jueves, 21 de enero de 2021

Paso a Paso

 PASO A PASO 

"Así fue con Abraham: «Le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia». Por lo tanto, sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe." Galatas 3:6-7.
El seguimiento de Jesús implica elecciones y decisiones personales, coraje, sufrimientos, esperas. Esto es lo que le ocurrió a Abraham. Camina hacia la tierra prometida, la recorre, se encuentra ahí en situación de extranjero, vive bajo tiendas y cada día tiene que partir. Solo se puede fiar de una voz, palabra y promesa. No puede ser guiado por su inteligencia, sentimiento e intuición.
“Creer quiere decir simplemente que otro conoce el camino y sabe dónde esperarnos”. El Reino de Dios quiere alcanzar territorios inexplorados por lo tanto Dios nos espera en otra parte.
Jesús no entrega un manual con una solución ante cada circunstancia de la vida. Hay que caminar, aceptar el riesgo, el futuro, la esperanza, el sueño y habitar en tiendas. No debemos retrasarnos cuando hablamos de la misión. “El riesgo fundamental es siempre el de los pasos, no el de las discusiones”
¿Estás decidido a partir?

Carlos Scott
Foto de Gibert Lennox



martes, 19 de enero de 2021

¡Levanta la mirada!

 ¡Levanta la mirada!, Gn 12:1-3, 13:1-18, 22:18

Dios le habla a Abraham y le dice: “Vete a la tierra que te mostrare”, Gn 12:1. “Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas…así será tu descendencia”, Gn 15:5-6.

Levantar la mirada implica que hay algo más grande que Dios quiere hacer. “Te daré todo lo que abarque tu mirada”. Se nos está llamando a tener una visión amplia. Una visión del Reino de Dios y el cielo renueva nuestra vida, Ap. 7:9-10.

Las circunstancias de Abraham, sus limitaciones, debilidades y edad avanzada no tenían que ser un obstáculo para creer. Es necesario salir de donde nos encontramos cuando la manera de pensar o actitud no permite progresar. Debemos tomar todo lo bueno que Dios nos quiere dar y hacer lo que nos pide: “Abraham tenía que recorrer la tierra”.

Mirar por nuestra nación, la gente que nos rodea y mirar por todos los pueblos es un comienzo que nos debe llevar a entender la existencia del Pueblo de Dios. Te voy a bendecir y serás de bendición a todas las familias de la tierra.

Se nos llama a confiar y a creer en todo lo que vendrá después. Su palabra es “bendición” y este es el claro propósito de Dios. ¡Levanta tu mirada! porque la única información es la señal de partida.

¿Cuáles son los obstáculos que debes superar?

Carlos Scott
 

viernes, 15 de enero de 2021

¿Que implica la renovación y repensar las comunidades de Fe?

 «Después que Juan fue encarcelado, Jesús se dirigió a Galilea a predicar el evangelio de Dios. Decía: El tiempo se ha cumplido y ya está cerca el reino de Dios. Conviértanse y crean en el evangelio.» (Mr‬ ‭1:14-15‬).‭

* Aquí, en resumen, los ejes centrales del mensaje de Jesús: el reino de Dios (no la iglesia institucional), la conversión (no la afiliación eclesial), la fe (no la creencia dogmática) y el Evangelio (no la tradición religiosa). Sobre estos mismo ejes se podría fundamentar la actual y urgente renovación de las comunidades de fe.
Harold Segura
Foto de Gilbert Lennox
Preguntas para la reflexión:
¿Cuales son nuestros énfasis?, ¿Cuales son las características del Reino de Dios? ¿Cuales son las características de la iglesia institucional?
¿Que diferencia hay entre la conversión y la afiliación eclesial? ¿Se necesitan una a la otra? ¿Que predicaba Jesús? ¿Que le pedía Jesús a la gente?
¿Como diferenciamos la Fe de la creencia dogmática? ¿Que diferencia hay entre el Evangelio y la tradición religiosa?
¿Que implica la renovación y repensar las comunidades de Fe? ¿Que haría Jesús en nuestro medio o contexto?


miércoles, 13 de enero de 2021

El engaño y la verdad

 Una persona basada en la verdad

Jesús cuando se encontró con Natanael lo definió como “un verdadero israelita en quien no hay falsedad”. La cara contrapuesta es encontrarnos con personas que engañan y mienten, Jn 2:23-25
Vivimos tiempos donde muchas veces parece que las cosas están fuera de control. Hay voces de todo tipo, ya sean de políticos, religiosos, periodistas, educadores, profesionales y muchos más. La información que recibimos, como la manipulación de la misma, la falta de veracidad en los ámbitos del poder crea confusión, luchas y distorsión de la realidad.
¿Cómo definimos a los que engañan y son mentirosos?
El salmo doce nos habla de personas de labios lisonjeros, que no han sido fieles y sinceros. Gente que vive con doblez y mentira, Sal 12:1-2. Por lo general son personas que dicen una cosa con su mente y sus labios, pero en su corazón tienen otra cosa. Son aquellas personas que tienen un discurso oficial pero no real. Según las circunstancias, la palabra puede jugar determinado papel para engañar al prójimo.
La palabra de los mentirosos inventa y deforma la realidad. Muchos tienen un poder de confusión. Con la mentira nos engañamos a nosotros mismos y al prójimo.
¿Cómo vencer la oscuridad y la mentira?
Tiene un precio vivir en la verdad y la luz. Es dejar que la palabra de Dios y su espíritu nos examinen, nos descubra y muestre quienes somos. Una de nuestras barreras para vencer la oscuridad y andar en la verdad es el miedo.
Cuando nos acercamos a la luz y la verdad no debemos tener miedo. El hecho que nuestras malas obras se descubran delante de Dios es para salvarnos y sanarnos. Para vencer el miedo es necesario tener coraje y ser valientes.
Debemos confiar en el amor de Dios que nos invita, Jn 3:16-18, Mt 11:28-30. “Dios es amor. En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor”. 1 Jn 4:16-18. La invitación es acercarnos al amor, la luz y la verdad. Jesucristo es la verdad y la luz del mundo, Jn 8:12,14:6
¿Cuáles son mis temores y miedos para acercarme a la luz y la verdad? ¿Cuáles son los temas personales que debo confrontar y solucionar?
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox


sábado, 9 de enero de 2021

Tres grandes anuncios, Jn 1:29-34

 Juan el Bautista anuncio tres temas fundamentales:

Su primer gran anuncio fue ¡Aquí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!, Jn 1:29. Juan compara al Cristo con un cordero y nos ofrece una imagen de su identidad. Se rebajó, se humillo.

Ser semejante a Jesucristo en su identidad implica que en el Reino de Dios “la sumisión y la quietud son las características de los más fuertes”.

Al decir que Jesús quita el pecado del mundo estamos diciendo que lo divino puede tocarnos y cambiarnos a nosotros. Sería muy difícil o casi imposible ver un cambio en nuestras propias vidas si Jesús no quita el pecado.

Su segundo gran anuncio fue que Jesucristo es el que Bautiza con el Espíritu Santo, Jn 1:33. Necesitamos de este bautismo para nacer de nuevo. Es saturar nuestro ser con su Espíritu. Significa hundirnos, sumergirnos, empaparnos de Él. Es algo divino que ningún otro puede hacer, Jn 20:19-23..Es el Espíritu de verdad, que nos guía a toda verdad, Jn 14:15-20,16:13-15.

Su tercer gran anuncio fue que Jesucristo es el Hijo de Dios, Jn 1:34. Conocer la identidad de Cristo es un don del cielo. “Nosotros le conocemos porque el escogió darse a conocer”

Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es el que nos bautiza con el Espíritu Santo y es el Hijo de Dios. ¿Lo crees? Te invito a creer y entregarte a Jesús. Tu pecado es borrado y perdonado, eres bautizado por su Espíritu Santo y una nueva vida comienza porque solo el Hijo de Dios puede hacer esto.

¿Le entregaste tu vida a Jesucristo?

Carlos Scott



viernes, 8 de enero de 2021

Soñamos...

Sueño con una iglesia de ojos y oídos abiertos que obra proféticamente confrontando los poderes de este mundo; que sabe que no lucha contra carne o sangre y por lo tanto no discrimina, no ataca, no excluye; que no se deja seducir por las mieles del poder; que trabaja en la propuesta más que en la protesta; que cree que solo vidas transformadas por Jesucristo nos darán una sociedad diferente. Es en esta agenda del reino donde debemos poner toda nuestra energía y recursos.

Norberto Saracco

Foto de Gibert Lennox



jueves, 7 de enero de 2021

Hice lo que me dijiste que hiciera

Hice lo que me dijiste que hiciera

Reflexiones a propósito de la aprobación de la ley para la Interrupción legal del embarazo

El capítulo 17 del Evangelio de Juan nos muestra a Jesús en una conversación íntima con el Padre. Está orando, y en esta oración pide por si mismo, por sus discípulos y por todos los que creerán. Comienza rindiendo cuentas al Padre y dice: “Padre, te he glorificado, porque hice todo lo que me dijiste que hiciera” (Juan 17:4). Esta frase encierra el secreto del éxito en nuestro servicio al Señor. El éxito de lo que hacemos no está en lo que logramos, sino en nuestra obediencia al padre. El éxito no depende de nosotros, la fidelidad si. Haciendo lo que el Padre le decía Jesús algunas veces juntó multitudes e hizo milagros, y otras veces quedó solo y sin poder hacer un solo milagro. Los logros alegran nuestro corazón, la fidelidad alegra el corazón del Padre.

En estos días sentimos el sabor amargo de no haber logrado lo que queríamos, pero con corazones sinceros podemos presentarnos delante del Padre para decirle: “hicimos lo que nos dijiste que hiciéramos”.

La honesta intencionalidad de nuestros corazones no debe privarnos de evaluar nuestras acciones. Más allá del compromiso manifiesto de una enorme mayoría de cristianos evangélicos, de los esfuerzos casi sacrificiales de algunos, y el propósito siempre loable de pretender lo mejor para nuestra sociedad, es oportuno pesar las acciones a la luz de lo que entendemos es el propósito de Dios.

Desde la década del ochenta, cuando las iglesias evangélicas comienzan a crecer en América Latina, se gesta la idea de transformar la sociedad cooptando el poder político. La idea no era nueva, en los años sesenta y setenta lo habían intentado sin éxito las iglesias del protestantismo histórico. El concepto es: para transformar nuestras sociedades deberíamos afectar el poder político. Surgieron así los “políticos evangélicos”, los “partidos políticos evangélicos” y el “lobby evangélico”.

Más allá de las buenas y honestas intenciones, todos por igual no obtuvieron los resultados esperados en su cruzada transformadora. No dudamos del valioso aporte que pueden hacer vidas que sirven al Reino en la arena política. Dios bendiga, sostenga y cubra a quienes emprenden ese camino. Debemos apoyarlos y pastorearlos en su misión de ser sal y luz en un medio plagado de peligros y tentaciones.

El tratamiento de la recientemente aprobada ley para la interrupción legal del embarazo nos recuerda algunas lecciones:

Las consecuencias de una sociedad que deja de lado a Dios. Hace algunos años había quienes se ponían contentos porque sacaban los crucifijos de las oficinas públicas, creyendo que sacaban a la iglesia Católica y no se daban cuenta que estaban sacando a Dios. (No porque Dios estuviera en el crucifijo, sino por lo que representaba).

Lo inocuo de una fe superficial que es religiosidad antes que discipulado. Más del 85% de la población argentina se considera cristiana.

Lamentablemente la religiosidad ya no es monopolio de la iglesia Católica.

No son las leyes las que cambian a las personas. La ley dice: “no matarás” y la gente mata; “No mentirás” y la gente miente; “no robarás” y la gente roba. Queremos las mejores leyes, pero no nos equivoquemos, no es cambiando leyes que cambiamos la sociedad.

Nuestra sociedad está profundamente enferma y eso no se sana con la aprobación o no de ciertas leyes.

No es función de la iglesia el “lobby político”. Es hora de que dejemos de perder tiempo y energía en las alfombras rojas del poder. Es insensato pretender que obren como hijos de luz quienes están muertos en sus delitos y pecados.

No abogo por una iglesia aislada de la sociedad encerrada en su termo espiritual.

Todo lo contrario, sueño con una iglesia de ojos y oídos abiertos que obra proféticamente confrontando los poderes de este mundo; que sabe que no lucha contra carne o sangre y por lo tanto no discrimina, no ataca, no excluye; que no se deja seducir por las mieles del poder; que trabaja en la propuesta más que en la protesta; que cree que solo vidas transformadas por Jesucristo nos darán una sociedad diferente. Es en esta agenda del reino donde debemos poner toda nuestra energía y recursos.

Sólo algunas reflexiones creyendo que un día toda lengua confesará que Jesús es el Señor, para gloria de Dios el Padre. (Filipenses 2:11).

J. Norberto Saracco
Miembro del Consejo Directivo Nacional de ACIERA

miércoles, 6 de enero de 2021

"YO NO SOY"

 "YO NO SOY"

“Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quien era. No se negó a declararlo sino que confeso con franqueza: Yo no soy el Cristo”, Jn 1:19-20

Juan se veía como una voz que llamaba al pueblo a preparar el camino del Señor. Nada más que una voz, Is 40:3. “No era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz”.

Juan buscaba la sencillez. No buscaba gloria, poder o una posición elevada. “Tener en claro nuestra identidad es el principio de un ministerio sano”

Juan no tenía un puesto institucional y alegremente le da el lugar a Jesús, Jn 1:35-37. Los dirigentes y líderes religiosos solían verse amenazados si surgía algún tipo de competencia, Jn 5:16, 18. Todos ellos tenían algo que proteger, Jn 5:44. La situación de Juan el Bautista por la falta de respaldo institucional era más precaria, pero no por esto perdió el sentido u orientación de su identidad.

Jesús habla de Juan como el más grande de los profetas. Jesús y Juan no sacaron provecho de su posición. La plenitud del Espíritu de Dios se manifiesta en la humildad, la solidaridad con el Pueblo de Dios y la entrega total a la causa del Reino de Dios.

Juan el Bautista no se amargo por no tener el papel principal en la película. Se alegró de ocupar su rol y en este caso dejo sus pretensiones teniendo una perspectiva adecuada de sí mismo.

“La verdadera persona religiosa es ‘uno que cede el puesto’. Es decir el verdadero testigo no es nunca pesado, asfixiante, absorbente, sino que hace sitio a los demás. Cede el puesto al otro. Concede espacio a la libertad de los otros… El testigo autentico es uno que sabe desaparecer en el momento justo, para dejar libre el campo a los verdaderos e insustituibles protagonistas del encuentro…paga el precio quizás mas difícil: el marcharse de puntillas, para no molestar, sin esperar siquiera un gesto de saludo, o una invitación a la fiesta”

En nuestro mundo y contexto es clave en todo tiempo comprender cuál es el tiempo de la acción y el tiempo de la salida. Podría ser muy perjudicial si nos retrasamos. Se trata de que aprendamos esta lección, el coraje de decir “No soy yo”

¿Cuál es tu identidad?

Carlos Scott

Foto de Gibert Lennox

martes, 5 de enero de 2021

El precio de creer

Somos desafiados a creer en la luz y seguir creyendo. Es una luz que no puede ser extinguida. 

Ahora bien, tiene un precio creer. Implica acercarnos a la luz y dejar que esta luz nos examine, nos descubra y muestre quienes somos. 

 La luz divina nos revela lo que muchas veces no queremos aceptar, Jn 3:20. Jesús nos quiere examinar y evaluar, Ef 5:13. Vuelve a visitarnos en este tiempo y se acerca a todos incluyendo a los que decimos ser “suyos”, Jn 1:11. 

 Es una luz molesta e indiscreta porque descubre nuestras miserias, limitaciones y mezquindades. “Es una luz que no se resigna a ser un puro adorno, sino que compromete, que exige cambios dolorosos en nuestra existencia” 

 Es una luz fastidiosa y provocativa que nos lleva muchas veces a resistirla y oponernos “porque la luz es lo que hace que todo sea visible”, Ef 5:14. 

Nos colocamos las manos sobre nuestros ojos en vez de rendirnos ante ella. Lo que nos puede dar salud y salvar es lo que muchas veces rechazamos, Jn 3:16-20. 

 ¿Que es lo que esta mostrando la luz del Espíritu Santo en tu vida? 

 Carlos Scott 

 Foto de Gibert Lennox