jueves, 24 de abril de 2025

Jesús demostró como se relacionaba con los suyos

Una espiritualidad cerca de la gente

“Todos hablaban bien de Jesús, pues se admiraban de lo agradables que eran sus enseñanzas. La gente preguntaba: —¿No es éste el hijo de José?”, Lc 4:22

Jesús demostró como se relacionaba con los suyos. En algunos lugares de poder se trata de que exista una diferencia bien marcada entre la jerarquía y la gente en general. Se piensa en un ejercicio de poder autoritario. El resultado son caudillos o líderes amantes de su propio carisma, intereses y poder

En el caso de Jesús fue diferente. Alos fieles de la sinagoga los impresionó por las hermosas palabras que salían de su boca, pero eso nunca significó que no lo reconocieran como uno más del pueblo “—¿No es éste el hijo de José?”

Jesús era el ungido que se le había dado todo poder para anunciar las buenas nuevas al pueblo, pero, al mismo tiempo, era el paisano de Nazaret que sabía recitar los dichos populares de la gente y dialogar con ellos en el lenguaje más natural y cotidiano.

En el seguimiento de Jesús el servicio se vive cerca de la gente, respondiendo a sus necesidades más profundas y construyendo con ellos el mañana deseado por Dios. Es un proceso que se vive en comunidad y que depende de la acción soberana del Espíritu Santo

“Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.”, Ro 12:16

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 23 de abril de 2025

Jesús es el camino y el modelo

 Una Espiritualidad por imitar

“Jesús regresó a la región de Galilea lleno del poder del Espíritu de Dios. Iba de lugar en lugar enseñando en las sinagogas, y toda la gente hablaba bien de él. Y así Jesús pronto llegó a ser muy conocido en toda la región. Después volvió a Nazaret, el pueblo donde había crecido…”, Lc 4:14-30

El Jesús de los evangelios no es un líder pasajero realizado a imagen y semejanza de los caprichos de la época. El Jesús pobre, desconfiado de las multitudes, ajeno al poder, esquivo de la fama, humilde, sencillo y servicial tiene mucho que enseñarnos. “El que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió”, 1 Jn 2:6

Jesús es el camino y el modelo, por lo tanto, define nuestra espiritualidad. No lo hace en base al concepto del éxito humano. Su grupo de discípulos no fue multitudinario, su capacidad financiera limitada y sus influencias política modesta. La espiritualidad en el seguimiento de Jesús no se define por la aplicación de determinadas técnicas de dirección de grupos humanos, sino por una cosmovisión integral acerca de su quehacer misionero en este mundo.

Jesús inicio su servicio en Galilea que tendría unos tres millones de habitantes. Luego se dirigió a Nazaret que solo tenia veinte mil pobladores y era una pequeña ciudad aislada. En ese lugar, pequeño y no tenido en cuenta es donde inicia su ministerio público. ¿Por qué allí?

Los grandes rabinos de la época buscaban estar en Jerusalén u otra gran ciudad para la presentación de su ministerio. Jesús prefirió su pequeña Nazaret. Jesús marco una espiritualidad diferente lejos del amor al poder para vivir en el poder del amor

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 22 de abril de 2025

¿Para qué sirve la utopía?

Un pesimista lleno de fe

«¡Deja de llorar! Mira, el León de la tribu de Judá, el heredero del trono de David, ha ganado la victoria. Él es digno de abrir el rollo y sus siete sellos», Ap 5:1-4. “Después de esto, me pareció escuchar en el cielo las fuertes voces de muchísimas personas, que gritaban: «¡Que todos alaben al Señor! Nuestro Dios es poderoso, y nos ha salvado. Por eso le pertenecen el poder y la gloria, porque Dios juzga con justicia y de acuerdo con la verdad.”, Ap 19:1-2. “Entonces me pareció oír las voces de mucha gente. Era como el sonido de cataratas y de fuertes truenos, y decían: «¡Que todos alaben a Dios, el Señor todopoderoso, ¡porque él ha comenzado a reinar!”, Ap 19:6

Uno de los grandes desafíos es enfrentar la realidad de todos los días buscando a Dios. La vida sigue siendo una muestra del favor de Dios y el sinsentido puede ser confrontado. Podemos seguir caminando con el rostro lleno de esperanza, aunque desprovisto de falsas ilusiones. Nosotros no vamos a introducir el Reino de Dios y no creemos en las promesas salvadoras del poder humano. Lo que si podemos afirmar es que caminamos con la mirada puesta en el futuro de Dios. 

Descansamos en Dios y tenemos fe. Todo esto nos sirve para caminar. Eduardo Galeano escribió en relación con la Utopía: “Ella estaba en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más. Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.

“Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia. Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor.”, Heb 12:1-2 “Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.”, Is 40:31

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 21 de abril de 2025

Recuperando Nuestro Propósito - Andrés Pérez

«La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación»

 Resurrección y periferia

“No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo …, Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”, Mc 16:6-15
Galilea era una región de poca importancia llamada tierra de paganos o gentiles, Is. 9:1, Mt. 4:15. Era un lugar de tierra rica pero explotada por latifundistas (Propiedad agraria de gran extensión que pertenece a pocas personas y que se caracteriza por la mala explotación de sus recursos). Por lo general la gente vivía marginada, con vergüenza y desprecio. Galilea es sinónimo de pobreza mientras que Jerusalén tenía privilegios políticos y religiosos. «Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación con las posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los desempleados». Había muchos desheredados, hombres sin patria «Los discípulos son convocados a un peregrinaje…, de la marginalidad al compromiso. Jesús todavía continúa diciéndonos: Sígueme, Lc. 5:27, 9:59, 18:22». Fue en Galilea donde Jesús comenzó su ministerio, Lc. 4:14-15; y eligió a sus primeros discípulos, Lc. 6:12-16. Darío López comenta que la opción de Jesús por Galilea no fue circunstancial sino una elección intencional. ¿Porque la opción no surgió desde Jerusalén? Jesús eligió cumplir su ministerio entre las masas olvidadas por los líderes políticos y religiosos para luego ir a Jerusalén. La periferia representó tarea impostergable y compromiso ineludible. Incluía a todos ya sean Judíos, Samaritanos y Gentiles. Jesús los envía a llevar la buena nueva del Reino de Dios y este mandato es para todas las generaciones. Un mensaje que tiene que ver con la transformación total de la existencia humana. Por lo tanto, Jesucristo nos comisiona desde la periferia a llevar todo el evangelio a todas las naciones. «La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación»
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox

sábado, 19 de abril de 2025

Ante el mal que nos desgarra, tenemos la fortaleza que nos levanta.

Saber Pasar

"Permítanme recordarles, hermanos, el evangelio que les prediqué antes. Ustedes lo aceptaron entonces, y perseveran en él.  Es por medio de este mensaje como ustedes alcanzan la salvación; es decir, si todavía lo creen firmemente. Si no, todo fue en vano. Lo primero que hice fue transmitirles lo que me enseñaron: que Cristo murió por nuestros pecados, de acuerdo con las Escrituras; que fue sepultado y que al tercer día se levantó de la tumba, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y, más tarde, a los doce. Después se apareció a más de quinientos cristianos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto ya. Luego se le apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles. Y, por último, como a uno que había nacido fuera de tiempo, se me apareció a mí.” 1 Cor 15: 1-8

"La Pascua muestra que puedes poner la verdad en una tumba, pero no se quedará allí". Ante el mal que nos desgarra, tenemos la fortaleza que nos levanta. Ante la adversidad que nos desconcierta, tenemos una fuerza superior. Ante el mal que nos aflige, tenemos la esperanza que nos revive. Respira la esperanza y lucha contra la muerte. Pasemos de la resignación a la acción; de la indiferencia a la solidaridad; de la queja a la búsqueda de soluciones; de la desconfianza al abrazo sincero; del miedo al coraje de volver apostar todo por amor; de recoger sin vergüenza los trozos de sueños rotos y volver a empezar. Hagamos las paces con nuestro pasado para que no arruine nuestro presente, y sobre todo encontrarnos con Jesucristo que es nuestro Salvador. Demos a conocer esta noticia. ¡He visto al Señor!, Jn 20:18

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox



Siguiendo a Jesús

Salir de las sombras

“Más tarde, José de Arimatea, quien había sido un discípulo secreto de Jesús (por temor a los líderes judíos), pidió permiso a Pilato para bajar el cuerpo de Jesús. Cuando Pilato concedió el permiso, José fue a buscar el cuerpo y se lo llevó. Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilos de ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe. De acuerdo con la costumbre de los entierros judíos, envolvieron el cuerpo de Jesús untado con las especias en largos lienzos de lino. El lugar de la crucifixión estaba cerca de un huerto donde había una tumba nueva que nunca se había usado. Y, como era el día de preparación para la Pascua judía y la tumba estaba cerca, pusieron a Jesús allí”, Jn 19:38-42
José de Arimatea y Nicodemo (Jn 7:32, 50-51) se transformaron en discípulos de Jesús. Ellos aparecieron arriesgándose. Salieron de la oscuridad y tomaron el cuerpo de Jesús para darle sepultura. Esto requería valor y fue parte de un proceso que los transformó en seguidores de Jesús. Juan seguramente narra estos acontecimientos con la esperanza y propósito de provocar una transformación en los cristianos secretos de su tiempo que querían mantener secreta su fe en Jesús y no entrar en problemas con los demás. No podemos domesticar el Reino de Dios a nuestra forma de pensar y ser. Su Reino viene para todos y somos llamados a ser testigos. Jesús pretende dirigir el Reino Universal por lo tanto Jesús nos confronta. Su Reino es una invitación abierta para aceptar sus prioridades y el poder del Espíritu Santo nos debe llevar de todas partes a todos lados.
Carlos Scott

viernes, 18 de abril de 2025

El seguimiento a Jesús se transforma en un llamado que viene de un mundo que pide urgentemente nuestra intervención, nos guste o no

Modificando el itinerario

“Los soldados salieron con Jesús, y en el camino encontraron a un hombre llamado Simón, que era del pueblo de Cirene. Simón era padre de Alejandro y de Rufo; regresaba del campo y los soldados lo obligaron a cargar la cruz de Jesús”, Mc 15:21
Cirene es una ciudad del norte de África en Libia. Allí habitaban numerosos judíos y representaban una cuarta parte de la población. Marcos nos presenta a Simón y a sus hijos que probablemente serían personas conocidas en la primera comunidad cristiana. Simón es obligado a dar un servicio y en este caso llevar la cruz de Jesús. Simón regresaba del campo que en definitiva representaba la periferia de la ciudad y es el protagonista de un hecho histórico. Es el primer discípulo que sigue a Jesús llevando la cruz. Tiempo atrás Jesús les había enseñado a los discípulos que debían estar preparados para llevar la cruz, pero en esa hora no podemos encontrarlos. Al no haber voluntarios para llevar la cruz, los soldados proceden a llamar a otra persona, le guste o no le guste. En este caso el llamado al seguimiento no se ha realizado por el Señor, sino por los que van a ejecutar la pena de muerte. Hay situaciones en que el seguimiento a Jesús se transforma en un llamado que viene de un mundo que pide urgentemente nuestra intervención, nos guste o no. El gesto de Simón de Cirene como la declaración de fe del oficial romano al ver morir a Jesús (Mc 15:39), indican que nuestro Dios levanta otras personas inesperadas, llegadas de lejos, que realizan y dicen lo que deberían haber hecho y dicho los “cercanos”, “los íntimos”, pero que no se dejan encontrar en la hora decisiva. Junto a Jesús no hay puestos reservados, son más bien lugares dejados libres y esto nos desafía a modificar nuestros itinerarios. “No sean nunca perezosos, más bien trabajen con esmero y sirvan al Señor con entusiasmo. Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando. Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad”, Ro 12:11-13

Seguir a Jesús es dejarse inquietar por Dios

El alboroto y la peligrosidad

“Luego, todos los de la Junta Suprema se pusieron de pie y llevaron a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. Cuando llegaron, comenzaron a acusar a Jesús y dijeron: —Señor gobernador, encontramos a este hombre alborotando al pueblo para que se rebele contra Roma. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y que él es el Mesías. Es decir, se cree rey”, Lc 23:2

Estar en el seguimiento de Jesús puede resultar peligroso, pero peor es llevar una vida insignificante. Cuando una vida no tiene nada que decir y no inquieta a nadie puede perder significancia. Seguir a Jesús es dejarse inquietar por Dios. Conocer a Jesús y seguirlo no suaviza sus exigencias, tampoco hay facilidades. Implica decir quiénes somos, lo que creemos, lo que anhelamos y amamos. La capacidad de inquietar está directamente relacionada con la disponibilidad de estar abiertos a los valores del Reino de Dios. Es una decisión precisa, lúcida y coherente. El testimonio depende de la amplitud del ideal. Lo contrario será llevar una vida muy aburrida. La peligrosidad puede estar relacionada con situaciones que necesitan ser transformadas. El Reino de Dios no está ausente o estático. Parece estar oculto y en secreto, pero puede verse con los ojos de la fe. Las personas pueden experimentar este reino y entrar en él. “Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.”, Mt 11:12. Nuestra existencia puede estar relacionada con algo que merezca jugarnos por entero. "El Reino de Dios se desarrolla desde lo pequeño a lo grande, de lo sencillo a lo completo, de lo familiar y cercano a lo social y distante. Hablamos de un reino que crece sin protagonismos y sin la pompa de los célebres". Lo sencillo, frágil y pequeño es lo que produce el avance del Reino de Dios. Seamos semillas de fe, que Dios nos plante llevando esperanza y cubriendo la vida con amor.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox Photography

jueves, 17 de abril de 2025

La Gracia y el amor de Dios

Estatus

“Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús contestó: —Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás. —¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! —Si no te lavo —respondió Jesús—, no vas a pertenecerme. —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, ¡no solo los pies! —exclamó Simón Pedro.  Jesús respondió: —Una persona que se ha bañado bien no necesita lavarse más que los pies para estar completamente limpia. Y ustedes, discípulos, están limpios, aunque no todos.”, Jn 13:6-10

Jesús era una persona que estaba dando vuelta el orden social. El amor de Cristo trascendió las barreras de clase social. Esta actitud de Jesús produjo una reacción fuerte en Pedro. “¡No!, protestó Pedro jamás me lavaras los pies”, Jn 13:8. No podía soportar la idea de que Jesús se humillara de esa manera. Jesús estaba rompiendo con el paradigma de los honores y prestigio que solemos tener en nuestro medio. Pedro seguramente no se sentía digno. Tenía razón: no era digno de recibir esto, ninguno lo somos, pero no era una cuestión de mérito sino de Gracia. Lo que nos cuesta entender es el mensaje central: Jesucristo sirve y da su vida por los pecadores. Su humillación lo engrandece una vez más y de aquí nace el modelo del Siervo, el modelo del pastorado, el modelo para ser discípulo. La reverencia del sistema actual o del mundo es diferente. Encuentra difícil hacer lo que el Señor hizo. “Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.  No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.”, Fil 2:1-4 

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox



Estoy entre ustedes como uno que sirve

 Identidad

“Era la hora de cenar, y el diablo ya había incitado a Judas, hijo de Simón Iscariote, para que traicionara a Jesús. Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios.  Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.”, Jn 13:2-5

Jesús era alguien que conocía su identidad. Como acto de aseo personal la gente se lavaba los pies. Por lo general era una tarea que hacían los esclavos o quizás las mujeres y niños. Lo más probable es que este lavamiento de pies fue provocado por alguna mala conducta de los discípulos. Quizás estaban discutiendo en qué orden se debían sentar a la mesa o quien en esa ocasión debía ser el siervo y lavar los pies de todos. Lucas en su evangelio nos relata que tuvieron un altercado sobre quién sería el más importante. Los discípulos estaban dispuestos a pelearse por un trono, pero no por una toalla. No era probable que alguno tome la toalla para lavar los pies de su compañero. Ellos preferían sentarse a comer sucios antes que estar limpios. Jesús realizó algo impresionante. No apareció ningún esclavo, el que apareció fue Jesús. Se humilló. Lavó los pies de todos. Usó todo su poder para servir. Jesús sabía bien quien era y no necesitaba el poder para completar su identidad. No mal usó el poder y no lo manejó para sentirse importante o llenar un vacío en su vida. Podemos mal usar y abusar del poder cuando no sabemos realmente quienes somos, cual es nuestra identidad y a quien tenemos que ser semejante. “Jesús les dijo: «En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin embargo, son llamados “amigos del pueblo”. Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente. ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve.”, Lc 22:25-27

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox





Nada podrá jamás separarnos del amor de Dios

Hasta el fin

“Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el fin” Jn 13:1

Este capítulo nos habla que se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Entonces se recluye para estar con sus discípulos. ¿Qué sentía en esa hora hacia los discípulos? El texto dice: los amó hasta el fin. Jesús era una persona que amaba. En su corazón encontró un lugar para su gente. Su mayor preocupación era seguir preparándolos para sus deberes y pruebas futuras. No fue egoísta. No se quedó pensando en sus penas o la perspectiva del gozo posterior. Se resalta la constancia de Jesús. Jesús nos muestra un amor hasta el fin, aunque no todos lo amaron así.  El Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio. Tenía el dominio completo, autoridad y poder. ¿Que hizo Jesús con este poder? Jesús realizo un acto sencillo y profundo: “así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura”, Jn. 13: 4-5.  Jesús hace una exposición dramatizada de la grandeza de su amor: ofreció su servicio a gente que no lo merecía, que lo abandonarían y también ofreció su servicio a una persona que se oponía. Demostró que el amor divino llega hasta las últimas consecuencias. Jesús era una persona que amaba. Los amó hasta el fin. “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios.  Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.”, Ro 8:38-39

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox





miércoles, 16 de abril de 2025

Los absurdos de este mundo no deben ganar la batalla a la esperanza

Sí a la vida

“Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.”, Is 60:1

El amor por la vida inspira la lucha contra las fuerzas de la muerte. Los absurdos de este mundo no deben ganar la batalla a la esperanza. Se nos llama a brillar, levantarnos y resplandecer manteniendo la esperanza como una fuente de vigor, vida y alegría.

“¿Por qué estoy desanimado?  ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”, Sal 42:11 “Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando…No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.”, Ro 12:9-21. “Tú eres mi refugio y mi escudo; tu palabra es la fuente de mi esperanza.”, Sal 119:14. “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.”, Heb 10:23. “Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!”, Mi 7:7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 15 de abril de 2025

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida

 Amor por la vida

 “¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! ¡Vistámonos bien y perfumémonos!”,  Ec 9:7-8

Dios tiene el control de la historia y es vital aprovechar los momentos gratificantes que humanizan, aun cuando estos sean insignificantes. Se trata de vivir como seres humanos sintiendo que se vive en una sociedad que no deja vivir por su exigencia de productividad y eficacia. La alegría, el amor y la amistad forman parte de una espiritualidad liberadora. 

También es la alegría de todos aquellos que sirven a favor de los menos alcanzados en sus necesidades no alcanzadas. Dios disfruta cuando sus criaturas disfrutan. La comida es muestra de la generosidad de Dios; la amistad es señal de su presencia y la alegría es testimonio de fe 

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida, y la característica principal de quien vive la experiencia del Espíritu de Dios es la opción por la vida y las ganas de vivir.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 14 de abril de 2025

Un mundo distinto

El coraje de existir

“En este mundo pasan cosas que no tienen sentido; a la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena. ¡Yo digo que esto no tiene sentido!”, Ec 8:14. “No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.”, Ec 7:18

En el libro de Eclesiastés encontramos la palabra vanidad. Se usa 73 veces en el Antiguo Testamento de las cuales 41 se encuentran en el Eclesiastés. El autor describe que “¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!” y al final de sus escritos dice: “Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo.  Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.”, Ec 12:13-14. El autor también expresa “Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido”, Ec 7:13. Es aquí donde nos encontramos con el coraje de existir. Dios ha desbordado los límites de la comprensión humana y es el único que lo sabe todo y lo puede cambiar todo en su tiempo. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo. Solamente la confianza serena nos permite continuar. “Respeta a Dios y todo te saldrá bien”.  

El creyente, que sabe de la soberanía de Dios y que reconoce los límites humanos, lucha y se entrega hasta el final en procura de un mundo distinto, más cercano al sueño del Creador. Hace todo lo posible por apresurar el Reino venidero, pero deja que lo imposible se encargue Dios.  “Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría.”, Ec 9:10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 13 de abril de 2025

El peligro de estar solo - Andrés Pérez

Tenacidad

Una fe terca

“Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones.”, Ro 4:18

Una fe terca, reiterativa y obstinada sigue esperando. Dios desafía nuestra fe ante un mundo lleno de injusticias donde podemos encontrar una confianza renovada en Dios y un desbordante entusiasmo por la vida. Nos encontramos frente al Absoluto, Absoluto, Dios es Dios y esto afirma nuestra vida. Nuestro Señor es Totalmente Otro. Él es el Señor de todo cuanto existe y por eso podemos confiar en él y dejar que se encargue de lo imposible. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.

El Reino de Dios nos invita a mirar hacia el futuro sin ansiedad y a esperar el cumplimiento de la obra de Dios. No se construye con la limitación de las manos humanas, pero si en la esperanzada confianza en Dios. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en una de sus oraciones expresaba: “Nada de lo que nosotros hacemos es completo. Ninguna oración expresa nuestra fe totalmente. Ninguna confesión trae la perfección. Ninguna visita pastoral trae la totalidad. Ningún programa logra la misión de la iglesia. Esto es lo que nosotros somos; plantamos semillas que un día crecerán. Regamos semillas ya plantadas, mientras sabemos que ellas sostienen la promesa futura. Nosotros no podemos hacer todo. Puede estar incompleto, pero es un principio, un paso para el camino, una oportunidad para que la gracia de Dios penetre y haga el resto. Nosotros nunca podemos ver el resultado final, pero esa es la diferencia entre el constructor y el obrero. Nosotros somos obreros, no constructores, ministros, no Mesías. Nosotros somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 12 de abril de 2025

Discípulos en Tiempos de Preocupación y Ansiedad - Andrés Pérez

Éxodo

Utopía y Peregrinaje

“¡Aquí viene nuestro Dios! ¡Viene con todo su poder!”, Is 40:9-10

Cuando hablamos de estar en el camino hablamos del peregrinaje. Implica éxodo y es el viaje de los creyentes en Cristo hacia un destino determinado. El término peregrinación proviene del latín peregrinatio, significa viaje al extranjero o estancia en el extranjero. El peregrino encuentra lo sobrenatural en un lugar preciso, en el que se participa de una realidad diferente. Esta realidad está marcada por la utopía que, en el sentido positivo se emplea como proyecto o ideal de un mundo diferente.

Para los seguidores de Jesucristo la utopía es el horizonte de esperanza donde se desea llegar… y se llegará. Es el pan del camino y el anhelo de un mañana diferente. Es también la crítica del presente defectuoso. Nuestra fe es utópica en el sentido que está fundamentada en la esperanza, pero es real. Es alimentada por la promesa, se proyecta hacia adelante y tiene el anhelo de encontrar el mundo prometido por Dios. El mañana esperado es el que tiene la fuerza de transformar el presente. Es una mirada hacia el frente. El profeta Isaías nos dice: “Y ahora, Dios le dice a su pueblo: «No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca.”, Is 43:18-19. La esperanza es un principio de vida y la utopía es el motor de la historia.

La historia avanza hacia los propósitos globales de Dios donde la humanidad es bendecida, Dios es reconocido y adorado y el mal derrotado por medio del Reino de Dios. La palabra final no será el mundo presente de injusticias. No. Es el cielo y la tierra nuevos anunciada por el profeta. “Dios dijo: «Llénense de alegría, porque voy a crear algo nuevo. Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva.”, Is 65:17-18. Esta es la utopía que mueve la historia y la razón que sustenta nuestra esperanza. Nuestra respuesta es unirnos a la Misión de Dios predicando el evangelio, en palabra y obra, transforma toda la existencia humana y erradica la injusticia. Dios nos invita a ser parte de este futuro y esto llena nuestra existencia de esperanza.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox


viernes, 11 de abril de 2025

La gloria de servir a todos

La Gloria del Amor 

"Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí.”, Jn17:22-23

Somos desafiados a buscar la gloria del amor. Es la gloria de aprender a lavarnos los pies unos con otros, Jn 13:12-17. “Que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”, Jn 13.35-35. Es acercarnos primeramente al centro que es Dios mismo; para luego estar más cerca unos de otros “para que el mundo crea que tú me has enviado”. Implica escuchar a Dios y escucharnos unos a otros. Es la gloria de servir a todos, ser pequeños, humildes, perdonar. Es aprender a preguntar a semejanza de Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti?, Mr 10:51. La gloria que el Señor nos muestra y enseña requiere el máximo sacrificio a costa del abandono, la traición y el maltrato. La majestad y la belleza se manifiestan de una manera diferente, Is 52:13-15; 53. No es triunfalismo barato o números que llamen la atención. Tampoco es mercadeo, lucha de poder, competencia, control, aplausos. Es humildad, amor, misericordia, justicia y verdad en contraposición con el celo, la envidia, el enojo, el orgullo y la arrogancia. Nos llama a encarnar su vida, seguir su dirección y obedecer sus principios, Fil 2:1-11. Está muy lejos de ser una gloria para exaltarnos unos a otros, apelar a las ambiciones egoístas, ser mejores que otros con justicia propia y legalismo. En Jesucristo tenemos el modelo del amor, el servicio, el perdón y la reconciliación. Solo con este tipo de gloria podemos llegar a ser uno entre nosotros e imitar al Dios trino. Necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 10 de abril de 2025

¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

Hacer lugar

“Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo» Oh Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco; y estos discípulos saben que tú me enviaste. Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos».”, Jn 17:24-26

Dejar lugar a los demás, actitud fundamental de humildad, supone al mismo tiempo respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter. Cada cual debe promover la libertad y la autonomía de los demás y tratarlos con el máximo amor en el respeto de las diferencias. Respetar las diferencias está lejos del deseo de centralizar, de uniformizar los pensamientos y costumbres, sino por el contrario es dar la oportunidad de apreciar las riquezas que ofrecen los otros y de gozarlas. Del trabajo realizado entre todos a partir de las diferencias, resultará una complementariedad armoniosa y reciproca vivida por el amor. Esta relación de unos con otros, exige un dialogo continuo marcado por el respeto dentro de una Inter comunión creciente. En esta fe trinitaria tenemos la ayuda del Espíritu Santo hacia una progresiva compenetración de unos con otros, conservando la identidad, creciendo en santidad, sirviendo a los demás con los dones que Dios nos dio y recibiendo lo que otros hacen por nosotros. No habrá erosión ni confusión de personalidades donde cada uno crece conforme a lo que es y de acuerdo a su vocación. Habrá intimidad, libertad, alteridad y amor. Trabajar por la verdad, la justicia y la paz serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios.  La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 9 de abril de 2025

Be Alright (LIVE) - Evan Craft, Redimi2, Danny Gokey

Cómo nos transforma la oración - Andrés Pérez

La unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida

Comunión, cooperación, solidaridad y unidad

“Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno…”, Jn 17:20-22

El sentido de cooperación, solidaridad y unidad que se basa en el Dios trinitario implica darnos lugar unos a otros. Es un sacrificio, 2 Co 8:2. “Cada vez que sentimos que la vida es demasiado complicada o demasiado fracturada -muchas piezas para resolver, demasiada diversidad, demasiadas diferencias- entonces la Trinidad, el Dios que es uno y que es tres, nos recuerda que construyó la unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida. Podemos confiar en la unidad, y debemos saborear la diversidad. Esa es nuestra única esperanza de llevarnos bien en nuestras comunidades. Él es un Dios de paz y no un Dios en pedazos. "La Trinidad aparece como prototipo de sociedad perfecta y de esa forma ofrece un modelo de comunión social para el mundo, es decir, para los hombres y mujeres, los mayores y los niños, todos en el gran baile de la Vida. Somos llamados a crear una sociedad que responda a esta danza dadora de vida y generadora de amor. No es solo un camino de una persona a otra, sino también encuentro de amor unos con otros, que se dan mutuamente y comparten la vida. El ser humano ha sido creado a la imagen de Dios y como tal, está llamado a expresar esta relación unos con otros, dando lugar a los demás con humildad y respetando las diferencias. Es un llamado a la humanidad para recorrer este camino. La unión perfecta que se llama unidad se expresa por el amor donde cada persona es libre y misteriosamente autónoma dentro de una asociación íntima y una comunión activa. Cada persona existe en la medida que “camina” hacia la otra en proceso circular. Es un camino como un baile incesante, en el cual cada persona se dirige sin cesar a la otra en donación total. El itinerario de Dios es proceso culminado. Esta es la voluntad de Dios también en que cada persona de la humanidad complete el itinerario caminando unos hacia los otros. Esto nos lleva a valorar la comunión humana hallando un camino de entrega mutua, que culmina como encuentro de amor y vida compartida.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 8 de abril de 2025

En busca del bien de los demás

Gloria y Encarnación

» No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos. Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.”, Jn 17:20-22

Juan quiere enseñarnos otro concepto de gloria totalmente distinto. En nuestro medio por lo general se suele buscar el beneficio propio o algo para sí mismo, Jn 5:44; 7:18. En el evangelio, el momento máximo y supremo de gloria es cuando Jesucristo entrega su vida en la cruz. Mientras muchos se rinden gloria mutuamente, Jesús se sacrifica en busca del bien de los demás. “Porque ni aún el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”, Mr 10:45. Esta gloria y servicio de buscar el bien para los demás está lleno de gracia y verdad. Es misericordia y verdad. Se revela como un Dios fiel y misericordioso en el largo caminar de la humanidad y de su pueblo. La gloria que Dios le otorga a Jesucristo tiene una relación directa con la encarnación. Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo y Juan nos dice que hemos contemplado su gloria. Es una manifestación de servicio y entrega. Se identificó con los temas y problemas de la gente. Su modelo implica sacrificarse por los demás y buscar su bienestar. La encarnación es el modelo para la misión de la Iglesia, Jn 20:21.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox