ANTE LA ADVERSIDAD, ¿PIADOSA RESIGNACION?
ANTE LA ADVERSIDAD, ¿PIADOSA RESIGNACION? En el relato de la pasión, sobre todo en el cuarto evangelio, se presenta a Jesús como un ser humano admirable que se enfrenta a la muerte —a la peor y mas cruenta de todas, la de la cruz— con insólita dignidad. Para el evangelista Juan, Jesús no es un reo piadoso y resignado que acude a la cita de su muerte con la actitud humillante de quien ha perdido el control. Jesús, por el contrario, encara a sus adversarios con la autoridad de un maestro sabio que responde con firmeza a quienes lo interrogan, cuestiona con perspicacia a sus interrogadores y reclama su dignidad (JUAN 18:1-19). Incluso interpela a su Padre: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. (MATEO 27:46). Ante el mal que nos desgarra, la entereza que engrandece. Ante la adversidad que nos desconcierta, la fortaleza que enaltece. Ante el mal que nos aflige, la esperanza que nos reanima. “Jesús, que sabía perfectamente todo lo que iba a sucederle, salió a su encuentro y les preguntó: — ¿A quién buscan? Ellos le contestaron: — A Jesús de Nazaret. Jesús les dijo: — Yo soy. Judas, el traidor, estaba con ellos.” (JUAN 18:4-5). Harold Segura
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