¿Qué pasaría si la historia del mundo entero, dependiera de tu decisión de ir a otro lugar?
"El Señor le dijo a Abram: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré,…¡Por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!.” Gn 12.1, 3
Abraham, el hombre a quien se le llama “padre de todos los que creen” (Ro. 4:11) se mudo a lo largo de cientos de kilómetros saliendo de Ur, hacia el río Éufrates, y luego a Canaán (En la geografía moderna sería ir de Iraq a Turquía a través de Siria y luego hacia Israel). Esto representó una verdadera fe. Pero eso fue solo el inicio.
Observa este llamado: “Haré de ti una nación grande y te bendeciré; Haré famoso tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡Por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!”
El ser llamado significa ser enviado: “VE”. El ser llamado significa estar firme en algún lado de la gran línea de tiempo del plan de Dios para el mundo. El ser llamado significa ser bendecido para ser de bendición a otros
La fe de Abraham fue verdadera, “le creyó a Dios, y Dios le reconoció como justo”, Gn. 15:3
Para pensar: ¿Cómo tu fe en Dios te permite ser una bendición a otros?
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