viernes, 26 de diciembre de 2025

Se es capaz de esperar porque se tiene esperanza. Y la esperanza se manifiesta en la disposición de esperar

Tiempo nuevo

“Cuarenta días después de que Jesús nació, sus padres lo llevaron al templo de Jerusalén para presentarlo delante de Dios… En ese tiempo había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que obedecía a Dios y lo amaba mucho… Ese día, el Espíritu Santo le ordenó a Simeón que fuera al templo. Cuando los padres de Jesús entraron en el templo con el niño, para cumplir lo que mandaba la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios diciendo: "Ahora, Dios mío, puedes dejarme morir en paz.» ¡Ya cumpliste tu promesa!» Con mis propios ojos he visto al Salvador, a quien tú enviaste y al que todos los pueblos verán … En el templo estaba también una mujer muy anciana, que era profetisa. Se llamaba Ana, … Cuando Simeón terminó de hablar, Ana se acercó y comenzó a alabar a Dios, y a hablar acerca del niño Jesús …”, Lc 2:22-38
Nos encontramos con un niño de pocas semanas cuyo nombre es Jesús. Obviamente no habla y es llevado en brazos. Los ojos de Simeón están casi para apagarse y Ana es una viuda muy anciana. Ana significa “Gracia” y Simeón quiere decir “Dios ha escuchado”. Ellos esperaban la manifestación de Dios a lo largo del hilo de la espera y de la esperanza. Se es capaz de esperar porque se tiene esperanza. Y la esperanza se manifiesta en la disposición de esperar. Más que acumular experiencias y desilusiones, Simeón y Ana han acumulado esperanza. Ellos sacaron valor de sus propios sueños. Nunca han renunciado a la locura de la espera imposible y no han secado su corazón. Metidos en la estructura del templo y la pertenencia a la institución todavía hay brillo en sus ojos. En ese ambiente antiguo del templo renunciaron a la experiencia de las cosas viejas y se muestran totalmente disponibles a los tiempos nuevos. Se abren a lo nuevo, no se avergüenzan de sus sueños que no eran otros que el proyecto de Dios. De aquel Dios que es siempre nuevo y al que le gusta hacer cosas nuevas. “Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha hecho nacer de nuevo, y nos ha dado una vida con esperanza", 1 P 1:3-5
Carlos Scott

jueves, 25 de diciembre de 2025

El tiempo que nos queda es el tiempo de nacer. ¡Feliz Navidad!

Camino

En la búsqueda y descubrimiento de la persona de Jesús también emprendemos un camino para conocernos a nosotros mismos. Es un camino áspero, duro y complicado porque debemos enfrentarnos con quienes somos en realidad. Es proyectarnos o mirarnos ante un espejo y descubrir lo más profundo de nuestro ser. Es aquí donde comenzamos a descubrir nuestras contradicciones, miedos, resistencias. Es dejar que salgan a la luz nuestros pensamientos secretos, las intenciones nunca manifestadas. Es un viaje incómodo conocer la confusión del corazón. El evangelio nos anima para que nos acerquemos a la luz y busquemos la opción por la verdad que nos hace libres. Jesús nos dice: —Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios.”, Jn 3:3. En el momento que confesamos el deseo de nacer de lo alto, el Señor nos dice: “¡Sígueme!”. Todo vuelve a comenzar. El tiempo que nos queda es el tiempo de nacer. ¡Feliz Navidad!

Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox



miércoles, 24 de diciembre de 2025

Dios nos llama a convertirnos en alegría

Vivir la Navidad

“—Yo soy el camino, la verdad y la vida —contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.”, Jn 14:6

Cristo ha venido a traernos todo lo que el ser humano esta buscando. En Cristo encontramos el camino, la verdad y la vida. Dios nos llama a convertirnos en alegría.

El mensaje de Cristo es un mensaje de salvación, no de condenación. Un mensaje de liberación, no de opresión. Un mensaje de alegría, no de tristeza.

El Señor nos invita en esta Navidad a convertirnos en un regalo para los demás. Hacer de nuestras vidas una entrega sin reservas.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 23 de diciembre de 2025

Dios experimenta lo humano, para que el ser humano pueda hacer experiencia de lo divino

Todo el amor y toda la verdad

“Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad”, Jn 1:14

Dios experimenta lo humano, para que el ser humano pueda hacer experiencia de lo divino. Jesús nos invita a habitar en su mundo, nos lleva a un territorio desconocido y nos saca de nuestra geografía bien establecida. Nos alcanza en donde nos encontramos para levantarnos, hacernos caminar y “ser otra persona”. Es éxodo, salida, nuevo nacimiento de lo alto. Nos invita a un espacio de libertad donde propone, atrae, pero no fuerza a nadie. El paso decisivo está a cargo nuestro. Se nos desafía a dejar prejuicios y ser introducidos en lo que Dios desea revelar. Todo su amor y su verdad es para beneficio de todos nosotros, pero sigue en pie la línea del límite que hay que cruzar. En esa línea puede estar el rechazo, la ruptura, el abandono y el distanciamiento, pero también se nos presenta una oportunidad de libertad, de “vida entera y plena”, significado y propósito. Cuando definitivamente dejamos atrás nuestro propio mundo, entonces, y solamente entonces, nos podremos encontrar en el territorio de Dios. “Señor, te pedimos la fuerza para arriesgarnos a dar este paso que nos pides para entrar “en otra parte”, “en tu mundo y tu mejor parte”, para que nuestro mundo sea diferente”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 22 de diciembre de 2025

El evangelio nos invita a frecuentar la profundidad

Protagonistas

“Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor”, Lc 2:25-26

Simeón fue una persona que vivía de espera, y por tanto de esperanza. El no podía morir, porque todavía tenía que ver una cosa, la más importante. A diferencia de otros ancianos él no miraba hacia atrás, sino que dirigía sus ojos hacia el futuro. Simeón, a pesar de sus años, no pierde la memoria. Conserva intacta la memoria del futuro. Es el contenido de la espera lo que da sentido y determina la calidad de vida

“Movido por el Espíritu, fue al Templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios:  «Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel», Lc 2:27-32

La vida de Simeón encuentra su síntesis, su expresión mas alta en ese momento de gracia. Esta gracia implicaba tener fe, confianza y saber esperar. Lucas también señala a Ana con la misma fe. El evangelio nos invita a frecuentar la profundidad. A concentrarnos en lo esencial. “En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad.”, Jn 1:4

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox



domingo, 21 de diciembre de 2025

"Las costas lejanas esperan su enseñanza", Is. 42:4

"Celebremos a Jesús"

«Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra», Mt. 28:18. Su autoridad no solamente la tiene sobre el cielo sino también sobre la tierra. Su autoridad es de extensión universal. Por lo tanto, “Si Jesús, en realidad, es Señor de todo, esta realidad tiene que ser proclamada”.
Jesús nos dijo: “Por tanto vayan y hagan discípulos”, Mt 28:19. El hecho que Jesucristo es el Señor y Rey de todo implica una misión global. Su reinado y victoria es final. Se cumple o se cumple, no hay medias tintas o marcha atrás. “Su reinado no tendrá fin”, Lc 1:33
Celebremos su nacimiento no solamente para mirar, ni aun para admirar, sino para compartir su misión.
El que era rico se hizo pobre para que nosotros mediante su pobreza seamos ricos. ¡Que esta sublime generosidad de Dios se exprese en generosidad nuestra!
"Las costas lejanas esperan su enseñanza", Is. 42:4
Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Jesús es nuestra alegría

Alojamiento

“María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.”, Lc 2:7

Jesús nos enseñó: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.”, Mt. 7:7. Pero para María las cosas no fueron sencillas porque las puertas permanecieron cerradas. “Ella se encontraba embarazada y mientras estaban allí se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada”. Para él no había sitio. Tiene que ir a nacer fuera de la ciudad.

Corremos el peligro de dejarlo fuera. Su presencia nos puede molestar y tal vez tendremos que defendernos de él, pero la luz brilla en las tinieblas. Su vida es una luz que descubre nuestras miserias, nuestras limitaciones, nuestras mezquindades. Es una luz que no se resigna a ser un puro adorno, sino que compromete, que exige cambios dolorosos en nuestra existencia. Es una luz fastidiosa y provocativa

Jesús nos invita a ser abiertos y entregarnos a su Luz. Cristo viene para llenarnos de alegría. “El ángel dijo: «No tengan miedo. Miren que traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.”

Jesús es nuestra alegría. Nos entiende desde adentro, se hace humano. Se hace caminante para recorrer junto a nosotros nuestro mismo camino, compartiendo nuestras penas y miserias, nuestras lágrimas, angustias y esperanzas. Es un Dios que nos trae salvación. “Entonces salgamos al encuentro de Jesús, fuera del campamento…” Fuera de nuestro egocentrismo, de nuestra resistencia para entregarnos a él y seguir su caminar.

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox




sábado, 20 de diciembre de 2025

Cuando sentimos que nuestra energía y nuestro entusiasmo menguan, podemos recordar que Él mismo se llamó «la vida»

NAVIDAD

"Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho." — Lucas 2.20

Durante el nacimiento de Jesús, en medio de la suciedad de un establo, se cumplió un milenio de promesas, profecías y esperanzas. Los pastores oyeron, vieron y todo fue como les habían dicho. Años después, Jesús nos diría de tantas maneras diferentes: «Yo soy la luz que ha venido al mundo» (Jn. 12.46), «…yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Jn. 10.10), «Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad» (Juan 18.37). Entonces…

Cuando sentimos la suciedad de la vida en este mundo, podemos focalizarnos en la pureza de Cristo.

Cuando nos sentimos débiles, podemos reposar en el poder de Cristo.

Cuando estamos enfermos, podemos recordar que Él es el Gran Médico.

Cuando estamos confundidos, podemos recurrir a Sus palabras para orientarnos.

Cuando nos sentimos dañados, podemos recordar que Él dijo que no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas arde.

Cuando sabemos que hemos pecado, podemos conocer Su perdón.

Cuando estamos descarriados, podemos recordar que Él se llamó a sí mismo «el camino».

Cuando hemos mentido, podemos recordar que Él se llamó a sí mismo «la verdad».

Cuando sentimos que nuestra energía y nuestro entusiasmo menguan, podemos recordar que Él mismo se llamó «la vida». Y así, podemos orar:

Gracias, Señor Jesucristo, por humillarte y asumir forma de ser humano. Gracias por empujar lejos la oscuridad de este mundo y de mi vida. Gracias por vivir entre nosotros de modo que podamos ver cuánta vida podemos tener. Permíteme vivir las siguientes 52 semanas a la luz de tu presencia y tu poder continuo en este mundo. Y luego poder celebrar nuevamente la Navidad, con alegría.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad

Foto Gilbert Lennox 


La Navidad no es un punto de llegada, sino de partida

El don no se compra, solo se recibe

Navidad es, precisamente, esperar el don. Es poder intuir y creer que la gracia es lo que salva. “En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación”, Tit 2:11.

La paz, la alegría, la buena voluntad, la fraternidad y la justicia la encontramos en Dios. Es ahí donde podemos recuperar la ingenuidad, la confianza, la esperanza, la espontaneidad, el canto, la risa, la naturalidad. Reencontrar la gratitud.

La Navidad no es un punto de llegada, sino de partida. No se trata de una fecha, sino de una realidad dinámica, un acontecimiento sorprendente, abierta al futuro. Se trata de un tiempo distinto. Todo comienza el día después y una nueva historia puede comenzar en nuestras vidas.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

La fe no es pasiva sino activa

NACIMIENTO

"Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho", Lucas 2:16-20

Dios eligió a los pastores como las primeras personas en escuchar las noticias sobre el nacimiento de Jesús. Ese es un pensamiento hermoso en sí mismo.

Pero lo que también es interesante es cómo responden los pastores a esta noticia. La fe no es pasiva sino activa. Dios actúa, luego reaccionamos. Y vale la pena imitar la reacción de los pastores.

Los pastores vieron.

Después de escuchar acerca de Jesús, van a investigar. Ellos comienzan a buscar. Esto es importante para nosotros también. El Nuevo Testamento y su mensaje sobre Jesús merecen nuestra consideración. ¿Se puede confiar en los relatos del Evangelio? ¿La resurrección realmente sucedió? ¿Está Jesús vivo y llamándome hoy? Estas son preguntas que vale la pena explorar. Necesitamos ver por nosotros mismos.

Los pastores cuentan.

Después de ver a Jesús, les cuentan a otros acerca de él. Se dan cuenta de que el nacimiento de Jesús es una buena noticia para todos y contaron lo que se les había dicho acerca de él.  Cuando vemos algo grandioso, naturalmente les decimos a los demás y solemos hacer esto. El evangelio no es diferente.

Los pastores adoran.

El texto dice que volvieron "glorificando y alabando a Dios". Esto puede tomar muchas formas. Debemos adorar con nuestras palabras, orando y agradeciendo a Dios continuamente. Deberíamos adorar con el canto. Debemos adorar con nuestras acciones, viviendo rectamente; buscando el amor y la justicia en el mundo.

Para conocer a Jesús, sería prudente aprender de los pastores.

Nate Edmondson

viernes, 19 de diciembre de 2025

Dios se hizo carne en la persona de Jesucristo para estar en el camino

No dejemos a Jesús en el pesebre

Dios tiene una vocación nómada, aunque muchos lo prefieran sedentario. No tengamos prisa por colocarlo en el pesebre. Él prefiere el movimiento. Desea “salir” con cada uno de nosotros. Le gusta mezclarse con la gente, ir a la plaza, entrar en el lugar de trabajo, acercarse a alguien, sentarse a la mesa con nuestra familia, conocer a nuestros amigos, dialogar sobre los problemas. También le gusta llenar la soledad de algún anciano, escuchar al que está afligido, detenerse en la habitación de un hospital, estar con los emigrantes, caminar por los barrios pobres y jugar con los niños.

Dios se hizo carne en la persona de Jesucristo para estar en el camino, porque el lugar de Dios es la carretera. Enmanuel, Dios con nosotros es un Dios sin casa, porque busca a todo ser humano en donde quiera que se encuentre. Es una invitación a imitarlo.

Recordar su nacimiento nos sirve a nosotros. Volver a nacer es su propuesta para cada uno. Es nacer de lo alto.  "El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.  Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”, Jn 3:6-7. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 18 de diciembre de 2025

La gloria del Señor los envolvió en su luz

PASTORES

"En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor.", Lucas 2:8-9

Los pastores fueron vistos injustamente como personas que eran menospreciadas por su trabajo poco atractivo y "sucio". Y estas son las personas a quienes Dios anunció el nacimiento del Rey. No se parecían a las élites respetadas ni a las muy influyentes. Los ángeles no aparecieron en el centro de Jerusalén. La gloria de Dios se mostró en aquellos sin gloria.

Y esto tiene dos implicaciones importantes para nosotros.

Primero, tenemos que renunciar a nuestra propia gloria. Renunciar a buscar formas de hacernos un nombre y de mostrar que estamos por encima de nuestros pares. Nos comparamos con la esperanza de encontrar algo que nos pueda distinguir ... algo que nos haga gloriosos.

El evangelio nos habla que el camino hacia arriba es el que va para abajo. Dios escogió a los pobres para ser ricos en fe y herederos del Reino. Renunciemos a nuestra propia gloria para que podamos ver la gloria de Dios. Si queremos ver al Rey, debemos convertirnos en esos pastores que no estaban en el centro del poder.

Segundo, tenemos que amar a los que no tienen gloria.

El mundo dará prioridad a aquellos con poder y privilegios.  El evangelio dice: no hay personas ni lugares pequeños. En Cristo, todos son hijos de Dios por la fe.

Esto significa que en las iglesias no debemos favorecer a quienes pueden dar más. No debemos priorizar a las personas en función de su trabajo o educación. No debemos mostrar favoritismo. Somos llamados para amar a todos. Creemos en las personas. ¿Y por qué debemos hacer estas dos cosas?

Porque Jesús hizo estas dos cosas por nosotros.

Nate Edmondson


El evangelio es siempre un inicio, una posibilidad para nacer de nuevo en la persona de Jesucristo

Oportunidad

El adviento es el tiempo de la espera y Jesús viene a nuestro encuentro. “Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes”, Ez 36:26. Es una acción que viene “desde lo alto” y espera una respuesta “desde el llano”. Desde el momento que Dios nos ama busca nuestra salud. Es aceptar su intervención liberadora y vivir con propósito. Su presencia nos libera de nuestro aislamiento, se instala en nuestra soledad para hacer de ella un lugar en comunión. Es vivir con esperanza.

Dios es paciente, no se resigna, espera obstinadamente algo distinto de nosotros y esto constituye una provocación. La espera y la paciencia genera un espacio en que debe manifestarse la novedad. “Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo que ustedes hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad.”, Ro 2:4

El evangelio es siempre un inicio, una posibilidad para nacer de nuevo en la persona de Jesucristo. Se abre un nuevo capítulo hacia la esperanza y nos pone en camino hacia el futuro. Pero, para empezar, es necesario que algo termine. La noticia de un final puede convertirse en una “buena noticia”. Cristo es el principio de todo. Con él todo puede comenzar.  “En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”, Sal 4:9

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox


miércoles, 17 de diciembre de 2025

Hoy en día hay muchas señales de que Jesús ha realizado algo singular en el mundo

ESTRELLA

"Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría." — Mateo 2:9-10

La estrella de Belén, una señal en el cielo percibida por los sabios, puede que haya sido un acontecimiento milagroso que acompañó la entrada sobrenatural del Salvador en el mundo. O puede que haya sido un fenómeno astronómico natural que Dios usó como señal. De cualquier modo, los cielos hablaban de una forma singular sobre un hecho particular que transformaría el mundo. ¿Tendría que ser algo que nos sorprendiera?

Pero notemos que solo los observadores reconocieron la señal y en este caso eran extranjeros. Dios llevó forasteros a Belén con una palabra que había colocado en el cielo. No tengas dudas de que Él le está hablando al «extranjero» y que aquellos que lo buscan, lo encontrarán. La Navidad es tanto para los creyentes como para quienes aún no han venido a la fe. En aquellos días fue una señal celestial que atrajo la atención de forasteros. Hoy en día hay muchas señales de que Jesús ha realizado algo singular en el mundo, hechos que se levantan y señalan hacia Su carácter santo.

Oración para este día:
Señor, gracias por poner indicativos claros en este mundo y en nuestra vida de modo que podamos saber que eres real y conocer cuál es tu propósito. Que esta Navidad sea una nueva señal para mí.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad

martes, 16 de diciembre de 2025

María de Nazaret se pone a disposición no de lo posible, sino de lo imposible

Lo imposible

—“¿Cómo podrá suceder esto —preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? Y el ángel dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios... Porque para Dios no hay nada imposible.”, Lc 1:34-37

Sabemos que ciertas cosas resultan imposibles. Conocemos nuestra debilidad, nuestros límites, nuestras miserias, nuestras incapacidades, nuestras perezas y resistencias, nuestras cobardías e hipocresías. Conocemos el mal que existe en el mundo, en sus formas más horribles, su des humanidad

Otras veces conocemos la lentitud de la iglesia, sus contradicciones, sus retrasos, sus miedos y dudas, los comportamientos no siempre evangélicos de algunos de sus representantes. Como seres humanos conocemos nuestro mal funcionamiento. Le siguen las desilusiones y la escasa fiabilidad.

La perspectiva cambia cuando confiamos en Dios y ver que lo imposible está a nuestro alcance. María oye afirmar que “para Dios no hay nada imposible” y se entrega confiada a esta verdad: —“Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho.” María de Nazaret se pone a disposición no de lo posible, sino de lo imposible. En la lista de nuestras imposibilidades se introduce la presencia de Dios y entonces nuestros cálculos se derrumban. La columna de las cosas imposibles se convierte en la columna de las cosas posibles. Otra humanidad, sociedad, nación e iglesia es posible.

Debemos convencernos de que lo imposible es la única posibilidad de salvación. Cuando Dios interviene, lo imposible se convierte en el único camino posible. ¡Venga tu Reino!

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox


Su reinado consistiría en proteger y proveer; un rey, sí, pero uno paternal

PADRE ETERNO

“— …y se llamará su nombre… Padre eterno…. ¡— Isaías 9.6 ¡Qué conjunto destacable de nombres en Isaías 9:6! Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.

Isaías también habló de un gobernante a quien su pueblo miraría en términos mucho más personales: «Padre». Su reinado sería «eterno». Duradero, imparable, sin nadie que pudiera desafiarlo, teniendo las cualidades del Cielo. Un regente eterno tendría que ser un rey divino.

Quien reina como padre es una clase diferente de rey. Un rey (o, para el caso, un primer ministro, un presidente, etc.) no tiene que tratar a la gente como si fuera su padre. Puede ejercer el poder sencillamente porque lo tiene. Pero un gobernante que se preocupa por aquellos en su reino, que quiere realmente proteger y proveer para todos un tipo de amor familiar es tanto un padre como un rey.

Cientos de años antes de Su nacimiento, Jesús fue llamado «Padre eterno» porque Su reinado consistiría en proteger y proveer; un rey, sí, pero uno paternal. Y no deberíamos olvidar que la relación de Jesús con Dios el Padre fue tan estrecha que Jesús podía decir: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn. 14.9). Nada puede compararse a la realidad que Jesucristo se ha vuelto (para el mundo) el Protector poderoso y el Proveedor perfecto, un Rey cuya autoridad es tan justa y buena que nunca terminará.

Nacido como niño, destinado a dar cuidado paternal, por siempre y siempre jamás. En esto, los hijos de Dios ponemos nuestra fe y esperanza.

Oración para este día:
Señor, ayúdame a reconocer y sujetarme por completo a tu autoridad como Rey en mi vida, y luego permite que conozca tu protección y provisión que van más allá de lo que cualquier padre terrenal podría ofrecer.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad –

Foto Gilbert Lennox

lunes, 15 de diciembre de 2025

Dios nos llama para realizar lo que el Señor tiene en su mente.

Anuncio de salvación y esperanza

«El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para anunciar libertad a los prisioneros, para devolverles la vista a los ciegos, para rescatar a los que son maltratados y para anunciar a todos que: “¡Éste es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación!”», Lc 4:18-19.
Un anuncio puede determinar cambios profundos en las situaciones existentes. La palabra provoca algo en quien está dispuesto a recibirla. “Isaías dijo: «¡Mi Dios me llena de alegría; su presencia me llena de gozo! Él me dio salvación y me trató con justicia.  »Así como de la tierra brotan las semillas, y en el jardín nacen las plantas, así Dios hará brotar la justicia y la alabanza entre todas las naciones», Is 61:10-11
“Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David.  Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!». Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir. —No tengas miedo, María—le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.  Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo… ¡su reino no tendrá fin!”, Lc 1:26-33
María entendió una cosa fundamental: Dios nos llama para realizar lo que el Señor tiene en su mente. Dios nos llama porque quiere otra cosa de nosotros. Los propósitos son de Dios. “María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí.”, Lc 1:38
Carlos Scott

Nos instruyó con palabras de sabiduría.

CONSEJERO

"Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." — Isaías 9.6

Cientos de años antes, otros nombres se habían anunciado para «El Ungido». Entre ellos, Isaías habló de uno que sería llamado Consejero Admirable. ¿Qué significaba ser «consejero» en tiempos bíblicos? Era uno de los roles que asumía un rey u otro oficial de alto rango, y su tarea era ser sabio y juicioso frente a la mayoría de las preguntas difíciles, las negociaciones más complejas y los problemas más insolubles. El consejo del rey era supremo, pero no era infalible. Todos sabemos que hay consejo bueno y consejo carente de valor.

Aquel nacido de una virgen sería llamado Consejero Admirable. Esto es algo diferente. La palabra hebrea para admirable significa algo fuera de lo común, claramente distinto, más allá de la explicación humana. Jesús nos da una visión clara para que nuestra vida siga el buen consejo. Nos instruyó con palabras de sabiduría. Nos dio ejemplo de cómo es llevar una vida consagrada al Padre. ¿Cuán a menudo seguimos su consejo? ¿Cómo podríamos vivir más conscientemente a la luz del ejemplo que nos dejó?

Oración para este día:
Señor, necesito tu consejo en cada aspecto de mi vida. Al pensar sobre mi familia, amigos, trabajo y decisiones, sé que necesito ser sabio. Por eso, ayúdame a escucharte en esta Navidad como el Único que es Consejero Admirable.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad 

domingo, 14 de diciembre de 2025

La Navidad es una celebración de la venida de un reino. Poderoso. Que cambia la vida.

REINO

"Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y él reinará sobre la casa de Jacob para siempre; Su reino nunca terminará.", - Lucas 1: 32-33

La Navidad representa un comienzo que solo tiene sentido si comprendemos el final. El comienzo es un niño, un nacimiento humilde en un establo terrenal. Pero el final ... El final es una explosión de gloria divina lo suficientemente brillante como para que la vea todo el mundo, como el nacimiento de una nueva estrella. El fin es un reino. Jesús vino a establecer el reino de Dios, a abrir los ojos de la gente al poder de Dios, a convertirlo en la realidad central de sus vidas. "Su reino nunca terminará". Contrasta esto con el rey Herodes, quien buscó proteger su reino tratando de eliminar a cualquier rival potencial para su trono. Lo que Herodes no entendió fue que al matar a todos los bebés varones en Belén, no estaba protegiendo su reino, sino mostrando su debilidad y temor.

El reino de Cristo es diferente; no acabará nunca. No hay rival para su autoridad, aunque los incrédulos siempre abundarán. No hay nadie sentado a la diestra de Dios, excepto Cristo. Ninguna otra autoridad estuvo presente cuando se creó la tierra, y ninguna otra estará allí cuando llegue el juicio final.

La Navidad es una celebración de la venida de un reino. Poderoso. Que cambia la vida. Nunca pienses que la Navidad es una manera de envolver a Dios en un paquete, hacer una reverencia y mantener todo bajo control.

La primera navidad fue la llegada de un rey. Los sabios del este lo sabían, así que vinieron a presentar regalos. El rey Herodes lo sabía, y por eso ordenó que mataran a todos los niños en Belén. Es la batalla de Belén, el comienzo de una guerra en la que el Rey de Reyes tiene la intención de recuperar el territorio que le perteneció todo el tiempo, y de llevar a personas como nosotros a un nuevo reino benévolo.

Oración para hoy: Querido Dios, ayúdame a vivir estos días sabiendo que estás reinando en este mundo quebrantado. Tu eres el Rey. Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad –

sábado, 13 de diciembre de 2025

Él es el Rey y todo pueblo le adorará

GOBIERNO

"Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros... Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre." — Isaías 9:6-7

Dios sabe que necesitamos gobierno. Esa es la razón por la que Él mismo se denomina Rey, Pastor, Maestro, Señor y Padre. Y cuando Jesús nació en Belén, el mundo ganó a su gobernante más grande. ¿Alguna vez pensaste en un gobernante en particular y te preguntaste cómo puede sobrellevar el peso de la responsabilidad? Sin embargo, el gobierno real, la autoridad para modelar la vida, en última instancia está solo en los hombros de Cristo: «La soberanía reposará sobre sus hombros».

Hay un tiempo futuro en el que Jesús reinará como gobernante indiscutido. Desde aquella noche en Belén, el mundo ha cambiado. No es que la maldad haya desaparecido, pero su contraparte (el poder de Cristo) ha resultado triunfante en una vida tras otra. Lo vemos en la persona que tiene victoria sobre una adicción, en alguien que se levanta por la justicia, en las relaciones reconciliadas, en la gente cuyo carácter se modela por el carácter de Cristo.

En esta Navidad podemos agradecerle a Dios que no nos dejó solos en nuestro estado caótico. Un pastor–rey se levantó en la línea sucesoria davídica no para ser como los demás reyes sino para gobernar nuestra vida, al cambiar nuestros corazones, vivificar nuestras conciencias y cambiar nuestro mundo (Salmo 2). Él es el Rey y todo pueblo le adorará.

Oración para este día:
Señor, confieso que hay mucho en mí que no quiere ser gobernado. Ayúdame a tener alegría en el hecho de que tu gobierno nunca terminará y, debido a eso, la paz se incrementará.

Alegría de Navidad – Mel Lawrenz

Foto Gilbert Lennox