Todo puede cambiar
”¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”? Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura”, Jn 4:35
”La mujer dejó su cántaro, volvió al pueblo y le decía a la gente: —Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?”, Jn 4:28-29
Cuando Jesús entra en diálogo con la mujer samaritana, busca una relación no sólo con ella, sino con todo el pueblo.
Jesús no deja solo al ser humano, nos confronta a que abramos los ojos, que nos demos cuenta de la angustia y la preocupación en la cual vivimos por las elecciones de vida que hemos realizado. Que nos animemos a reconocer nuestro cansancio y buscar a Jesús aceptando su invitación: “Vengan a mí”
Todo ha cambiado para esta mujer, todo ha cambiado para la vida de este pueblo y todo puede cambiar para nosotros.
Jesús se compromete en acompañarnos en cada momento y nos invita a experimentar su poder.
» Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar. Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar.» Mt 11:28-30