Ahora bien, tiene un precio creer. Implica acercarnos a la luz y dejar que esta luz nos examine, nos descubra y muestre quienes somos.
La luz divina nos revela lo que muchas veces no queremos aceptar, Jn 3:20. Jesús nos quiere examinar y evaluar, Ef 5:13. Vuelve a visitarnos en este tiempo y se acerca a todos incluyendo a los que decimos ser “suyos”, Jn 1:11.
Es una luz molesta e indiscreta porque descubre nuestras miserias, limitaciones y mezquindades.
“Es una luz que no se resigna a ser un puro adorno, sino que compromete, que exige cambios dolorosos en nuestra existencia”
Es una luz fastidiosa y provocativa que nos lleva muchas veces a resistirla y oponernos “porque la luz es lo que hace que todo sea visible”, Ef 5:14.
Nos colocamos las manos sobre nuestros ojos en vez de rendirnos ante ella.
Lo que nos puede dar salud y salvar es lo que muchas veces rechazamos, Jn 3:16-20.
¿Que es lo que esta mostrando la luz del Espíritu Santo en tu vida?
Carlos Scott
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