viernes, 20 de enero de 2023

Pura Facha

 Diagnóstico del corazón

“Cuando Jesús dejó a la gente y entró en la casa, los discípulos le preguntaron qué significaba esa enseñanza. Él les respondió: «¿Tampoco ustedes entienden? Nada de lo que entra en la persona la hace impura delante de Dios. Lo que se come no va a la mente sino al estómago, y después el cuerpo lo expulsa.» Jesús dijo eso para que supieran que ningún alimento es impuro.”, Mc 7:17-19
El nombre fariseos significa los separados o sea los santos observantes de la ley. Al considerarse separados la idea central implica estar separados del pecado. Había fariseos hipócritas, pero también había otros animados por seguir la rectitud y cuya práctica evidenciaba un amor a Dios. Los hubo como aquellos que invitaron a Jesús a comer o bien los que trataron de salvarlos del zorro de Herodes, Lc 13: 31. Lo que confronta el evangelio es el fariseísmo cuando vincula la búsqueda de Dios con la práctica de la ley. Cuando se instala el legalismo que es la observancia de toda ley sin seguir el espíritu de esta y además se añade los logros propios, es cuando surge el fariseo. La enfermedad es la observancia exterior que deriva en la facilidad para juzgar, despreciar o descalificar a los demás. Para comprender en qué discusión se metió Jesús hay que tener en cuenta a estos religiosos. Dios no se contenta con la fachada y penetra en cada casa para mirar desde adentro. Tampoco se conforma con las caras bonitas y hace un diagnóstico del corazón. El exterior debe ser la expresión de lo que ha crecido en aquel lugar secreto, no su máscara o camuflaje, tampoco la apariencia. Dios está cercano cuando su palabra nos anima a las acciones y nos mueve a encontrar al prójimo. Entre apariencia y transparencia, está por medio la presencia o la ausencia de Dios. “Si afirmas ser religioso, pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada. La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa”, Stg 1:26-27. “Este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos unos a otros”, 1 Jn 3:11
Carlos Scott

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