sábado, 26 de abril de 2025

La disposición de entregarse por los demás

La espiritualidad de la entrega y el dar

“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: «Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.  Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.  Yo, el Hijo del hombre, lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para dar mi vida por la salvación de muchos.», Mt 20:25-28

El seguimiento de Jesús no se funda en el hecho de recibir privilegios personales y luego disfrutarlos entre unos pocos, para Jesús ser discípulo consiste en el acto de entregarse por los demás para que muchos reciban los favores.

Hay conceptos opuestos que son obvios: los discípulos buscan recibir y Jesús les enseña que hay que entregarse, dar, servir. Jesús relaciona que aquellos que son sus discípulos están en el servicio, el servicio con entrega y enfatizan la redención. Redención es la liberación de alguien o algo de un estado de opresión, sufrimiento o culpa.  

Desear estar en el seguimiento de Jesús sin servicio no sirve e implica la disposición de entregarse por los demás. La entrega es clave y es servir a alguien. Si manifestamos seguir a Jesús, pero no servimos y no entregamos nada lo que se evidencia es un deseo consciente o inconsciente de retener y que otros nos den a nosotros. Es una clara muestra de egoísmo. La perspectiva de Jesús es otra y nos muestra la estupidez del poder. El seguir a Jesús es un acto libre de alguien que se transforma en un siervo, un discípulo que ve al Señor que entrego su vida por nuestra redención.

»Nunca he querido que me den dinero ni ropa.  Ustedes bien saben que con mis propias manos he trabajado, para conseguir todo lo que mis ayudantes y yo hemos necesitado para vivir.  Les he enseñado que deben trabajar y ayudar a los que nada tienen. Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: “Dios bendice más al que da que al que recibe.», Hch 20:34-35

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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