lunes, 30 de mayo de 2022

CARA a CARA

Me doy cuenta

“—Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta.”, Jn 4:19
El relato de la mujer de Samaria tiene algo para enseñarnos cuando se nos revela la peligrosidad del encuentro con Jesús.
Ella intuye que ese encuentro cara a cara es arriesgado y comprometido. Es que pone de relieve quién soy y que busco. Es poner en discusión el planteamiento de la vida misma y cambiar radicalmente los equilibrios alcanzados. 
Su conversación con Jesús parece áspera, dura, salpicada de evasiones y revela su deseo de escapar, de no quedar atrapada, de no verse obligada para hacer una opción o de tomar una decisión.
La mujer de Samaria nos recuerda que Jesús “sabe”, conoce nuestros enredos más secretos y deja al descubierto las heridas que intentamos esconder. Él nos confronta con las verdaderas causas de nuestra insatisfacción e inquietud. Nos muestra que toda complacencia es un empobrecimiento.
Ante la mirada profunda de Jesús muchas veces deseamos desactivar lo que nos dice, neutralizar y hacer inofensivas sus provocaciones, de dejar para mañana la conversión, de diferir las decisiones más comprometedoras.
El encuentro con él, si es verdadero encuentro, no deja a las personas como estaban. Es ahí donde se descubre lo esencial. Hay una fuente que nos da la “vida entera”, pero para eso es necesario dejarnos cuestionar por aquel que da la vida plena.
"A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida", Ap 21:6
"Él los guiará a manantiales del agua que da vida. Y Dios les secará cada lágrima de sus ojos.", Ap 7:17
Carlos Scott

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