viernes, 1 de marzo de 2019

Valorizar al otro

-Cuando hablamos de la iglesia local estamos hablando de una comunidad que valoriza al prójimo. Una comunidad sana es una comunidad que coopera, es solidaria, enfatiza la comunión y evangelización. La historia sobre el ciego Bartimeo tiene mucho que enseñarnos sobre la valorización del prójimo, Mc 10:42-52 *Jesús pregunta y marca su valorización por el hombre: ¿Qué quieras que haga por ti?. Marca su sencillez, está abierto ante las necesidades del otro. Está disponible. La respuesta del ciego: “Quiero ver” es su respuesta y no una imposición de Jesús. Se sana, es un milagro de Jesús, su fe lo ha sanado. Decide seguir a Jesús y hay transformación. *¿Cómo responde nuestra tradición o trasfondo teológico a la solución de los Bartimeos? Algunos harían imposición de manos, orar y pedir sanidad. Otros, resolver su situación económica, enseñarle a leer en Braile, conseguir un perro guía, buscarle empleo, concientizarle por su condición de explotado. Otros responderían de acuerdo al ministerio del cuerpo donde encontraría amor, aprecio, perdón, aceptación. Otros rápidamente le dirían que acepte a Jesús como su Señor y Salvador. Con énfasis tan variados el ciego conocería un aspecto de Cristo o una determinada manera de Jesús. Pero faltaría algo: responder a la manera del Señor. *Su único método fue la apertura a la necesidad del otro. Ante el clamor de Bartimeo, Jesús se detiene, lo manda llamar y después le dirige una pregunta. Todas estas acciones valorizan a la persona y no a un método, a una ideología o doctrina. *Jesús apelo a la relación, comunión, solidaridad y cooperación. Se mostró abierto al interesarse por el otro. Porque la comunión, cooperación y solidaridad es compartir la vida. Sencillamente dar valor al otro.

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