lunes, 11 de febrero de 2019

Ministerio

Los cinco ministerios básicos de capacitación y liderazgo, apóstol, profetas, evangelistas, pastores y maestros son dones otorgados por Dios a la iglesia a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio. Ef 4:11-13. Este modelo bíblico de liderazgo y ministerio no permite claramente una distinción rígida entre clero y laicado. El Nuevo Testamento simplemente no habla en términos de dos clases de cristianos, "ministros" y "laicos". De acuerdo con la Biblia, el pueblo de Dios -laos, "laicado"- incluye a todos los cristianos, y todos ellos tienen, a través del ejercicio de los dones espirituales, alguna "obra de ministerio" Todos los cristianos son laicos -pueblo de Dios- y todos son ministros. La dicotomía clero-laicado no es bíblica y distorsiona las Escrituras como la práctica y el testimonio de la Iglesia. En los días del Antiguo Testamento sí existía un sacerdocio profesional, distinto, pero según el Nuevo Testamento este sacerdocio fue reemplazado por dos verdades: Jesucristo es nuestro gran sumo sacerdote, y la iglesia es un reino de sacerdotes, Heb.4.14, 8:1, 1P 2:9, Ap 1:6. La doctrina del ministerio, según el Nuevo Testamento, no descansa en la distinción clero-laicado sino en tres pilares paralelos y complementarios: el sacerdocio de todos los creyentes, los dones del Espíritu y el servicio en el Espíritu de Jesús. Como una comunidad ministerial la iglesia está compuesta de sacerdotes de Dios, los cuales son siervos de Jesucristo y están dotados por el Espíritu. Se marca diferencias funcionales entre las clases de ministerios, pero no hay lugar para una división jerárquica entre "clero" y "laicado"


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