lunes, 18 de diciembre de 2017

Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios

“¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!”, Pr 31.8-9. El profeta Miqueas nos recuerda: “¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios”, Mi 6:8. Miqueas nos habla que la vida debe estar caracterizada por tres profundos elementos: Justicia, Mishpat en hebreo; Misericordia, Chesed; y Humildad.
La Mishpat “justicia” es en esencia liberadora y salvífica. Enfatiza la acción, es dar lo que corresponde, es poner en orden las cosas. Se refiere a la justicia restaurativa. En el Antiguo Testamento, el hacer Misphat tenía que ver con ocuparse de la viuda, el huérfano, el pobre y el extranjero que eran sectores marginales de la sociedad de esa época. Su base y fundamento son el amor y la compasión. Chesed, “misericordia”, es una actitud del corazón, de compasión, bondad y gracia.Representa el deseo de compartir, dar todo de sí mismo de la cual fluye una vida de justicia.
Estamos llamados para hacer justicia (poner orden en la vida y las cosas), a amar la misericordia (vivir con profunda compasión), y a caminar humilde delante de Dios. Es vital comprometernos a trabajar por la dignidad humana. Oramos a Dios y pedimos a nuestros legisladores que actúen con Justicia, Misericordia y caminen humildemente delante de Dios. Que los JUBILADOS no sean privados de su dignidad, sean honrados y le den el valor que tienen.

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