miércoles, 23 de abril de 2025

Jesús es el camino y el modelo

 Una Espiritualidad por imitar

“Jesús regresó a la región de Galilea lleno del poder del Espíritu de Dios. Iba de lugar en lugar enseñando en las sinagogas, y toda la gente hablaba bien de él. Y así Jesús pronto llegó a ser muy conocido en toda la región. Después volvió a Nazaret, el pueblo donde había crecido…”, Lc 4:14-30

El Jesús de los evangelios no es un líder pasajero realizado a imagen y semejanza de los caprichos de la época. El Jesús pobre, desconfiado de las multitudes, ajeno al poder, esquivo de la fama, humilde, sencillo y servicial tiene mucho que enseñarnos. “El que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió”, 1 Jn 2:6

Jesús es el camino y el modelo, por lo tanto, define nuestra espiritualidad. No lo hace en base al concepto del éxito humano. Su grupo de discípulos no fue multitudinario, su capacidad financiera limitada y sus influencias política modesta. La espiritualidad en el seguimiento de Jesús no se define por la aplicación de determinadas técnicas de dirección de grupos humanos, sino por una cosmovisión integral acerca de su quehacer misionero en este mundo.

Jesús inicio su servicio en Galilea que tendría unos tres millones de habitantes. Luego se dirigió a Nazaret que solo tenia veinte mil pobladores y era una pequeña ciudad aislada. En ese lugar, pequeño y no tenido en cuenta es donde inicia su ministerio público. ¿Por qué allí?

Los grandes rabinos de la época buscaban estar en Jerusalén u otra gran ciudad para la presentación de su ministerio. Jesús prefirió su pequeña Nazaret. Jesús marco una espiritualidad diferente lejos del amor al poder para vivir en el poder del amor

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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