martes, 9 de mayo de 2023

Incertidumbre

Nuestras dudas

"Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.", Mt 28:16-18

El encuentro de los discípulos con Jesús resucitado fue caracterizado por la adoración y la duda. La palabra adoración implica caer postrado. Pero la palabra duda tiene que ver con la falta de determinación. Es vacilar e implica incertidumbre, irresolución e incredulidad. El grupo de discípulos es una pequeña comunidad humana, con conflictos y dudas. Por lo tanto, adoración y duda caracterizan el encuentro de los discípulos con Jesús. Este texto es muy humano y trae esperanza a nuestra vida. De ninguna manera Jesús los rechaza porque algunos dudaban. Jesús nos acepta con nuestras dudas. Dudamos muchas veces sobre la dirección que debemos tomar y lo que debemos hacer. Otras veces dudamos sobre la protección del Señor ante las diferentes circunstancias como la enfermedad, la falta de empleo, los problemas familiares, los principios y valores que debemos mantener. La duda puede tener semejanza con una noche muy oscura donde no sabemos por dónde caminar. Pero en medio de las circunstancias Dios no deja solo a sus hijos y tampoco nos rechaza. Es precisamente en esos momentos donde necesitamos aferrarnos a una palabra del Señor. Los discípulos en su momento recibieron una palabra: «Este es mi hijo amado. Escúchenlo». Es precisamente ahí donde el camino del creyente se ilumina por una palabra. «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero». Alessandro Pronzato nos comparte que si bien la lámpara no elimina la noche nos permitirá caminar. Ante nuestras dudas, sufrimiento y dolor debemos mantenernos mirando al Invisible que todo lo puede y nos dice: “estoy aquí”. Siendo así debemos arriesgarnos y seguir en fe.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

lunes, 8 de mayo de 2023

Compromiso ineludible

Resurrección y periferia

”No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo …, Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”, Mc 16:6-15

Galilea era una región de poca importancia llamada tierra de paganos o gentiles, Is. 9:1, Mt. 4:15. Era un lugar de tierra rica pero explotada por latifundistas (Propiedad agraria de gran extensión que pertenece a pocas personas y que se caracteriza por la mala explotación de sus recursos). Por lo general la gente vivía marginada, con vergüenza y desprecio.  Galilea es sinónimo de pobreza mientras que Jerusalén tenía privilegios políticos y religiosos. «Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación con las posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los desempleados». Había muchos desheredados, hombres sin patria «Los discípulos son convocados a un peregrinaje…, de la marginalidad al compromiso. Jesús todavía continúa diciéndonos: Sígueme, Lc. 5:27, 9:59, 18:22». Fue en Galilea donde Jesús comenzó su ministerio, Lc. 4:14-15; y eligió a sus primeros discípulos, Lc. 6:12-16. Darío López comenta que la opción de Jesús por Galilea no fue circunstancial sino una elección intencional. ¿Porque la opción no surgió desde Jerusalén? Jesús eligió cumplir su ministerio entre las masas olvidadas por los líderes políticos y religiosos para luego ir a Jerusalén. La periferia representó tarea impostergable y compromiso ineludible. Incluía a todos ya sean Judíos, Samaritanos y Gentiles. Jesús los envía a llevar la buena nueva del Reino de Dios y este mandato es para todas las generaciones. Un mensaje que tiene que ver con la transformación total de la existencia humana. Por lo tanto, Jesucristo nos comisiona desde la periferia a llevar todo el evangelio a todas las naciones. «La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación»

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 7 de mayo de 2023

Motivos y razones

Saber Pasar

"Permítanme recordarles, hermanos, el evangelio que les prediqué antes. Ustedes lo aceptaron entonces, y perseveran en él.  Es por medio de este mensaje como ustedes alcanzan la salvación; es decir, si todavía lo creen firmemente. Si no, todo fue en vano. Lo primero que hice fue transmitirles lo que me enseñaron: que Cristo murió por nuestros pecados, de acuerdo con las Escrituras; que fue sepultado y que al tercer día se levantó de la tumba, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y, más tarde, a los doce. Después se apareció a más de quinientos cristianos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto ya. Luego se le apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles. Y, por último, como a uno que había nacido fuera de tiempo, se me apareció a mí.” 1 Cor 15: 1-8
 
La resurrección de Jesucristo nos da suficientes motivos, razones y certezas para confiar y seguir a Jesús. Ante el mal que nos desgarra, tenemos la fortaleza que nos levanta. Ante la adversidad que nos desconcierta, tenemos una fuerza superior. Ante el mal que nos aflige, tenemos la esperanza que nos revive. En medio de cualquier oscuridad, decepción o frustración debemos recordar una vez más que hay un nuevo día y amanecer. La luz triunfa sobre las tinieblas, la vida sobre la muerte, la justicia sobre la injusticia, la verdad sobre la mentira y el amor sobre el odio. Respira la esperanza y lucha contra la muerte. Pasemos de la resignación a la acción; de la indiferencia a la solidaridad; de la queja a la búsqueda de soluciones; de la desconfianza al abrazo sincero; del miedo al coraje de volver apostar todo por amor; de recoger sin vergüenza los trozos de sueños rotos y volver a empezar; de la autosuficiencia al compartir el fracaso y los éxitos; de hacer las paces con nuestro pasado para que no arruine nuestro presente, y sobre todo encontrarnos con Jesucristo que es nuestro Salvador. Demos a conocer esta noticia. ¡He visto al Señor!, Jn 20:18

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 6 de mayo de 2023

Confiar y seguir

Certezas, motivos y razones

“No llores, no tengas miedo” ¡Cristo ha resucitado!, Mt 28:5
 
La resurrección de Jesucristo nos da suficientes motivos, razones y certezas para confiar y seguir a Jesús. En medio de cualquier oscuridad, desilusión o frustración debemos volver a recordar que hay un nuevo día y amanecer. La luz triunfa sobre las tinieblas, la vida sobre la muerte, la justicia sobre la injusticia, la verdad sobre la mentira y el amor sobre el odio. Sin entender todo, se nos llama a creer y avanzar. La única manera de conocer a Jesús es caminar con él. En medio del camino las dudas son aclaradas y viene la certeza. María Magdalena se quedó llorando junto al sepulcro, Jn 20:10-11 y busca a Jesús como alguien que está muerto, Lc 24:5. No ve a Jesús resucitado. Estamos tentados a pensar que la resurrección de Jesucristo no puede ayudarnos en nuestras luchas, dudas y temores. Jesús nos invita a cambiar nuestro criterio. Jesús cuestionó a María Magdalena ¿Por qué lloras? Quiere que veamos su presencia en medio de toda circunstancia. Como seguidores de Jesús somos llamados a tener amplitud. Jesús no dejó sola a María Magdalena y la llamó por su nombre. Ninguna situación está fuera del control de Dios. Ella y las otras mujeres le abrazaron los pies y lo adoraron, Mt 28:9, pero su mandamiento fue de animar a los hermanos, salir al mundo y no privatizar la misión. No podemos detener a Jesús sino soltarlo y estar en su seguimiento. “Vivir de acuerdo con la resurrección de Jesucristo es permitir que su voluntad sea la guía para todo aspecto de nuestra vida” Demos a conocer esta noticia ¡He visto al Señor!, Jn 20:18. Salgamos con una misión de amor compartiendo todo el evangelio con toda la humanidad 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

viernes, 5 de mayo de 2023

Valor

Salir de las sombras

“Más tarde, José de Arimatea, quien había sido un discípulo secreto de Jesús (por temor a los líderes judíos), pidió permiso a Pilato para bajar el cuerpo de Jesús. Cuando Pilato concedió el permiso, José fue a buscar el cuerpo y se lo llevó.  Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilos de ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe. De acuerdo con la costumbre de los entierros judíos, envolvieron el cuerpo de Jesús untado con las especias en largos lienzos de lino. El lugar de la crucifixión estaba cerca de un huerto donde había una tumba nueva que nunca se había usado. Y, como era el día de preparación para la Pascua judía y la tumba estaba cerca, pusieron a Jesús allí”, Jn 19:38-42

José de Arimatea y Nicodemo (Jn 7:32, 50-51) se transformaron en discípulos de Jesús. Ellos aparecieron arriesgándose. Salieron de la oscuridad y tomaron el cuerpo de Jesús para darle sepultura. Esto requería valor y fue parte de un proceso que los transformó en seguidores de Jesús. Juan seguramente narra estos acontecimientos con la esperanza y propósito de provocar una transformación en los cristianos secretos de su tiempo que querían mantener secreta su fe en Jesús y no entrar en problemas con los demás. No podemos domesticar el Reino de Dios a nuestra forma de pensar y ser. Su Reino viene para todos y somos llamados a ser testigos. Jesús pretende dirigir el Reino Universal por lo tanto Jesús nos confronta. Su Reino es una invitación abierta para aceptar sus prioridades y el poder del Espíritu Santo nos debe llevar de todas partes a todos lados.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox 

jueves, 4 de mayo de 2023

Audaces y valientes

Buscando la luz

"Ya era viernes por la tarde, y los judíos se estaban preparando para las celebraciones especiales del día sábado. Un hombre llamado José, del pueblo de Arimatea, no tuvo miedo de pedirle a Pilato el cuerpo de Jesús. José era un miembro muy importante de la Junta Suprema. Además, él oraba para que el reinado de Dios empezara pronto. Pilato se sorprendió mucho al oír que Jesús ya había muerto. Por eso, llamó al oficial romano para ver si era cierto, y para averiguar cuándo había sucedido. Cuando el oficial regresó con el informe, Pilato dio permiso para que le entregaran a José el cuerpo de Jesús. José compró entonces una sábana de tela muy fina y cara. Bajó a Jesús de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en una tumba. Hacía poco tiempo que José la había mandado construir en una gran roca. Luego tapó la entrada de la tumba con una piedra muy grande”, Mc 15:42-47

Cuando hay mucha familiaridad con la oscuridad debemos seguir confiando que puede aparecer la luz que necesitamos. Dios nos llama a no renunciar a lo que hemos creído y sostenido. “José era seguidor de Jesús, pero no se lo había dicho a nadie porque tenía miedo de los líderes judíos”, Jn19:38. La esperanza puede resurgir cuando seguimos siendo audaces y valientes. “Jose fue un hombre bueno y honesto, y deseaba que Dios comenzara ya a reinar en el mundo. José era miembro de la Junta Suprema, pero cuando la Junta decidió que Jesús debía morir, él no estuvo de acuerdo”, Lc 23:50-51. Dios nos llama a salir de la oscuridad y caminar hacia la luz. “Jose oraba para que el reinado de Dios empezara pronto”. Es una luz que no podemos ocultar. »Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa”, Mt 5:14-15. "Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él”, Mt 11:12

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 3 de mayo de 2023

Tomo nuestro lugar

Conocedor del dolor más profundo

“Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, el cielo se puso oscuro. A esa hora, Jesús gritó con mucha fuerza: «Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani?» Eso quiere decir: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?», Mc 15:33-34. “Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza, y entregó su espíritu”, Mt 27:50

“Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo" Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron ...  él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros. Fue oprimido y tratado con crueldad; sin embargo, no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca. Al ser condenado injustamente, se lo llevaron ... Él no había hecho nada malo, y jamás había engañado a nadie. Pero fue enterrado como un criminal; ... Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes ... Y a causa de lo que sufrió, mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos. Yo le rendiré los honores de un soldado victorioso, porque se expuso a la muerte ...”, Is 53:10-12. "Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo", 2 Co 5:20

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

martes, 2 de mayo de 2023

Traspasa todo poder

Mirarán al que traspasaron

"Cuando llegaron a Jesús, se dieron cuenta de que ya había muerto. Por eso no le quebraron las piernas. Sin embargo, uno de los soldados atravesó con una lanza el costado de Jesús, y enseguida salió sangre y agua. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Biblia: «No le quebrarán ningún hueso». En otra parte, la Biblia también dice: «Mirarán al que atravesaron con una lanza».Jn 19:31-37. 

Jesús fue traspasado en la cruz y el que fue atravesado con una lanza es el que traspasa todo poder. Es el poder del amor su fuerza irresistible y nos llama a tener otra mirada. Significa seguir la lógica del amor y dejar que mi orgullo, el deseo de supremacía, el instinto de imponer, la pretensión de conquistar posiciones favorables, la tentación de hacerse valer sea crucificado y clavado en la cruz. Es dejar que me atraviese su vida y su espíritu quitando todo otro poder. “¿Acaso piensan que las Escrituras no significan nada? Ellas dicen que Dios desea fervientemente que el espíritu que puso dentro de nosotros le sea fiel. Y él da gracia con generosidad. Como dicen las Escrituras: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes» Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo. Derramen lágrimas por lo que han hecho. Que haya lamento y profundo dolor. Que haya llanto en lugar de risa y tristeza en lugar de alegría.  Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor”, Stg 4:5-10. “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados”, Is 53:5. “Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro”, Sal 34:5. “¡Miren! Él viene en las nubes del cielo. Y todos lo verán, incluso aquellos que lo traspasaron. Y todas las naciones del mundo se lamentarán por él. ¡Sí! ¡Amén!”, Ap 1:7

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

lunes, 1 de mayo de 2023

Ver con claridad

Una declaración decisiva

”Jesús lanzó un fuerte grito y murió …  El oficial romano que estaba frente a Jesús lo vio morir, y dijo: —En verdad este hombre era el Hijo de Dios.”, Mc 15:37-39

Marcos nos habla de un oficial romano que reconoce en Jesús al Hijo de Dios.  Esta declaración constituye el punto de llegada del Evangelio. Es la respuesta tan esperada a una pregunta fundamental: ¿Quién es Jesús? Esta contestación viene de parte de un gentil o pagano y se constituye en una verdadera declaración de fe. Nos hace ver que el Espíritu prometido ya estaba actuando en medio de las personas. Cuando Jesús fue bautizado una voz que venía del cielo le dijo: «Tú eres mi Hijo, a quien quiero mucho. Estoy muy contento contigo.», Mc 1:11 y ahora, en el Calvario, después de su muerte hay un reconocimiento: "En verdad este hombre era el Hijo de Dios". Es interesante observar que esta declaración no viene de parte de un discípulo, un amigo o un familiar, sino de parte de un gentil. Este oficial llegó a descubrir la identidad de Jesús no precisamente en el momento del triunfo, sino en la derrota y el fracaso. Nos encontramos con el cuerpo de Jesús azotado, una corona de espinas en la cabeza, desnudo, burlado, expuesto a todos los golpes, clavado y asesinado en una cruz. Es conmovedor ver que Jesús es reconocido no en el momento feliz de los milagros, sino cuando se negó a hacer el milagro de bajar de la cruz y murió. En la oscuridad del final es reconocido por este oficial, un gentil que puede ver con claridad. En medio de la densa tiniebla que cubrió la tierra, esta persona pudo distinguir un rostro divino. Lo reconoce cuando está desfigurado y no transfigurado. “Creyente no es el privilegiado envuelto en la luz; es el que, incluso en la oscuridad, logra ver claro” “Mientras esperan al Señor, muéstrense alegres; cuando sufran por el Señor, muéstrense pacientes; cuando oren al Señor, muéstrense constantes.”, Ro 12:12

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 30 de abril de 2023

Personas inesperadas

Modificando el itinerario

”Los soldados salieron con Jesús, y en el camino encontraron a un hombre llamado Simón, que era del pueblo de Cirene. Simón era padre de Alejandro y de Rufo; regresaba del campo y los soldados lo obligaron a cargar la cruz de Jesús”, Mc 15:21

Cirene es una ciudad del norte de África en Libia. Allí habitaban numerosos judíos y representaban una cuarta parte de la población. Marcos nos presenta a Simón y a sus hijos que probablemente serían personas conocidas en la primera comunidad cristiana. Simón es obligado a dar un servicio y en este caso llevar la cruz de Jesús. Simón regresaba del campo que en definitiva representaba la periferia de la ciudad y es el protagonista de un hecho histórico. Es el primer discípulo que sigue a Jesús llevando la cruz. Tiempo atrás Jesús les había enseñado a los discípulos que debían estar preparados para llevar la cruz, pero en esa hora no podemos encontrarlos. Al no haber voluntarios para llevar la cruz, los soldados proceden a llamar a otra persona, le guste o no le guste. En este caso el llamado al seguimiento no se ha realizado por el Señor, sino por los que van a ejecutar la pena de muerte. Hay situaciones en que el seguimiento a Jesús se transforma en un llamado que viene de un mundo que pide urgentemente nuestra intervención, nos guste o no. El gesto de Simón de Cirene como la declaración de fe del oficial romano al ver morir a Jesús (Mc 15:39), indican que nuestro Dios levanta otras personas inesperadas, llegadas de lejos, que realizan y dicen lo que deberían haber hecho y dicho los “cercanos”, “los íntimos”, pero que no se dejan encontrar en la hora decisiva. Junto a Jesús no hay puestos reservados, son más bien lugares dejados libres y esto nos desafía a modificar nuestros itinerarios. “No sean nunca perezosos, más bien trabajen con esmero y sirvan al Señor con entusiasmo. Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando. Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad”, Ro 12:11-13

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 29 de abril de 2023

Dolor profundo

 Un escrito realizado con lágrimas

“… le colocaron en la cabeza una corona hecha con ramas de espinos. Entonces comenzaron a burlarse de él, … Lo golpeaban en la cabeza con una vara y lo escupían, y arrodillándose delante de él le hacían reverencias. Cuando se cansaron de burlarse de él, le quitaron el manto rojo y le pusieron su propia ropa. Después se lo llevaron para clavarlo en la cruz.”, Mc 15:16-20

Este relato nos genera un fuerte pesar, lágrimas y dolor profundo. Esto es lo que nos describe Marcos cuando escribió sobre la crucifixión de Jesús. Lucas expresa: “Entonces Pilato sentenció a Jesús a muerte como la gente reclamaba… Y les entregó a Jesús para que hicieran con él como quisieran.”, Lc 23:24-25. El Señor y Rey del universo es maltratado por la humanidad. El justo sufriendo por los injustos, “tenía el rostro tan desfigurado que apenas parecía un ser humano, y por su aspecto, no se veía como un hombre.”, Is 52:14. “¿Quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha revelado el Señor su brazo poderoso? Mi siervo creció en la presencia del Señor como un tierno brote verde, como raíz en tierra seca ... Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron ...  él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros…, Fue oprimido y tratado con crueldad; … no dijo ni una sola palabra…, Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes…, Yo le rendiré los honores de un soldado victorioso, porque se expuso a la muerte. Fue contado entre los rebeldes. Cargó con los pecados de muchos e intercedió por los transgresores”, Is 53:1-9.

Carlos Scott

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viernes, 28 de abril de 2023

Aquí y ahora

 Para este mundo

“Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo”, Jn 18:36
 
Jesús nos dice que su reino no se origina en este mundo, en su sistema, en sus opciones. Su reino se origina en Dios, pero es para este mundo. “Si el ‘reino’ tiene que ver solamente con el ‘más allá’, los que predican ese ‘reino’ no tendrán mayores conflictos con el “más acá”. Este tipo de evangelio les gusta a los poderes de este mundo, pero también, les puede gustar a los "cristianos" porque no les trae problemas. El Reino de Dios es un reino Universal, multicultural y multiétnico. Jesús es el reino de Dios encarnado derrotando a la maldad y crueldad con su propia vida. Jesús coloca su enfoque en el Reino de Dios y nos ayuda a pensar en esta dimensión. El reino de Dios no es una ética, ni una ideología social sino la autoridad y poder de Dios en acción por medio de palabra y obra que se centraliza en una persona; la persona de Jesús el Mesías. “Cuando alguien pertenece al reino de Dios, lo demuestra por lo que hace y no sólo por lo que dice”, 1 Co 4:20 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 27 de abril de 2023

Convicción

Un absoluto “SI”

”Pilato le preguntó a Jesús: —¿Eres en verdad el rey de los judíos?”, Mc 15:2
Pilato se caracterizó por ser una persona indeterminada, confusa, oscura, incierta y oportunista. Su perfil quedaría resumido en no tener complicaciones. Los dirigentes religiosos entregaron a Jesús por envidia porque lo que estaba en juego era el poder y el control, Mc 15:9-10. Por otro lado, sabían que a Pilato solo le podría interesar el aspecto político. Luego de un juicio interno y proceso injusto entregan a Jesús por ser un perturbador. Pilato discute e intenta negociar, se toma tiempo, pero luego cede ante la multitud. Todos tienen prisa, en el caso de Pilato "terminar" con lo que había tratado de evitar y para los religiosos "eliminar al perturbador para pasar su pascua tranquila". Pilato se debe enfrentar cara a cara con Jesús, con los jefes judíos, con el pueblo y en su imaginación con sus superiores de Roma. Todo esto nos lleva a pensar que hay momentos en la vida que debemos tener valor para decir “Si” a unos y “No” a otros. “No” a la crueldad, la violencia, la mentira, el engaño, la manipulación y búsqueda del poder para eliminar a quien sea. Cuando no se tiene valor para estar cara a cara con Jesús es cuando cedemos el lugar a otras cosas y nos alejamos de los valores del Salvador. Ese puede ser el momento donde corremos el peligro de mirar para otro lado y las decisiones podrían ser como la de Pilato: “quedar bien con aquello que destruye”. Dios nos llama en este tiempo a ser coherentes, tener convicción y no eliminar la presencia inquietante de Jesús. El ¡Sí! a él debe salir de un “No” a otras cosas. El tema central es comprometer nuestra existencia con el Señor. Jesús quiere convertirse en una decisión seria para nosotros. "Pero a cualquiera que me desconozca delante de los demás, yo también lo desconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.", Mt 10:33. Vivamos nuestra vida en su seguimiento. 
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 26 de abril de 2023

Envidia

 Arrestado por envidia

“Pilato sabía muy bien que los líderes religiosos habían arrestado a Jesús por envidia”, Mt 27:18

Poncio Pilato estaba convencido de la inocencia de Jesús e insistió en su absolución porqué desconfiaba de los jefes de los sacerdotes. Ellos deseaban su muerte a causa de la popularidad que había logrado junto al pueblo. La envidia es la venganza de los incapaces y lo que se envidia es la capacidad de los otros. El envidioso revela, a pesar suyo, la grandeza del otro. El envidioso es como aquel que arroja piedras contra un árbol lleno de frutos. La envidia no busca conflictos con la mediocridad porque el que envidia pretende oscurecer, ocultar, echar sombras sobre la capacidad del otro y termina iluminando la grandeza ajena. Su tragedia es esta: el bien le hace estar mal. La envidia puede producir un desastre en la vida e innumerables sufrimientos para todos. No se puede construir la vida propia tirando abajo la ajena. La envidia se puede convertir en amor si no esquivamos la meta de ver que a otros les vaya bien. Se nos llama a “alegrarnos con los que están alegres y vivir en armonía unos con otros”, Ro 12:15-16. Si germina el amor la envidia habrá desaparecido. Sepamos vivir con alegría, generosidad, reconocer a otros y dar ánimo

Carlos Scott

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martes, 25 de abril de 2023

Ser uno mismo

 Intereses mezquinos

“Herodes y Pilato, que antes eran enemigos, se hicieron amigos ese día”, Lc 23:12

La crítica situación legal en que se encontraba una persona inocente fue la ocasión que utilizaron dos políticos ambiciosos para salvaguardar sus intereses mezquinos. Son personas capaces de hacer las alianzas más contradictorias con tal de alcanzar determinados objetivos. Todo está en relación con un preciso cálculo de interés, comodidad y utilidad. El poder les seduce y es la perspectiva en la que se colocan para examinar todo y a todos. Son gente que se pierden en sí mismas sin encontrar el verdadero valor que tienen las relaciones basadas en la dignidad, la verdad, la justicia y el amor. Es ahí donde renuncian a su libertad de ser y decir lo que corresponde. Es clave darnos cuenta de que hay una oportunidad en la vida y si se presenta una sola vez, es la oportunidad de ser uno mismo. Tengamos las manos libres para dar la vida por todos aquellos que necesitan la justicia, la verdad y mantener su dignidad. "Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas”, Mt 7:12

Carlos Scott

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lunes, 24 de abril de 2023

Inquietar

 El alboroto y la peligrosidad

"Luego, todos los de la Junta Suprema se pusieron de pie y llevaron a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. Cuando llegaron, comenzaron a acusar a Jesús y dijeron: —Señor gobernador, encontramos a este hombre alborotando al pueblo para que se rebele contra Roma. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y que él es el Mesías. Es decir, se cree rey”, Lc 23:2

Estar en el seguimiento de Jesús puede resultar peligroso, pero peor es llevar una vida insignificante. Cuando una vida no tiene nada que decir y no inquieta a nadie puede perder significancia. Seguir a Jesús es dejarse inquietar por Dios. Conocer a Jesús y seguirlo no suaviza sus exigencias, tampoco hay facilidades. Implica decir quiénes somos, lo que creemos, lo que anhelamos y amamos. La capacidad de inquietar está directamente relacionada con la disponibilidad de estar abiertos a los valores del Reino de Dios. Es una decisión precisa, lúcida y coherente. El testimonio depende de la amplitud del ideal. Lo contrario será llevar una vida muy aburrida. La peligrosidad puede estar relacionada con la capacidad de inquietar y la elección de lo más difícil tiene que ver con situaciones que necesitan ser transformadas. El Reino de Dios no está ausente o estático. Parece estar oculto y en secreto, pero puede verse con los ojos de la fe. Las personas pueden experimentar este reino y entrar en él.  “Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.”, Mt 11:12. Nuestra existencia puede estar relacionada con algo que merezca jugarnos por entero.  "El Reino de Dios se desarrolla desde lo pequeño a lo grande, de lo sencillo a lo completo, de lo familiar y cercano a lo social y distante. Hablamos de un reino que crece sin protagonismos y sin la pompa de los célebres". Lo sencillo, frágil y pequeño es lo que produce el avance del Reino de Dios. Seamos semillas de fe, que Dios nos plante llevando esperanza y cubriendo la vida con amor. 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 23 de abril de 2023

Silencio y plenitud

La palabra de vida que sale del silencio

“—¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote  —Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo., Mc 14:61-62

El silencio no es egoísta y no se repliega sobre sí mismo. El silencio es plenitud, no vacío. Es riqueza, don, comunicación, no aspereza. Callar puede ser necesario y es el sacrificio de la palabra, pero el mutismo puede ser cruel y destructor. Una cosa es el silencio, pero otra diferente es quedarnos mudos. Zacarías se quedó mudo en vez de permanecer en silencio. Si hubiera aceptado la revelación, quizás no habría salido mudo del templo, Lc 1:11-20. En la vida hay tiempo para callar y un tiempo para hablar, Ec 3:7. Del silencio nace la palabra justa en el momento justo y del silencio nace la palabra que es vida. “De la Palabra nace la vida, y la Palabra, que es la vida, es también nuestra luz. La luz alumbra en la oscuridad, ¡y nada puede destruirla!... Aquel que es la Palabra estaba en el mundo. Dios creó el mundo por medio de aquel que es la Palabra, pero la gente no lo reconoció. La Palabra vino a vivir a este mundo, pero su pueblo no la aceptó. Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron a ser hijos de Dios. Son hijos de Dios por voluntad divina, no por voluntad humana. Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad”, Jn 1:1-14. Jesucristo nos vuelve a decir “—Sí, yo soy”, “Yo soy el que soy”. Yo soy lo que toda persona necesita. “Que todo mi ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está mi esperanza. Solo él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde no seré sacudido. Mi victoria y mi honor provienen solamente de Dios; él es mi refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarme. Oh pueblo mío, confía en Dios en todo momento; dile lo que hay en tu corazón, porque él es nuestro refugio”, Sal 62:5-8
 
Carlos Scott
 
Foto de Gilbert Lennox

sábado, 22 de abril de 2023

Mas que las palabras

 Las palabras del silencio

"Poniéndose de pie en el medio, el sumo sacerdote interrogó a Jesús: —¿No tienes nada que contestar? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra? Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada.”, Mc 14:60-61

Mientras que otros pueden tomar la palabra, hay situaciones donde el silencio puede hablar más que las palabras. La palabra puede ser tomada y pedida, pero también dejada. Muchos intentan brillar con palabras, pero otros iluminan por medio del silencio. El silencio auténtico es algo sumamente intenso y posee una densidad real. Es verdaderamente algo vivo. Si mi silencio no le dice nada, mis palabras serán inútiles. Está todo dicho y no hace falta más. La luz y palabras del silencio pueden ser hechos y acciones concretas que marcan la verdad y los valores de integridad. Ahora bien, cuando hay acusaciones infundadas que muchos sufren el silencio no es bueno sino malo. Cuando todo ha sido juzgado por la arbitrariedad, el atropello, la mezquindad, la envidia, el egoísmo y autoritarismo solo nos queda encomendarnos a Dios. “Dios es mi defensor, él salva a los de corazón íntegro”, Sal 7:11. "Oré al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro ... ¿Quieres vivir una vida larga y próspera? ¡Entonces refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios de decir mentiras! Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno; sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio ... El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado. La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión", Sal 34:4-22

Carlos Scott 

Foto de Gilbert Lennox

viernes, 21 de abril de 2023

Estar cerca

 La soledad y el abandono

"Todavía estaba hablando Jesús cuando de repente llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos. El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ese es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado». Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús. —¡Rabí! —le dijo, y lo besó. Entonces los hombres prendieron a Jesús. Pero uno de los que estaban ahí desenfundó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja. —¿Acaso soy un bandido —dijo Jesús—, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Día tras día estaba con ustedes, enseñando en el templo, y no me prendieron. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras. Entonces todos lo abandonaron y huyeron”, Mc 14:43-52

El arresto de Jesús nos marca la traición y el abandono de los amigos. Luego es condenado, burlado, torturado, echado y crucificado fuera de la ciudad. La soledad y el abandono es un componente de la cruz y un distintivo de ese momento. Hay dolor cuando se sufre el alejamiento de los que tenían que estar cerca. Jesús está solo, especialmente en la hora del arresto, mientras los discípulos se dan a la fuga. Nadie le responde y la única palabra que escuchará será la de Judas. También recibirá un beso y será el beso de la traición. Lo han dejado solo, lo entregaron. Hay tristeza cuando te dejan solo y no siempre se capta ese dolor. La distancia puede ser culpable cuando se trata de la indiferencia, de no preguntar, de interesarnos, de la capacidad de comprometernos y cuando hay ausencia es cuando “llega la hora”. Dios nos llama a la relación unos con otros, no estar solos y no dejar a nadie solo. Se trata de ocupar estos espacios vacíos por medio de la comunión, del ánimo, la escucha atenta y el consuelo. “Tratemos de ayudarnos unos a otros, y de amarnos y hacer lo bueno”, Heb 10:24 “Amen a los demás con sinceridad ..., y respétense siempre, … Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza. Vivan siempre en armonía", Ro 12:9-16

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 20 de abril de 2023

Situaciones de dolor

 Un camino de obediencia

“Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú», Mc 14:32-36

El escritor del libro de Hebreos nos dice “Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración. Aunque él era Hijo de Dios, por medio del sufrimiento aprendió lo que significa obedecer siempre a Dios.  Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que lo obedecen”, Heb 5:7-9. En el seguimiento de Jesús algunas veces pasamos por situaciones de dolor. El dolor es inevitable, a su vez nos transforma, aprendemos, nos puede hacer más fuertes y es ahí donde también podemos encontrar un camino de salvación. El apóstol Pablo lo expresó de esta manera ”Servimos a Dios, ya sea que la gente nos honre o nos desprecie, sea que nos calumnie o nos elogie. Somos sinceros, pero nos llaman impostores. Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos. Vivimos al borde de la muerte, pero aún seguimos con vida. Nos han golpeado, pero no matado. Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo”, 2 Co 6:8-10. En medio de cualquier dolor podemos recordar las palabras del salmista “El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado", Sal 34:17-18. "Del mismo modo, y puesto que nuestra confianza en Dios es débil, el Espíritu Santo nos ayuda", Ro 8: 26-28. "En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total”, Ro 8:37

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 19 de abril de 2023

Cercano a nosotros

Temor, tristeza y angustia

”Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro». Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza. «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen», Mc 14:32-36

Nos encontramos con Jesús antes de la cruz y lo que ha sentido. Jesús llora y se estremece ante la perspectiva de la muerte. Siente angustia, ruega, derrama lágrimas y suplica al que lo puede librar de esa prueba espantosa.  ”Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte,…”, Heb 5:7-9. Jesús no afronta la prueba decisiva como un héroe inconmovible e imperturbable. Es un hijo obediente, pero rechaza el rol de héroe. El héroe se coloca a una distancia inalcanzable. Jesús se manifiesta como cercano a todos nosotros. Es uno que siente nuestros mismos temores y que pasa por nuestros mismos miedos. Jesús se presenta débil, frágil, tembloroso, indefenso, perdido. Jesús no llevará la cruz con la pretensión de que no pasa nada y antes de morir, se romperá el aire con su grito. Nos gustaría encontrar respuestas, pero en sus labios solamente encontramos una pregunta ¿Por qué me has abandonado? Jesucristo expresa nuestra propia voz de desesperación, nuestras protestas, nuestras rebeliones, tormentos y dudas. El Salvador nos presta su voz y sus lágrimas cuando nuestra garganta ya está seca y nuestros ojos gastados por el llanto. En Jesucristo nuestro clamor se convierte en oración, nuestra soledad encuentra una amistad y las sombras se convierten en luz por sus promesas. ”Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos. Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos”, Heb 4:14-16

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

martes, 18 de abril de 2023

Tomen mi pan

 El camino y una mesa abierta  

”Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos, diciéndoles: —Tomen; esto es mi cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la dio a ellos, y todos bebieron de ella.  —Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos —les dijo—. Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios”, Mc 14:22-25

El camino es la imagen que define mejor la condición humana. Nos habla de precariedad, fatiga, esperanza, peligros, luz, extravíos, imprevistos. Es aquí donde podemos encontrarnos con aquel que dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, “—Yo soy el pan que da vida. El que confía en mí nunca más volverá a tener hambre; el que cree en mí, nunca más volverá a tener sed.”, Jn 6:35. “Tomen mi pan, este es mi cuerpo”, “tomen de la copa, esta es mi sangre”. Cuando hacemos memoria del Señor compartimos la alegría de estar juntos. La fe no es un asunto privado, sino un hecho público. El pueblo de Dios es un pueblo que camina, está en marcha, viaja, comparte el pan y la copa. La mesa del pan y del vino es un lugar de celebración donde juntos buscamos a Dios y nos dejamos alcanzar por él. Es una mesa que nos llama a la unidad y fraternidad en la relación unos con otros. La santa cena es una cita, memoria y anuncio, un encuentro con los suyos y a su vez constituye un adiós. ”Así que, cada vez que ustedes comen de ese pan, o beben de esa copa, anuncian la muerte del Señor Jesús hasta el día en que él vuelva”,1 Co 11:26. Este anuncio tiene que ver con todos los pueblos y todas las etnias. ¿Están todos servidos? El pueblo de Dios celebra este acontecimiento que pertenece al pasado, lo comparte en el presente y garantiza el futuro en la esperanza del Reino de Dios. “Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.” La única respuesta a la sangre derramada por el Señor es vivir un amor sin medida.

Carlos Scott

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lunes, 17 de abril de 2023

Buscar lo que se puede perder

 Una cena complicada

”Al anochecer, Jesús y los doce discípulos fueron al salón. Mientras cenaban, Jesús dijo: —El que va a entregarme a mis enemigos, está aquí cenando conmigo. Los discípulos se pusieron muy tristes, y cada uno le dijo: —No estarás acusándome a mí, ¿verdad? Jesús respondió: —Es uno de ustedes, y ahora mismo está mojando su pan en el mismo plato que yo”, Mc 14:17-21

Cuando Jesús nos confronta y examina nuestro caminar nos podemos encontrar con una palabra que nos perturba, “—El que va a entregarme a mis enemigos, está aquí cenando conmigo”. Nuestra reacción podría ser como la de ellos "—No estarás acusándome a mí, ¿verdad?”. Cuando los discípulos se pusieron muy tristes quizás se estaban mirando a sí mismos ante sus opciones oscuras y con sus pecados no confesados. Es el momento donde todo sale a la luz y en esta cena no falta nada, orgullo, impureza, incredulidad, desconfianza, lucha por el poder, traición. Recordamos las palabras de Jesús cuando le dice a sus discípulos "amigos, ...”, Jn 15:15. En medio de cualquier circunstancia Jesús se atreve a llamarme “amigo”. Espera de nosotros algo diferente y un nuevo comienzo. Cuando esto no ocurre se le abre la puerta al adversario. “Cuando Judas comió el pan, Satanás entró en él”, Jn 13:27. El demonio tiene vía libre cuando el amor se convierte en desertor. “Así que Judas se fue enseguida y se internó en la noche.”, Jn 13:30. Cada uno se quedó en su sitio y no se movieron para ir a buscar a Judas. ¿No se habrán dado cuenta? ¿Estaría cada uno pensando en sus propias traiciones? ¿No les interesó la salida de Judas? Parece que esta comida llena de amor se convirtió en una cena de indiferencia de la iglesia naciente. Él sigue esperando que alguno de los “suyos” se levante y salga fuera a buscar al que se puede perder. “Amados hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros”, Ga 6:1-3

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox