viernes, 4 de marzo de 2022

RELACIÓN

 Ampliando los espacios y liberando a la gente

Hemos sido creados a la imagen de Dios que implica una fe trinitaria, una comunidad de fe y relación. Es como una danza circular donde nos miramos y nos movernos a la entrega y el intercambio mutuo sea por obras específicas, la oración y relación espiritual.

Moverse, caminar, ampliar espacios y soltar a la gente implica la oportunidad para el desarrollo y realizar la misión sin obstáculo, ni estorbo.

Dejar lugar a los demás supone respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter.

Esta relación de unos/as con otros/as, exige un diálogo continuo para trabajar por la verdad, la justicia y la paz y serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios.

La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos/as a otros/as para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

Es el modelo para una sociedad mas justa.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 3 de marzo de 2022

SABIDURÍA

 "Es mejor tener sabiduría que armas de guerra, pero un solo pecador puede destruir muchas cosas buenas." Eclesiastés 9:18


En todo el mundo nos estamos despertando con una nueva realidad. Hay incertidumbre y ansiedad.

La fragilidad de la vida nos ayuda a levantar nuestra mirada. Lo importante son las decisiones que tomamos en cuanto a cómo vivir ahora, lo que importa y lo que no.

En las manos de Dios podemos descansar porque en su amor podemos vivir y confiar. El amor de Dios es perfecto, cierto y completo y su perfecto amor nos ayuda a echar fuera el temor.

Nuestra oración: "Enséñame a vivir el hoy de tal manera, que el mañana no tenga que reprocharme el ayer".

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

martes, 1 de marzo de 2022

SANIDAD

El Reino de Dios y la sanidad de las naciones.

Jesús habló sobre el Reino de Dios y su extensión progresiva sobre las naciones hasta que llegue a su plenitud, Mt 13, Mc 4:26-32, Lc 13:18-21. Es la soberanía de Dios sobre toda la creación. 

Las parábolas de Jesús hacen referencia al Reino que se explica por una semilla y una levadura. Crece de manera imperceptible, los inicios son pequeños, poco impresionantes, misteriosos, pero el crecimiento se logra, avanza y las personas se sorprenden.

En Jesús el reino se hizo presente y se nos llama a compartir las buenas nuevas, Lc 4:43, 8:1, 9:2, 60, Mat 24:14. Jesús nos dice: "Si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes”, Lc 11:20

Las personas pueden experimentar este reino y entrar en él con los ojos de la fe. El Reino de Dios se hará manifiesto al final de los tiempos en toda su plenitud.

"Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan. Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra", Ef 1:9-10

Oramos por la salud y sanidad de todas las naciones, Ap 22:1-5

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox 


lunes, 28 de febrero de 2022

REINO

 ¡VENGA TU REINO!

Jesús coloca su enfoque en el Reino de Dios y nos ayuda a pensar en este orden donde la oración extiende su Reino. Es interceder por la nación y las naciones. No se trata de magia o de manipular a Dios con una determinada técnica. Sencillamente es pedirle a Dios: “¡Venga tu Reino! Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo”.

»Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.”, Mt 11:12

Buscar la bendición de todas las etnias y de la nación implica tomar riesgos cuando enfrentamos el mal. Dios tiene como propósito bendecir a todas las naciones, derrotar el mal por medio del Reino de Dios y ser reconocido recibiendo la gloria.

Nos unimos a SU MISION en anunciar la buena noticia que Dios ha venido a derrotar el mal, salvar y bendecir a la gente de todos los pueblos y reinar sobre todas las naciones, Mt 12:28. 

Carlos  Scott

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 27 de febrero de 2022

PAZ

 Obreros de paz

“Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9, RV60

El tradicional concepto cristiano de paz es ausencia de conflicto. En vista de ello, y según muestra el pasaje que nos sirve de referencia, los pacificadores son aquellos que no tienen conflicto con nadie. Bienaventurados los que carecen de conflicto. Felices los que no se meten en líos con nadie. Obviamente ésta es una mirada incompleta de la paz. Es lo que el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer llamaría: “paz barata”.

Escuche cómo Dios recrimina a su pueblo a través del profeta Jeremías. “…desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz”. (Jer. 6:14, RV60)

La ausencia de paz en la otrora ciudad de Jerusalén se debía a la violencia, la maldad, los robos y las injusticias que sufría el pueblo (lea con atención Jeremías 6:6-7). En un contexto así es imposible tener paz, aunque fuera el profeta o el sacerdote quien a viva voz la promoviera.

“No hay paz en un contexto de injusticia”.
“No hay paz donde hay hambre”.
“No hay paz donde hay desigualdad social”.
“No hay paz donde faltan oportunidades para la educación de todos”.
“No hay paz donde no hay bienestar general”.
“No hay paz donde hay explotación, falta de libertad, miseria, sufrimiento, enfermedad, etc.”

De acuerdo a este concepto más amplio de paz, el shalom de Dios, entonces debemos pensar en que los pacificadores a los que Jesús se refiere en su bienaventuranza son aquellos que trabajan por establecer la paz, es decir, por crear las condiciones necesarias para que exista paz entre los hombres y, en consecuencia, trabajan por quitar los obstáculos que la impiden (injusticia, hambre, explotación, corrupción, mentira, fraude, violencia, etc.).

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”.
Mateo 5:9, NVI.

Ante esta definición amplia de paz, podemos decir con toda certeza que Juan el Bautista fue un pacificador, aunque confrontó duramente a las autoridades de su pueblo (Lc. 3:7-14). Jesús fue un pacificador aunque condenó la injusticia y mostró un camino nuevo y justo a seguir (Mt. 10:34). El apóstol Pablo fue un pacificador aunque creaba disturbios en casi todos los lugares que visitaba (véase por ejemplo: en Filipos, Hch. 16; en Atenas, 17:15). Es válido preguntarse, en el caso de estos tres ejemplos de pacificadores: ¿Cómo acabaron sus días terrenales?

Permítame preguntarle, ¿es usted un pacificador según este segundo concepto que complementa al anterior? ¿Qué estamos haciendo por lograr la paz en nuestro país? ¿Qué estamos haciendo para evitar las injusticias y mentiras que nos rodean? ¿Somos agentes de paz en nuestro vecindario, en nuestro lugar de trabajo, en nuestra propia casa? ¿Estamos dispuestos a ser pacificadores al estilo de Juan, Jesús y Pablo, aunque eso nos lleve a la confrontación o a la pérdida de esa paz barata y pasajera? Registremos nuestro nombre al de innumerables obreros que trabajan incansablemente por la paz desde el lugar donde Dios los ha puesto. Ellos y nosotros somos llamados hijos de Dios.

Carlos A López

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 26 de febrero de 2022

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El primer anuncio de Juan el Bautista fue ¡Aquí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!, Jn 1:29. Juan compara al Cristo con un cordero y nos ofrece una imagen de su identidad.

Ser semejante a Jesucristo en su identidad implica que en el Reino de Dios “la sumisión y la quietud son las características de los más fuertes”.

Al decir que Jesús quita el pecado del mundo estamos diciendo que lo divino puede tocarnos y cambiarnos. Sería muy difícil o casi imposible ver un cambio en nuestras propias vidas si Jesús no quita el pecado.

Su segundo gran anuncio fue que Jesucristo es el que Bautiza con el Espíritu Santo, Jn 1:33. Necesitamos de este bautismo para nacer de nuevo y día tras día andar en nueva vida. Es saturar nuestro ser con su Espíritu. Significa hundirnos, sumergirnos, empaparnos de Él. Es algo divino que ningún otro puede hacer, Jn 20:19-23.

Su tercer gran anuncio fue que Jesucristo es el Hijo de Dios, Jn 1:34. Conocer la identidad de Cristo es un don del cielo. “En ese momento le había sido revelado a Juan que Jesús no era otro que el Hijo de Dios”. “Nosotros le conocemos porque el escogió darse a conocer”.

Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es el que nos bautiza con el Espíritu Santo y es el Hijo de Dios. ¿Lo crees? Te invito a creer y entregarte a Jesús. Tu pecado es borrado y perdonado, eres bautizado por su Espíritu Santo y una nueva vida comienza porque solo el Hijo de Dios puede hacer esto.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

viernes, 25 de febrero de 2022

Generación

 Sirviendo a nuestra generación


Las personas que Dios ha movilizado en diferentes tiempos tenían un común denominador: “Sabían vivir bajo la autoridad de Dios”.

Son personas que responden a un “Llamado”. “Escogió también a David... lo llamó” para pastorear a su pueblo, Sal 78:70-72. Nuestro Dios nos inquieta como lo hizo con Abraham, Gn 22:11, con Moisés, Éx 3:4, con Gedeón, Jue 6:14-16, con Samuel y ahora nos llama a cada uno de nosotros.

Es un llamado a ver las cosas de una manera diferente y pertenecerle a él. Vivir la calidad de una nueva relación y saber que hay futuro. Implica un compromiso profundo y un nuevo estilo de vida.

El que llama es “Yo soy el que soy”. Yo soy todo lo que mi pueblo necesita. Es una demanda grande y cuando no respondemos a este llamado todo se transforma en un vacío.

Este llamado debe durar toda la vida. Esta certeza hace que cambie nuestra propia historia y cambia el curso de la historia.

“La persona que Dios moviliza es aquella que vive bajo su autoridad y sirve a su propia generación por el propósito de Dios, Hch 13:36”

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 24 de febrero de 2022

Inquietudes

 "OH Dios conoce mis inquietudes, conoce mi corazón"


No siempre conocemos nuestro corazón, pero ¡Sí! le podemos pedir a Dios que nos haga conforme a su corazón. David expresó: "Nadie parece darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname, Dios mío, los pecados que cometo sin darme cuenta! ¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! ¡Líbrame de la desobediencia para no pecar contra ti!", Salmo 19:12-13

David fue una persona quebrantada de corazón. Sufrió por el celo y la envidia de Saúl; fue engañado. Lo rebajaron de grado militar, procuraron matarlo, lo persiguieron, anduvo en cuevas, en el desierto, se tuvo que hacer pasar por loco para ser aceptado por los extranjeros y enemigos. Sufrió la burla de otros y la incomprensión de sus 600 hombres: "¿Cómo que no mataste a Saúl?”.

Un corazón integro se forma a través de la prueba. Descubrió que nada sirve tener un corazón orgulloso, soberbio y altivo.

La prueba nos lleva a fortalecernos en Dios en la más dura aflicción: “Y David se fortalecía en el Señor su Dios”, “Y David consultaba con su Dios”, 1 S 30:6-7.

Que nuestra oración pueda ser la misma oración que finalmente hizo David: "Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos. Dime si mi conducta no te agrada, y enséñame a vivir como quieres que yo viva.", Salmo 139:23-24.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 23 de febrero de 2022

Llorar

"Y Jesús Lloró".

Lucas 19:41-42a. “Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar,...”.¿Por qué lloró Jesús al ver la ciudad de Jerusalén?

Jerusalén era la ciudad de las ilusiones perdidas. Poco quedaba de la ciudad esplendorosa. La corrupción, la política, los ritos vacíos, la religiosidad barata dirigida por ladrones, corruptos, negociadores de la fe. Una ciudad desorientada, confundida, una ciudad vacía, una ciudad que le había dado la espalda a Dios. Y recuerde que toda sociedad que deja a Dios de lado no puede tener otro destino que la ruina. El problema de Jerusalén no era que no tenía fe sino que la fe no tenía el fermento transformador.

Jesús lloró.

¿Si Jesús llegaría hoy a nuestras ciudades por qué lloraría?

Por el 30, 40 o 50 % de pobres.
Por la mitad de los jóvenes que no trabajan.
Por la mentira usada como verdad.
Por la violencia que recorre las calles.

Jesús lloraría porque todo esto tiene una raíz. ¡Argentina se ha alejado de Dios!

Meses después de aquel llanto sobre Jerusalén, nació la incipiente comunidad de fe que se llama iglesia.

Dice Hechos 8:4-8 sobre esta comunidad: "Así que los creyentes que se esparcieron predicaban la Buena Noticia acerca de Jesús adondequiera que iban". Felipe, por ejemplo, se dirigió a la ciudad de Samaria y allí le contó a la gente acerca del Mesías. Las multitudes escuchaban atentamente a Felipe, porque estaban deseosas de oír el mensaje y ver las señales milagrosas que él hacía. Muchos espíritus malignos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados. Así que hubo mucha alegría en esa ciudad. …hacia el final de este pasaje dice…“y aquella ciudad se lleno de alegría”.

El llanto de Jesús se transformó en gozo y alegría.

Jesús lloró pero la historia no termino allí, se levantaron hombres y mujeres a vivir de manera radical su fe, dispuestos a vivir la fe hasta las últimas consecuencias.

Si hoy cumplimos la misión transformadora de Dios… como lo hizo aquella primera iglesia, entonces algún día se dirá:

¡y Argentina se llenó de alegría!

Dr. y Pastor J. Norberto Saracco

Foto de Gilbert Lennox

martes, 22 de febrero de 2022

Enviados

 Estar con él, andar con él y aprender de él...

Jesús ejemplificó lo que es el discipulado cristiano. Jesús, tomando la iniciativa, llamó a sus discípulos para que estuviesen con él, Mr. 3:14

Marcos resume las palabras de Jesús en pocas palabras: "...y para enviarlos", Mr. 1:17.

Todos pueden entrar en la profundidad de este compromiso. No se necesita tener un título de grado, ser sabio, intelectual, culto, profesional, religioso/a. No hace diferencia entre pobres y ricos, joven o adulto, hombre o mujer, el que tiene mucha educación y el que no la tiene. Es una invitación abierta para todos/as y no excluye a nadie. Nunca se llega a ser demasiado adulto para comenzar el proceso. Dios sea alabado por todo esto.

El Rey de Reyes y Señor de Señores se acerca y se abre hacia nosotros. Nos dice “yo te amo como un estudiante”, “ven y yo te voy a formar”, nos capacita y ser discípulo/a es el único requerimiento o respuesta. Cualquier persona en cualquier lugar puede entrar en la profundidad de este compromiso. Jesús nos invita a estar con él, andar con él y aprender de él. Es un requerimiento que debe durar toda la vida.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox