sábado, 17 de diciembre de 2022

Hablar con sinceridad

 Lo habitual y el peligro de lo nuevo

» Les digo la verdad, cualquier pecado y blasfemia pueden ser perdonados, pero todo el que blasfeme contra el Espíritu Santo jamás será perdonado. Este es un pecado que acarrea consecuencias eternas». Les dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu maligno», Mc 3:28-30
Todo lo que amenaza a lo habitual, diferente y distinto a lo ya visto, a los pensamientos acostumbrados y comunes, a los estatutos, reglamentos y tradiciones, es considerado para muchos como una amenaza a la seguridad, a la regularidad, es intrusivo, impertinente, sospechoso, e incluso "producto demoníaco" y por lo tanto, es declarado ilegítimo, queda descalificado y es extremadamente peligroso. Una crítica apasionada y sentida puede ser tomada como infidelidad y una referencia a la justicia como pertenecer a la peor categoría o calaña. Hablar con sinceridad puede ser tomada como una exageración. El deseo de ver aclarados temas difíciles, ocultos u oscuros se te puede acusar de crear divisiones, de fomentar polémicas. Lo distinto es identificado con lo malo. Esto fue lo que le paso muchas veces a Jesús y porque no a sus seguidores. Lamentablemente para algunos buscar al Espíritu es algo peligroso a nuestro sistema y modelo. Los maestros de la ley acusan a Jesús de expulsar demonios en nombre del príncipe de los demonios. Y ellos hacen algo peor: exorcizan al Espíritu Santo. Busquemos a Jesús en este tiempo y su presencia por medio del Espíritu Santo. El Espíritu nos guía a toda verdad y nos seguirá revelando lo por venir, Jn 14:26,16:13. "Les aseguro que el que confía en mí hará lo mismo que yo hago. Y, como yo voy a dónde está mi Padre, ustedes harán cosas todavía mayores de las que yo he hecho", Jn14,12. "Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad", 2 Co 3:17.
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

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