Invitación
"Entonces Jesús explicó: —Mi alimento consiste en hacer la voluntad de Dios, quien me envió, y en terminar su obra", Jn 4:34Nosotros al igual que la mujer samaritana podemos ir a buscar agua a un pozo sintiendo la fatiga del camino y el cansancio. Jesús tiene sed y hambre porque es nuestro Dios hecho humano. Él se encuentra y nos espera donde estamos nosotros. Nos quiere conducir a otro sitio y nos invita a una superación. Provoca una maravilla. El camino que a veces recorremos está salpicado de resistencias, escapatorias, fugas, malentendidos. La tentación es encerrar a Dios en el horizonte de nuestras propias expectativas, pero él nos sorprende y asombra. Nos quiere llevar más allá de los límites que nos hemos impuesto y amplía la escala de lo infinito. Jesús desea penetrar en el corazón de cada persona y poner al descubierto la verdadera necesidad, profundizar una exigencia, hacer brotar una petición, revelarle sus posibilidades inexploradas. Somos llamados a medir según su proyecto y no reducirlo a nuestros propios límites. Él es el "agua viva" y hace brotar por medio de su Espíritu una nueva fuerza en nuestro corazón.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox