domingo, 17 de febrero de 2019

El SI de Dios


Ser comunidad es convertirnos en un lugar de reconciliación, amistad y celebración. Es hacer fiesta por todos aquellos que vuelven a casa. Es enfatizar la autoridad de la compasión y la paternidad de la misericordia. "Sed misericordiosos como vuestro Padre que está en los cielos es misericordioso. Sean compasivos como vuestro Padre es compasivo. Sed perfectos como vuestro padre es perfecto. Perdonen como yo los sigo perdonando a ustedes." Ser comunidad implica que la unidad no es una opción superflua. Es, en Cristo, ya un hecho, algo dado. Al mismo tiempo es un mandamiento: «¡Sean uno!» Estamos llamados a ser uno como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno y nunca debemos cansarnos de esforzarnos hasta el día cuando los cristianos en todo lugar puedan juntarse para compartir el solo Pan y la sola Copa Ser comunidad es buscar el SÍ de Dios. El sí, a la verdad, entrega, generosidad e integridad. Es el Sí, de la alegría, paciencia y amabilidad. Es bondad y fidelidad. Es el Sí, de la mansedumbre, las buenas palabras, animando a otros. Es la fe, la humildad y el dominio propio. El Sí de Dios, es el mensaje del evangelio que transforma toda la existencia humana. Ser comunidad es encarnar el Sí de la justicia y la paz en la visión totalizadora del Reino de Dios. Es el envió a semejanza de Jesucristo. “Como el Padre me envió a mí, así yo los envió a ustedes”, Jn 20:21.

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