mezquindad y los pobres colocan todo lo que tienen o hacen el máximo esfuerzo. Es notable que en las palabras de Jesús no aparece ninguna alabanza, ni destaca un sentido positivo del acto de la viuda. La carga interpretativa en cuanto a la generosidad que se ha puesto en este pasaje hace que leamos allí lo que no está. La frase de Jesús, vale la pena repetirla, simplemente establece que la viuda puso comparativamente más que los otros. ¿Pero es eso bueno, la hace mejor? Si miramos el contexto, lejos de encomiar el gesto de la viuda, Jesús la ve como víctima de un sistema de explotación. Acaba de decir que los maestros de la ley se quedan con las casas de las viudas y ahora el Templo completa esa injusticia porque se queda aún con su sustento. "Si realmente desean contribuir, Dios aceptará con agrado sus ofrendas, pues él no espera que demos lo que no tenemos. Pero no queremos que, por ayudar a otros, les falte a ustedes lo necesario. Lo que deseamos es que haya igualdad”, 2 Co 8:12-13.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

jueves, 20 de febrero de 2025

«¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.»

Equilibrio y equidad

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos. Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba, pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir”, Mc 12:43

La escena probablemente se ubica en el patio de las mujeres donde hay 13 cofres en forma de trompeta que rodean a los que adoran. En esos días, no existían los billetes. Todo el dinero era en forma de moneda. Cuando uno insertaba la ofrenda por esa trompeta o cuerno, obviamente que se producía una amplificación del sonido de las monedas rodando, lo cual, cuando alguien ofrendaba generosamente, llamaba la atención de todos los presentes. También la escena podría ser en la tesorería misma cuando la gente pasaba al lugar donde se depositaban las ofrendas. Es probable que hubiera un sacerdote llevando la contabilidad, ya que parte de esas ofrendas debían ser asentadas como diezmos. Por otro lado, peregrinos de la diáspora traían ofrendas reunidas en sus comunidades y necesitaban los recibos correspondientes. Todo a la vista de las personas que pasaban. Eso explica por qué los montos de las ofrendas eran conocidos. Jesús está mirando este procedimiento. Si atendemos lo que Jesús acaba de decir «¡Cuídense de los maestros de la Ley! (Mc 12.38-40), se puede suponer que el humor y valoración de este acto por parte del Señor no ha de ser muy positivo. “Si un rico ve que alguno de su propia iglesia tiene alguna necesidad, y no lo ayuda, ese rico no ama como Dios ama”, 1 Jn 3:17. “Luego miró Jesús a los que estaban allí, y les dijo: «¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.», Lc 12:15.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 19 de febrero de 2025

“Habla a favor de los que no pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los abatidos"

Rigidez legalista

¡Y son ellos los que roban las casas de las viudas, y luego hacen oraciones muy largas! Pero Dios los castigará más duro que a los demás.» Un día, Jesús estaba en el templo, y se sentó frente a las cajas de las ofrendas. Allí veía cómo la gente echaba dinero en ellas. Mucha gente rica echaba grandes cantidades de dinero. En eso llegó una viuda pobre, y echó en una de las cajas dos moneditas de poquísimo valor.”, Mc 12:40-42

El relato llamado la “Ofrenda de la viuda” es conocido y muchas veces se levanta como ejemplo cuando se predica sobre la generosidad que se espera de los miembros de las Iglesias. Es una historia donde a veces se lee más de lo que el mismo texto dice, por lo tanto, es clave fijarnos en lo que dice el texto como en lo que no dice. Jesús acaba de tener una conversación productiva con un escriba y el texto culmina con un reconocimiento de la cercanía entre este maestro de la ley y el Reino de Dios: “No estás lejos del reino de Dios”. Si bien el ambiente es hostil es posible encontrar acuerdos y personas sanas e íntegras, pero lanza una advertencia generalizada frente a ellos donde describe la rigidez legalista y la explotación del poder que hacen los sacerdotes. ¿De dónde sacan estos escribas su posición de abundancia pese al origen humilde de ellos? Surge de lo que cobraban a las viudas cuando actuaban como abogados para proteger sus derechos. Son nombrados administradores dado que en ese tiempo a las mujeres se las consideraba indignas e incapaces de manejar los bienes de su marido fallecido. No era difícil para un escriba experimentado manejar los asuntos de las mujeres sin protección, como eran las viudas. En esa ambición por acomodarse socialmente al modo del Imperio, usan sus artes y ciencias para enriquecerse. ¿La viuda de la ofrenda habrá sido víctima de una de esas trampas? Jesús está señalando el deseo que tienen de enriquecerse y confiscar los bienes de los pobres. “Habla a favor de los que no pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los abatidos. Sí, habla a favor de los pobres e indefensos, y asegúrate de que se les haga justicia”, Pr 31:8-9

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

martes, 18 de febrero de 2025

“Para ti, la mejor ofrenda es la humildad"

Jactancia y figuración

“Jesús siguió enseñando y les dijo: «¡Cuídense de los maestros de la Ley!", Mc 12:38-40

Nos encontramos en el Templo de Jerusalén y es tiempo de la Pascua. Según los historiadores llegaban a Jerusalén casi diez peregrinos por cada habitante. Era el momento oportuno para traer ofrendas y diezmos donde el Templo era el encargado de recolectarlos. Jesús dice: “Tengan cuidado de los maestros de la ley…”. Seguidamente comparte que a los maestros de la ley les gusta pasearse con ropas ostentosas, que los saluden en las plazas, ocupar los primeros lugares, apoderarse de los bienes de las viudas y a la vez hacen largas plegarias para impresionar a los demás. Jesús señala la jactancia y figuración. Jesús lanza una advertencia generalizada y describe la rigidez legalista con la explotación del poder que hacen los sacerdotes. Jesús al hablar de los maestros de la ley de Jerusalén, está enfocado principalmente en los que abusaban de su autoridad en sus visitas a los pueblos y aldeas rurales. Los acusa que les gusta hacerse ver y figurar en los primeros lugares en reuniones y cenas (probablemente festividades). Para estos maestros de la ley era algo normal. La sociedad estaba basada en el prestigio y el honor, como era toda la cultura mediterránea. La figuración era imprescindible, y estaba asociada con la riqueza y el poder. Estos religiosos participan de esa competencia por el poder, por el prestigio. Era lo que el imperio esperaba de ellos, pero no es lo que agrada a Dios. Todo el orden social en el Imperio romano expresaba esta idea (ver 1 Co 1:25-29). Si bien la crítica de Jesús apunta a los religiosos, es un tiro por elevación a todo el sistema de honores y poder. Estos maestros de la ley (que eran parte de la muy pequeña “clase media” de la época), por su ambición de “trepar” en la escala social no dudan en integrarse a un sistema de valores que contradice el sentido de disposición al servicio y humildad que predicaron los profetas de su pueblo. Dios nos vuelve a desafiar: “Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. “Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente”, Sal 51:17

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox

lunes, 17 de febrero de 2025

Un paso más hasta el último día

Un paso más 

"El Señor nuestro Dios es el único Señor... ", Mc 12:28-34
 
"¡Escucha, ... !" Cuando escuchamos no estamos lejos del reino de Dios y debemos tener en cuenta este detalle. Es decisivo y hace falta un paso que dar. No estamos dentro simplemente por una decisión en un determinado momento. Ese fue el comienzo, pero el seguimiento de Jesús requiere cada día un paso más hasta el último día. “El maestro de la ley religiosa respondió: —Bien dicho, Maestro. Has hablado la verdad al decir que hay solo un Dios y ningún otro. Además, yo sé que es importante amarlo con todo mi corazón y todo mi entendimiento y todas mis fuerzas, y amar a mi prójimo como a mí mismo. Esto es más importante que presentar todas las ofrendas quemadas y sacrificios exigidos en la ley”, Mc 12:32-33. Que Dios nos ayude en este día a dar un paso más. El amor al prójimo es el momento verificable de nuestro amor a Dios.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 15 de febrero de 2025

No es suficiente oír y es necesario escuchar

Tomar en consideración

“… —¡Escucha, ... ! El Señor nuestro Dios es el único Señor … Al ver cuánto entendía el hombre, Jesús le dijo: —No estás lejos del reino de Dios…”, Mc 12:28-34.
 
Jesús se encuentra con un maestro de la ley aparentemente sincero, honesto, comprometido con una auténtica búsqueda sin posiciones preconcebidas. El evangelio de Mateo no lo percibe de la misma manera y cuestiona las intenciones de este maestro, Mt 22:34-40. Marcos si bien no simpatiza con estos maestros hace una excepción. Jesús responde con gusto a la pregunta de este letrado, acepta su elogio y nos recuerda la importancia de escuchar. No es suficiente oír y es necesario escuchar para poner en práctica lo propuesto. La palabra se escucha cuando se convierte en un hecho, se traduce en una acción y determina un comportamiento. Se puede afirmar que se sabe solo cuando se hace. Necesitamos volver a escuchar y aprender sobre todas las cosas que ya sabemos. Dios nos desafía desde hace mucho tiempo a “escuchar”. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox



viernes, 14 de febrero de 2025

Para llegar al prójimo debo partir de Dios

Cerca de su reino

"Jesús le dijo: —No estás lejos del reino de Dios…”, Mc 12:34.

El amor al prójimo nos lleva a que valoremos la justicia y sirvamos a los demás. Es algo que recibimos de Dios y por lo tanto "no estamos lejos de su reino". Este amor incluye una negación de nosotros mismos. Tiene necesidad de purificación e implica una renuncia para que este amor no se corrompa en la búsqueda de sí y en una posesión egoísta. Determinadas concepciones del amor están bajo el signo de la ligereza, la superficialidad, la despreocupación e irresponsabilidad. El amor no es cuestión de un entusiasmo pasajero o epidérmico, es algo serio y exigente. El amor está dispuesto a darlo todo y a su vez reclama el derecho a pretender todo. Se peca contra el amor si se da muy poco y también cuando se pide poco. Amar significa tener el coraje de afirmar el camino de la entrega sin reservas y seguir el signo de la gracia. Para llegar al prójimo debo partir de Dios. Solamente si encuentro a Dios, si tomo en serio su amor, logro amar al hermano. El amor al prójimo constituye la única verificación seria de mi amor a Dios. Lo que Jesús nos ofrece está lejos de ser una simplificación porque al ver que el amor parte de Dios y confronto mi amor con el suyo todo se hace complejo. No alcanzan las prácticas religiosas y hace falta algo más. Si amamos no puedo hacer solamente lo que quiero, se me pide también hacer lo que no quiero. Hay algo más para ofrecer y es lo mejor: la obediencia en el amor. »Y los buenos me preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer? ¿Cuándo tuviste sed y te dimos de beber? ¿Alguna vez tuviste que salir de tu país y te recibimos en nuestra casa, o te vimos sin ropa y te dimos qué ponerte? No recordamos que hayas estado enfermo, o en la cárcel, y que te hayamos visitado.” »Yo, el Rey, les diré: “Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si lo hubieran hecho para mí.”, Mt 25:31-40

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox