lunes, 25 de febrero de 2019

Paz

*Cuando hablamos de la iglesia local estamos hablando de una comunidad de paz. Una comunidad sana es una comunidad que busca la paz y vive en paz. Es una comunidad que no hace tropezar a otros; mantiene la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Es una comunidad reconciliadora. *Jesús dice: “Que no falte la sal entre ustedes, para que puedan vivir en paz unos con otros” Mr 9:50b. Nos habla que este presente el buen sabor en nuestro trato mutuo y que vivamos en paz en medio de la comunidad. La discordia muchas veces comienza cuando se discute quién es el más importante o quien es el primero, Mr. 9:33-37, 10:42-45. *El Señor nos advierte en no transformarnos en un escándalo o tropiezo para otros. No hacer pecar a los que son más pequeños. “Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mi, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano te hace pecar, córtatela…” Mr. 9:42-50. Nos habla de los "pequeños" como el que hecha demonios que no forma parte de los doce, Mr. 9:38-41; o bien la figura del niño que es el modelo de las personas indefensas, vulnerables, siervos sencillos y humildes, Mr.10:13-16. No excluirlos y marginarlos. *Se nos desafía a cortar de raíz este mal. Se requiere una acción drástica que tiene que ver con cortar, dejar y abandonar el pecado. Se orienta la vida de la comunidad hacia la apertura. No acepta el mal. La responsabilidad y autoridad que se nos ha dado es principalmente para servir, amar y recibir a otros. Jesús nos dice: “El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante”, Lc 9:48. “Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos” Mr. 10:16. *Jesús toma en sus brazos a los niños. El Señor toma en sus brazos a los que todavía no tienen mucha comprensión de las cosas. El relato bíblico mantiene la prioridad de la solidaridad y no del exclusivismo, Mr 9:33-50. Lo bueno de afuera debe ser afirmado y lo malo de adentro extirparlo. El mensaje del infierno está dirigido a los de adentro en este contexto. Seguir a Jesús hace que la sal mantenga su sabor y eficacia.

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