lunes, 28 de abril de 2025

El amor es la esencia de la espiritualidad en el seguimiento de Jesús

La espiritualidad de la periferia

“Pero él se acercó y les dijo: «Dios me ha dado todo el poder para gobernar en todo el universo.”, Mt 28:18

Cuando el Señor establece la gran comisión lo hace desde la periferia, una provincia apartada como es Galilea. No lo hace desde el centro del poder que está en Jerusalén. Galilea era una región de poca importancia llamada tierra de paganos o gentiles, Is. 9:1, Mt. 4:15. Era un lugar de tierra rica pero explotada por latifundistas (Propiedad agraria de gran extensión que pertenece a pocas personas y que se caracteriza por la mala explotación de sus recursos). Por lo general la gente vivía marginada, con vergüenza y desprecio.

Galilea es sinónimo de pobreza mientras que Jerusalén tenía privilegios políticos y religiosos. «Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación a las posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los desempleados». Había muchos desheredados, hombres sin patria «Los discípulos son convocados a un peregrinaje…, de la marginalidad al compromiso. Jesús todavía continúa diciéndonos: Sígueme, Lc. 5:27, 9:59, 18:22».

El amor es la esencia de la espiritualidad en el seguimiento de Jesús. Es el amor a Dios y al prójimo. Implica el compromiso, la encarnación y la proyección social de la fe. Hablamos del valor profético, la actitud solidaria, la pasión por la vida y su ardor pastoral. También nos referimos a la labor por la paz con justicia social, la responsabilidad ecológica, la defensa de los derechos humanos y la apertura a la unidad espiritual pero no institucional. Es aceptar la verdad de la realidad, desenmascararla de sus tantas mentiras y comprometerse con ella.

Nuestra periferia nos señala la necesidad de fe y nos pide que amemos con los ojos abiertos, que sirvamos con desinterés y sencillez. Es creyente quien sigue a Jesús. Es encuentro personal con Jesús y a partir de allí participar en su misión y encarnar sus compromisos en la historia concreta de cada día. Seguirlo es hacer lo que él haría en esta historia. La espiritualidad de la periferia no solo es tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús.

Dios se ha propuesto bendecir a toda la humanidad, que el mal sea derrotado por medio del Reino de Dios y su nombre sea reconocido y adorado. “Este mensaje es digno de confianza y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos.”, Tit 3:8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 27 de abril de 2025

Uno de los rescates que necesitamos es el de nuestras propias miserias

La espiritualidad de nuestras creencias

“La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!”, Fil :5-8

Uno de los rescates que necesitamos es el de nuestras propias miserias y entre ellas el amor al poder, la autoridad absoluta no limitada, el abuso de superioridad y la fuerza en el trato con las demás personas. Necesitamos redención cuando se trata de dominar, manipular, avasallar, explotar, oprimir y hacerse rico. Esto es ajeno al seguimiento de Jesús y nos hace esclavos.

“Porque Dios los libró de ese modo de vida, que es poco provechoso, y que ustedes aprendieron de sus antepasados. Y bien saben ustedes que, para liberarlos, Dios no pagó con oro y plata, que son cosas que no duran; al contrario, pagó con la sangre preciosa de Cristo. Cuando Cristo murió en la cruz, fue ofrecido como sacrificio, como un cordero sin ningún defecto.”, 1 P 1:18-19

Nos preguntamos ¿qué es lo que falla para que después de caminar con Jesús no comprendamos y sigamos buscando puestos de poder? Nuestras creencias en Dios se deben demostrar con las expresiones en el diario vivir. El camino de la realización humana pasa por ser semejante a Jesús y cuando tenemos alterado este sistema de creencias se produce un caos. La ambición del poder nos convierte en esclavos y nos hace esclavistas; en cambio el poder del amor nos libera y nos concede la gracia de dejar en libertad a los demás, Jn 8:32 

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”, Ro 12:2 “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”, Mt 6:33

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 26 de abril de 2025

La disposición de entregarse por los demás

La espiritualidad de la entrega y el dar

“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: «Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.  Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.  Yo, el Hijo del hombre, lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para dar mi vida por la salvación de muchos.», Mt 20:25-28

El seguimiento de Jesús no se funda en el hecho de recibir privilegios personales y luego disfrutarlos entre unos pocos, para Jesús ser discípulo consiste en el acto de entregarse por los demás para que muchos reciban los favores.

Hay conceptos opuestos que son obvios: los discípulos buscan recibir y Jesús les enseña que hay que entregarse, dar, servir. Jesús relaciona que aquellos que son sus discípulos están en el servicio, el servicio con entrega y enfatizan la redención. Redención es la liberación de alguien o algo de un estado de opresión, sufrimiento o culpa.  

Desear estar en el seguimiento de Jesús sin servicio no sirve e implica la disposición de entregarse por los demás. La entrega es clave y es servir a alguien. Si manifestamos seguir a Jesús, pero no servimos y no entregamos nada lo que se evidencia es un deseo consciente o inconsciente de retener y que otros nos den a nosotros. Es una clara muestra de egoísmo. La perspectiva de Jesús es otra y nos muestra la estupidez del poder. El seguir a Jesús es un acto libre de alguien que se transforma en un siervo, un discípulo que ve al Señor que entrego su vida por nuestra redención.

»Nunca he querido que me den dinero ni ropa.  Ustedes bien saben que con mis propias manos he trabajado, para conseguir todo lo que mis ayudantes y yo hemos necesitado para vivir.  Les he enseñado que deben trabajar y ayudar a los que nada tienen. Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: “Dios bendice más al que da que al que recibe.», Hch 20:34-35

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 25 de abril de 2025

El servicio es un asunto del corazón

Una espiritualidad desarticulada

“La madre de Santiago y Juan, que eran dos de los discípulos, fue con ellos a hablar con Jesús. Cuando llegaron, ella se arrodilló delante de Jesús para pedirle un favor. Jesús le preguntó: —¿Qué es lo que quieres? Ella le dijo: —Por favor, ordena que, cuando estés sentado en el trono de tu reino, mis hijos se sienten siempre junto a ti, uno a tu derecha y otro a tu izquierda”, Mt 20:20-21

Jesús anuncia por tercera vez su muerte, Mt 20:17.19. El Señor está pensando en su sacrificio y dos de sus discípulos están pensando en la “herencia”. Seguramente recordarían lo que les dijo Jesús: “Les aseguro que todos ustedes reinarán conmigo cuando yo, el Hijo del hombre, me siente en el trono de mi reino poderoso. Entonces Dios cambiará todas las cosas y las hará nuevas. Cada uno de ustedes gobernará a una de las doce tribus de Israel”, Mt 19:28

Jesús nunca asignó los dos puestos de mayor honor, pero Jacobo y Juan reconociendo la inminencia del Reino, deciden tomar la delantera y pedir ese privilegio. Los otros discípulos se indignaron tal vez al ver que habían sido relegados a los lugares inferiores. Jesús interviene y nos da una lección de humildad. El centro del problema es que todos desean el poder

Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: «Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. Pero entre ustedes no debe ser así”, Mt 20:25-26

El seguimiento de Jesús es un asunto de servicio, pero reconoce que el servicio es un asunto del corazón, y si no se transforma el corazón no se puede aspirar al servicio. Lo que puede andar mal no solo es el poder sino también el corazón.

El servicio amoroso y desinteresado no lo podemos buscar sin la gracia de Dios y del compromiso con los valores de su Reino. El servidor de Jesús sirve porque es lo que ha aprendido de su Maestro; no lo hace con ninguna intención estratégica sino como producto de su formación espiritual. Jesús nos dice: “Si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.”, Mt 20:26-27

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

jueves, 24 de abril de 2025

Jesús demostró como se relacionaba con los suyos

Una espiritualidad cerca de la gente

“Todos hablaban bien de Jesús, pues se admiraban de lo agradables que eran sus enseñanzas. La gente preguntaba: —¿No es éste el hijo de José?”, Lc 4:22

Jesús demostró como se relacionaba con los suyos. En algunos lugares de poder se trata de que exista una diferencia bien marcada entre la jerarquía y la gente en general. Se piensa en un ejercicio de poder autoritario. El resultado son caudillos o líderes amantes de su propio carisma, intereses y poder

En el caso de Jesús fue diferente. Alos fieles de la sinagoga los impresionó por las hermosas palabras que salían de su boca, pero eso nunca significó que no lo reconocieran como uno más del pueblo “—¿No es éste el hijo de José?”

Jesús era el ungido que se le había dado todo poder para anunciar las buenas nuevas al pueblo, pero, al mismo tiempo, era el paisano de Nazaret que sabía recitar los dichos populares de la gente y dialogar con ellos en el lenguaje más natural y cotidiano.

En el seguimiento de Jesús el servicio se vive cerca de la gente, respondiendo a sus necesidades más profundas y construyendo con ellos el mañana deseado por Dios. Es un proceso que se vive en comunidad y que depende de la acción soberana del Espíritu Santo

“Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.”, Ro 12:16

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 23 de abril de 2025

Jesús es el camino y el modelo

 Una Espiritualidad por imitar

“Jesús regresó a la región de Galilea lleno del poder del Espíritu de Dios. Iba de lugar en lugar enseñando en las sinagogas, y toda la gente hablaba bien de él. Y así Jesús pronto llegó a ser muy conocido en toda la región. Después volvió a Nazaret, el pueblo donde había crecido…”, Lc 4:14-30

El Jesús de los evangelios no es un líder pasajero realizado a imagen y semejanza de los caprichos de la época. El Jesús pobre, desconfiado de las multitudes, ajeno al poder, esquivo de la fama, humilde, sencillo y servicial tiene mucho que enseñarnos. “El que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió”, 1 Jn 2:6

Jesús es el camino y el modelo, por lo tanto, define nuestra espiritualidad. No lo hace en base al concepto del éxito humano. Su grupo de discípulos no fue multitudinario, su capacidad financiera limitada y sus influencias política modesta. La espiritualidad en el seguimiento de Jesús no se define por la aplicación de determinadas técnicas de dirección de grupos humanos, sino por una cosmovisión integral acerca de su quehacer misionero en este mundo.

Jesús inicio su servicio en Galilea que tendría unos tres millones de habitantes. Luego se dirigió a Nazaret que solo tenia veinte mil pobladores y era una pequeña ciudad aislada. En ese lugar, pequeño y no tenido en cuenta es donde inicia su ministerio público. ¿Por qué allí?

Los grandes rabinos de la época buscaban estar en Jerusalén u otra gran ciudad para la presentación de su ministerio. Jesús prefirió su pequeña Nazaret. Jesús marco una espiritualidad diferente lejos del amor al poder para vivir en el poder del amor

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 22 de abril de 2025

¿Para qué sirve la utopía?

Un pesimista lleno de fe

«¡Deja de llorar! Mira, el León de la tribu de Judá, el heredero del trono de David, ha ganado la victoria. Él es digno de abrir el rollo y sus siete sellos», Ap 5:1-4. “Después de esto, me pareció escuchar en el cielo las fuertes voces de muchísimas personas, que gritaban: «¡Que todos alaben al Señor! Nuestro Dios es poderoso, y nos ha salvado. Por eso le pertenecen el poder y la gloria, porque Dios juzga con justicia y de acuerdo con la verdad.”, Ap 19:1-2. “Entonces me pareció oír las voces de mucha gente. Era como el sonido de cataratas y de fuertes truenos, y decían: «¡Que todos alaben a Dios, el Señor todopoderoso, ¡porque él ha comenzado a reinar!”, Ap 19:6

Uno de los grandes desafíos es enfrentar la realidad de todos los días buscando a Dios. La vida sigue siendo una muestra del favor de Dios y el sinsentido puede ser confrontado. Podemos seguir caminando con el rostro lleno de esperanza, aunque desprovisto de falsas ilusiones. Nosotros no vamos a introducir el Reino de Dios y no creemos en las promesas salvadoras del poder humano. Lo que si podemos afirmar es que caminamos con la mirada puesta en el futuro de Dios. 

Descansamos en Dios y tenemos fe. Todo esto nos sirve para caminar. Eduardo Galeano escribió en relación con la Utopía: “Ella estaba en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más. Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.

“Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia. Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor.”, Heb 12:1-2 “Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.”, Is 40:31

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 21 de abril de 2025

Recuperando Nuestro Propósito - Andrés Pérez

«La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación»

 Resurrección y periferia

“No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo …, Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”, Mc 16:6-15
Galilea era una región de poca importancia llamada tierra de paganos o gentiles, Is. 9:1, Mt. 4:15. Era un lugar de tierra rica pero explotada por latifundistas (Propiedad agraria de gran extensión que pertenece a pocas personas y que se caracteriza por la mala explotación de sus recursos). Por lo general la gente vivía marginada, con vergüenza y desprecio. Galilea es sinónimo de pobreza mientras que Jerusalén tenía privilegios políticos y religiosos. «Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación con las posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los desempleados». Había muchos desheredados, hombres sin patria «Los discípulos son convocados a un peregrinaje…, de la marginalidad al compromiso. Jesús todavía continúa diciéndonos: Sígueme, Lc. 5:27, 9:59, 18:22». Fue en Galilea donde Jesús comenzó su ministerio, Lc. 4:14-15; y eligió a sus primeros discípulos, Lc. 6:12-16. Darío López comenta que la opción de Jesús por Galilea no fue circunstancial sino una elección intencional. ¿Porque la opción no surgió desde Jerusalén? Jesús eligió cumplir su ministerio entre las masas olvidadas por los líderes políticos y religiosos para luego ir a Jerusalén. La periferia representó tarea impostergable y compromiso ineludible. Incluía a todos ya sean Judíos, Samaritanos y Gentiles. Jesús los envía a llevar la buena nueva del Reino de Dios y este mandato es para todas las generaciones. Un mensaje que tiene que ver con la transformación total de la existencia humana. Por lo tanto, Jesucristo nos comisiona desde la periferia a llevar todo el evangelio a todas las naciones. «La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación»
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox

sábado, 19 de abril de 2025

Ante el mal que nos desgarra, tenemos la fortaleza que nos levanta.

Saber Pasar

"Permítanme recordarles, hermanos, el evangelio que les prediqué antes. Ustedes lo aceptaron entonces, y perseveran en él.  Es por medio de este mensaje como ustedes alcanzan la salvación; es decir, si todavía lo creen firmemente. Si no, todo fue en vano. Lo primero que hice fue transmitirles lo que me enseñaron: que Cristo murió por nuestros pecados, de acuerdo con las Escrituras; que fue sepultado y que al tercer día se levantó de la tumba, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y, más tarde, a los doce. Después se apareció a más de quinientos cristianos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto ya. Luego se le apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles. Y, por último, como a uno que había nacido fuera de tiempo, se me apareció a mí.” 1 Cor 15: 1-8

"La Pascua muestra que puedes poner la verdad en una tumba, pero no se quedará allí". Ante el mal que nos desgarra, tenemos la fortaleza que nos levanta. Ante la adversidad que nos desconcierta, tenemos una fuerza superior. Ante el mal que nos aflige, tenemos la esperanza que nos revive. Respira la esperanza y lucha contra la muerte. Pasemos de la resignación a la acción; de la indiferencia a la solidaridad; de la queja a la búsqueda de soluciones; de la desconfianza al abrazo sincero; del miedo al coraje de volver apostar todo por amor; de recoger sin vergüenza los trozos de sueños rotos y volver a empezar. Hagamos las paces con nuestro pasado para que no arruine nuestro presente, y sobre todo encontrarnos con Jesucristo que es nuestro Salvador. Demos a conocer esta noticia. ¡He visto al Señor!, Jn 20:18

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox



Siguiendo a Jesús

Salir de las sombras

“Más tarde, José de Arimatea, quien había sido un discípulo secreto de Jesús (por temor a los líderes judíos), pidió permiso a Pilato para bajar el cuerpo de Jesús. Cuando Pilato concedió el permiso, José fue a buscar el cuerpo y se lo llevó. Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilos de ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe. De acuerdo con la costumbre de los entierros judíos, envolvieron el cuerpo de Jesús untado con las especias en largos lienzos de lino. El lugar de la crucifixión estaba cerca de un huerto donde había una tumba nueva que nunca se había usado. Y, como era el día de preparación para la Pascua judía y la tumba estaba cerca, pusieron a Jesús allí”, Jn 19:38-42
José de Arimatea y Nicodemo (Jn 7:32, 50-51) se transformaron en discípulos de Jesús. Ellos aparecieron arriesgándose. Salieron de la oscuridad y tomaron el cuerpo de Jesús para darle sepultura. Esto requería valor y fue parte de un proceso que los transformó en seguidores de Jesús. Juan seguramente narra estos acontecimientos con la esperanza y propósito de provocar una transformación en los cristianos secretos de su tiempo que querían mantener secreta su fe en Jesús y no entrar en problemas con los demás. No podemos domesticar el Reino de Dios a nuestra forma de pensar y ser. Su Reino viene para todos y somos llamados a ser testigos. Jesús pretende dirigir el Reino Universal por lo tanto Jesús nos confronta. Su Reino es una invitación abierta para aceptar sus prioridades y el poder del Espíritu Santo nos debe llevar de todas partes a todos lados.
Carlos Scott

viernes, 18 de abril de 2025

El seguimiento a Jesús se transforma en un llamado que viene de un mundo que pide urgentemente nuestra intervención, nos guste o no

Modificando el itinerario

“Los soldados salieron con Jesús, y en el camino encontraron a un hombre llamado Simón, que era del pueblo de Cirene. Simón era padre de Alejandro y de Rufo; regresaba del campo y los soldados lo obligaron a cargar la cruz de Jesús”, Mc 15:21
Cirene es una ciudad del norte de África en Libia. Allí habitaban numerosos judíos y representaban una cuarta parte de la población. Marcos nos presenta a Simón y a sus hijos que probablemente serían personas conocidas en la primera comunidad cristiana. Simón es obligado a dar un servicio y en este caso llevar la cruz de Jesús. Simón regresaba del campo que en definitiva representaba la periferia de la ciudad y es el protagonista de un hecho histórico. Es el primer discípulo que sigue a Jesús llevando la cruz. Tiempo atrás Jesús les había enseñado a los discípulos que debían estar preparados para llevar la cruz, pero en esa hora no podemos encontrarlos. Al no haber voluntarios para llevar la cruz, los soldados proceden a llamar a otra persona, le guste o no le guste. En este caso el llamado al seguimiento no se ha realizado por el Señor, sino por los que van a ejecutar la pena de muerte. Hay situaciones en que el seguimiento a Jesús se transforma en un llamado que viene de un mundo que pide urgentemente nuestra intervención, nos guste o no. El gesto de Simón de Cirene como la declaración de fe del oficial romano al ver morir a Jesús (Mc 15:39), indican que nuestro Dios levanta otras personas inesperadas, llegadas de lejos, que realizan y dicen lo que deberían haber hecho y dicho los “cercanos”, “los íntimos”, pero que no se dejan encontrar en la hora decisiva. Junto a Jesús no hay puestos reservados, son más bien lugares dejados libres y esto nos desafía a modificar nuestros itinerarios. “No sean nunca perezosos, más bien trabajen con esmero y sirvan al Señor con entusiasmo. Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando. Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad”, Ro 12:11-13

Seguir a Jesús es dejarse inquietar por Dios

El alboroto y la peligrosidad

“Luego, todos los de la Junta Suprema se pusieron de pie y llevaron a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. Cuando llegaron, comenzaron a acusar a Jesús y dijeron: —Señor gobernador, encontramos a este hombre alborotando al pueblo para que se rebele contra Roma. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y que él es el Mesías. Es decir, se cree rey”, Lc 23:2

Estar en el seguimiento de Jesús puede resultar peligroso, pero peor es llevar una vida insignificante. Cuando una vida no tiene nada que decir y no inquieta a nadie puede perder significancia. Seguir a Jesús es dejarse inquietar por Dios. Conocer a Jesús y seguirlo no suaviza sus exigencias, tampoco hay facilidades. Implica decir quiénes somos, lo que creemos, lo que anhelamos y amamos. La capacidad de inquietar está directamente relacionada con la disponibilidad de estar abiertos a los valores del Reino de Dios. Es una decisión precisa, lúcida y coherente. El testimonio depende de la amplitud del ideal. Lo contrario será llevar una vida muy aburrida. La peligrosidad puede estar relacionada con situaciones que necesitan ser transformadas. El Reino de Dios no está ausente o estático. Parece estar oculto y en secreto, pero puede verse con los ojos de la fe. Las personas pueden experimentar este reino y entrar en él. “Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.”, Mt 11:12. Nuestra existencia puede estar relacionada con algo que merezca jugarnos por entero. "El Reino de Dios se desarrolla desde lo pequeño a lo grande, de lo sencillo a lo completo, de lo familiar y cercano a lo social y distante. Hablamos de un reino que crece sin protagonismos y sin la pompa de los célebres". Lo sencillo, frágil y pequeño es lo que produce el avance del Reino de Dios. Seamos semillas de fe, que Dios nos plante llevando esperanza y cubriendo la vida con amor.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox Photography

jueves, 17 de abril de 2025

La Gracia y el amor de Dios

Estatus

“Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús contestó: —Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás. —¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! —Si no te lavo —respondió Jesús—, no vas a pertenecerme. —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, ¡no solo los pies! —exclamó Simón Pedro.  Jesús respondió: —Una persona que se ha bañado bien no necesita lavarse más que los pies para estar completamente limpia. Y ustedes, discípulos, están limpios, aunque no todos.”, Jn 13:6-10

Jesús era una persona que estaba dando vuelta el orden social. El amor de Cristo trascendió las barreras de clase social. Esta actitud de Jesús produjo una reacción fuerte en Pedro. “¡No!, protestó Pedro jamás me lavaras los pies”, Jn 13:8. No podía soportar la idea de que Jesús se humillara de esa manera. Jesús estaba rompiendo con el paradigma de los honores y prestigio que solemos tener en nuestro medio. Pedro seguramente no se sentía digno. Tenía razón: no era digno de recibir esto, ninguno lo somos, pero no era una cuestión de mérito sino de Gracia. Lo que nos cuesta entender es el mensaje central: Jesucristo sirve y da su vida por los pecadores. Su humillación lo engrandece una vez más y de aquí nace el modelo del Siervo, el modelo del pastorado, el modelo para ser discípulo. La reverencia del sistema actual o del mundo es diferente. Encuentra difícil hacer lo que el Señor hizo. “Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.  No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.”, Fil 2:1-4 

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox



Estoy entre ustedes como uno que sirve

 Identidad

“Era la hora de cenar, y el diablo ya había incitado a Judas, hijo de Simón Iscariote, para que traicionara a Jesús. Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios.  Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.”, Jn 13:2-5

Jesús era alguien que conocía su identidad. Como acto de aseo personal la gente se lavaba los pies. Por lo general era una tarea que hacían los esclavos o quizás las mujeres y niños. Lo más probable es que este lavamiento de pies fue provocado por alguna mala conducta de los discípulos. Quizás estaban discutiendo en qué orden se debían sentar a la mesa o quien en esa ocasión debía ser el siervo y lavar los pies de todos. Lucas en su evangelio nos relata que tuvieron un altercado sobre quién sería el más importante. Los discípulos estaban dispuestos a pelearse por un trono, pero no por una toalla. No era probable que alguno tome la toalla para lavar los pies de su compañero. Ellos preferían sentarse a comer sucios antes que estar limpios. Jesús realizó algo impresionante. No apareció ningún esclavo, el que apareció fue Jesús. Se humilló. Lavó los pies de todos. Usó todo su poder para servir. Jesús sabía bien quien era y no necesitaba el poder para completar su identidad. No mal usó el poder y no lo manejó para sentirse importante o llenar un vacío en su vida. Podemos mal usar y abusar del poder cuando no sabemos realmente quienes somos, cual es nuestra identidad y a quien tenemos que ser semejante. “Jesús les dijo: «En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin embargo, son llamados “amigos del pueblo”. Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente. ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve.”, Lc 22:25-27

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox





Nada podrá jamás separarnos del amor de Dios

Hasta el fin

“Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el fin” Jn 13:1

Este capítulo nos habla que se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Entonces se recluye para estar con sus discípulos. ¿Qué sentía en esa hora hacia los discípulos? El texto dice: los amó hasta el fin. Jesús era una persona que amaba. En su corazón encontró un lugar para su gente. Su mayor preocupación era seguir preparándolos para sus deberes y pruebas futuras. No fue egoísta. No se quedó pensando en sus penas o la perspectiva del gozo posterior. Se resalta la constancia de Jesús. Jesús nos muestra un amor hasta el fin, aunque no todos lo amaron así.  El Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio. Tenía el dominio completo, autoridad y poder. ¿Que hizo Jesús con este poder? Jesús realizo un acto sencillo y profundo: “así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura”, Jn. 13: 4-5.  Jesús hace una exposición dramatizada de la grandeza de su amor: ofreció su servicio a gente que no lo merecía, que lo abandonarían y también ofreció su servicio a una persona que se oponía. Demostró que el amor divino llega hasta las últimas consecuencias. Jesús era una persona que amaba. Los amó hasta el fin. “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios.  Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.”, Ro 8:38-39

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox





miércoles, 16 de abril de 2025

Los absurdos de este mundo no deben ganar la batalla a la esperanza

Sí a la vida

“Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.”, Is 60:1

El amor por la vida inspira la lucha contra las fuerzas de la muerte. Los absurdos de este mundo no deben ganar la batalla a la esperanza. Se nos llama a brillar, levantarnos y resplandecer manteniendo la esperanza como una fuente de vigor, vida y alegría.

“¿Por qué estoy desanimado?  ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”, Sal 42:11 “Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando…No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.”, Ro 12:9-21. “Tú eres mi refugio y mi escudo; tu palabra es la fuente de mi esperanza.”, Sal 119:14. “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.”, Heb 10:23. “Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!”, Mi 7:7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 15 de abril de 2025

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida

 Amor por la vida

 “¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! ¡Vistámonos bien y perfumémonos!”,  Ec 9:7-8

Dios tiene el control de la historia y es vital aprovechar los momentos gratificantes que humanizan, aun cuando estos sean insignificantes. Se trata de vivir como seres humanos sintiendo que se vive en una sociedad que no deja vivir por su exigencia de productividad y eficacia. La alegría, el amor y la amistad forman parte de una espiritualidad liberadora. 

También es la alegría de todos aquellos que sirven a favor de los menos alcanzados en sus necesidades no alcanzadas. Dios disfruta cuando sus criaturas disfrutan. La comida es muestra de la generosidad de Dios; la amistad es señal de su presencia y la alegría es testimonio de fe 

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida, y la característica principal de quien vive la experiencia del Espíritu de Dios es la opción por la vida y las ganas de vivir.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 14 de abril de 2025

Un mundo distinto

El coraje de existir

“En este mundo pasan cosas que no tienen sentido; a la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena. ¡Yo digo que esto no tiene sentido!”, Ec 8:14. “No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.”, Ec 7:18

En el libro de Eclesiastés encontramos la palabra vanidad. Se usa 73 veces en el Antiguo Testamento de las cuales 41 se encuentran en el Eclesiastés. El autor describe que “¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!” y al final de sus escritos dice: “Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo.  Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.”, Ec 12:13-14. El autor también expresa “Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido”, Ec 7:13. Es aquí donde nos encontramos con el coraje de existir. Dios ha desbordado los límites de la comprensión humana y es el único que lo sabe todo y lo puede cambiar todo en su tiempo. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo. Solamente la confianza serena nos permite continuar. “Respeta a Dios y todo te saldrá bien”.  

El creyente, que sabe de la soberanía de Dios y que reconoce los límites humanos, lucha y se entrega hasta el final en procura de un mundo distinto, más cercano al sueño del Creador. Hace todo lo posible por apresurar el Reino venidero, pero deja que lo imposible se encargue Dios.  “Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría.”, Ec 9:10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 13 de abril de 2025

El peligro de estar solo - Andrés Pérez

Tenacidad

Una fe terca

“Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones.”, Ro 4:18

Una fe terca, reiterativa y obstinada sigue esperando. Dios desafía nuestra fe ante un mundo lleno de injusticias donde podemos encontrar una confianza renovada en Dios y un desbordante entusiasmo por la vida. Nos encontramos frente al Absoluto, Absoluto, Dios es Dios y esto afirma nuestra vida. Nuestro Señor es Totalmente Otro. Él es el Señor de todo cuanto existe y por eso podemos confiar en él y dejar que se encargue de lo imposible. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.

El Reino de Dios nos invita a mirar hacia el futuro sin ansiedad y a esperar el cumplimiento de la obra de Dios. No se construye con la limitación de las manos humanas, pero si en la esperanzada confianza en Dios. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en una de sus oraciones expresaba: “Nada de lo que nosotros hacemos es completo. Ninguna oración expresa nuestra fe totalmente. Ninguna confesión trae la perfección. Ninguna visita pastoral trae la totalidad. Ningún programa logra la misión de la iglesia. Esto es lo que nosotros somos; plantamos semillas que un día crecerán. Regamos semillas ya plantadas, mientras sabemos que ellas sostienen la promesa futura. Nosotros no podemos hacer todo. Puede estar incompleto, pero es un principio, un paso para el camino, una oportunidad para que la gracia de Dios penetre y haga el resto. Nosotros nunca podemos ver el resultado final, pero esa es la diferencia entre el constructor y el obrero. Nosotros somos obreros, no constructores, ministros, no Mesías. Nosotros somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox