sábado, 9 de enero de 2021

Tres grandes anuncios, Jn 1:29-34

 Juan el Bautista anuncio tres temas fundamentales:

Su primer gran anuncio fue ¡Aquí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!, Jn 1:29. Juan compara al Cristo con un cordero y nos ofrece una imagen de su identidad. Se rebajó, se humillo.

Ser semejante a Jesucristo en su identidad implica que en el Reino de Dios “la sumisión y la quietud son las características de los más fuertes”.

Al decir que Jesús quita el pecado del mundo estamos diciendo que lo divino puede tocarnos y cambiarnos a nosotros. Sería muy difícil o casi imposible ver un cambio en nuestras propias vidas si Jesús no quita el pecado.

Su segundo gran anuncio fue que Jesucristo es el que Bautiza con el Espíritu Santo, Jn 1:33. Necesitamos de este bautismo para nacer de nuevo. Es saturar nuestro ser con su Espíritu. Significa hundirnos, sumergirnos, empaparnos de Él. Es algo divino que ningún otro puede hacer, Jn 20:19-23..Es el Espíritu de verdad, que nos guía a toda verdad, Jn 14:15-20,16:13-15.

Su tercer gran anuncio fue que Jesucristo es el Hijo de Dios, Jn 1:34. Conocer la identidad de Cristo es un don del cielo. “Nosotros le conocemos porque el escogió darse a conocer”

Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es el que nos bautiza con el Espíritu Santo y es el Hijo de Dios. ¿Lo crees? Te invito a creer y entregarte a Jesús. Tu pecado es borrado y perdonado, eres bautizado por su Espíritu Santo y una nueva vida comienza porque solo el Hijo de Dios puede hacer esto.

¿Le entregaste tu vida a Jesucristo?

Carlos Scott



viernes, 8 de enero de 2021

Soñamos...

Sueño con una iglesia de ojos y oídos abiertos que obra proféticamente confrontando los poderes de este mundo; que sabe que no lucha contra carne o sangre y por lo tanto no discrimina, no ataca, no excluye; que no se deja seducir por las mieles del poder; que trabaja en la propuesta más que en la protesta; que cree que solo vidas transformadas por Jesucristo nos darán una sociedad diferente. Es en esta agenda del reino donde debemos poner toda nuestra energía y recursos.

Norberto Saracco

Foto de Gibert Lennox



jueves, 7 de enero de 2021

Hice lo que me dijiste que hiciera

Hice lo que me dijiste que hiciera

Reflexiones a propósito de la aprobación de la ley para la Interrupción legal del embarazo

El capítulo 17 del Evangelio de Juan nos muestra a Jesús en una conversación íntima con el Padre. Está orando, y en esta oración pide por si mismo, por sus discípulos y por todos los que creerán. Comienza rindiendo cuentas al Padre y dice: “Padre, te he glorificado, porque hice todo lo que me dijiste que hiciera” (Juan 17:4). Esta frase encierra el secreto del éxito en nuestro servicio al Señor. El éxito de lo que hacemos no está en lo que logramos, sino en nuestra obediencia al padre. El éxito no depende de nosotros, la fidelidad si. Haciendo lo que el Padre le decía Jesús algunas veces juntó multitudes e hizo milagros, y otras veces quedó solo y sin poder hacer un solo milagro. Los logros alegran nuestro corazón, la fidelidad alegra el corazón del Padre.

En estos días sentimos el sabor amargo de no haber logrado lo que queríamos, pero con corazones sinceros podemos presentarnos delante del Padre para decirle: “hicimos lo que nos dijiste que hiciéramos”.

La honesta intencionalidad de nuestros corazones no debe privarnos de evaluar nuestras acciones. Más allá del compromiso manifiesto de una enorme mayoría de cristianos evangélicos, de los esfuerzos casi sacrificiales de algunos, y el propósito siempre loable de pretender lo mejor para nuestra sociedad, es oportuno pesar las acciones a la luz de lo que entendemos es el propósito de Dios.

Desde la década del ochenta, cuando las iglesias evangélicas comienzan a crecer en América Latina, se gesta la idea de transformar la sociedad cooptando el poder político. La idea no era nueva, en los años sesenta y setenta lo habían intentado sin éxito las iglesias del protestantismo histórico. El concepto es: para transformar nuestras sociedades deberíamos afectar el poder político. Surgieron así los “políticos evangélicos”, los “partidos políticos evangélicos” y el “lobby evangélico”.

Más allá de las buenas y honestas intenciones, todos por igual no obtuvieron los resultados esperados en su cruzada transformadora. No dudamos del valioso aporte que pueden hacer vidas que sirven al Reino en la arena política. Dios bendiga, sostenga y cubra a quienes emprenden ese camino. Debemos apoyarlos y pastorearlos en su misión de ser sal y luz en un medio plagado de peligros y tentaciones.

El tratamiento de la recientemente aprobada ley para la interrupción legal del embarazo nos recuerda algunas lecciones:

Las consecuencias de una sociedad que deja de lado a Dios. Hace algunos años había quienes se ponían contentos porque sacaban los crucifijos de las oficinas públicas, creyendo que sacaban a la iglesia Católica y no se daban cuenta que estaban sacando a Dios. (No porque Dios estuviera en el crucifijo, sino por lo que representaba).

Lo inocuo de una fe superficial que es religiosidad antes que discipulado. Más del 85% de la población argentina se considera cristiana.

Lamentablemente la religiosidad ya no es monopolio de la iglesia Católica.

No son las leyes las que cambian a las personas. La ley dice: “no matarás” y la gente mata; “No mentirás” y la gente miente; “no robarás” y la gente roba. Queremos las mejores leyes, pero no nos equivoquemos, no es cambiando leyes que cambiamos la sociedad.

Nuestra sociedad está profundamente enferma y eso no se sana con la aprobación o no de ciertas leyes.

No es función de la iglesia el “lobby político”. Es hora de que dejemos de perder tiempo y energía en las alfombras rojas del poder. Es insensato pretender que obren como hijos de luz quienes están muertos en sus delitos y pecados.

No abogo por una iglesia aislada de la sociedad encerrada en su termo espiritual.

Todo lo contrario, sueño con una iglesia de ojos y oídos abiertos que obra proféticamente confrontando los poderes de este mundo; que sabe que no lucha contra carne o sangre y por lo tanto no discrimina, no ataca, no excluye; que no se deja seducir por las mieles del poder; que trabaja en la propuesta más que en la protesta; que cree que solo vidas transformadas por Jesucristo nos darán una sociedad diferente. Es en esta agenda del reino donde debemos poner toda nuestra energía y recursos.

Sólo algunas reflexiones creyendo que un día toda lengua confesará que Jesús es el Señor, para gloria de Dios el Padre. (Filipenses 2:11).

J. Norberto Saracco
Miembro del Consejo Directivo Nacional de ACIERA

miércoles, 6 de enero de 2021

"YO NO SOY"

 "YO NO SOY"

“Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quien era. No se negó a declararlo sino que confeso con franqueza: Yo no soy el Cristo”, Jn 1:19-20

Juan se veía como una voz que llamaba al pueblo a preparar el camino del Señor. Nada más que una voz, Is 40:3. “No era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz”.

Juan buscaba la sencillez. No buscaba gloria, poder o una posición elevada. “Tener en claro nuestra identidad es el principio de un ministerio sano”

Juan no tenía un puesto institucional y alegremente le da el lugar a Jesús, Jn 1:35-37. Los dirigentes y líderes religiosos solían verse amenazados si surgía algún tipo de competencia, Jn 5:16, 18. Todos ellos tenían algo que proteger, Jn 5:44. La situación de Juan el Bautista por la falta de respaldo institucional era más precaria, pero no por esto perdió el sentido u orientación de su identidad.

Jesús habla de Juan como el más grande de los profetas. Jesús y Juan no sacaron provecho de su posición. La plenitud del Espíritu de Dios se manifiesta en la humildad, la solidaridad con el Pueblo de Dios y la entrega total a la causa del Reino de Dios.

Juan el Bautista no se amargo por no tener el papel principal en la película. Se alegró de ocupar su rol y en este caso dejo sus pretensiones teniendo una perspectiva adecuada de sí mismo.

“La verdadera persona religiosa es ‘uno que cede el puesto’. Es decir el verdadero testigo no es nunca pesado, asfixiante, absorbente, sino que hace sitio a los demás. Cede el puesto al otro. Concede espacio a la libertad de los otros… El testigo autentico es uno que sabe desaparecer en el momento justo, para dejar libre el campo a los verdaderos e insustituibles protagonistas del encuentro…paga el precio quizás mas difícil: el marcharse de puntillas, para no molestar, sin esperar siquiera un gesto de saludo, o una invitación a la fiesta”

En nuestro mundo y contexto es clave en todo tiempo comprender cuál es el tiempo de la acción y el tiempo de la salida. Podría ser muy perjudicial si nos retrasamos. Se trata de que aprendamos esta lección, el coraje de decir “No soy yo”

¿Cuál es tu identidad?

Carlos Scott

Foto de Gibert Lennox

martes, 5 de enero de 2021

El precio de creer

Somos desafiados a creer en la luz y seguir creyendo. Es una luz que no puede ser extinguida. 

Ahora bien, tiene un precio creer. Implica acercarnos a la luz y dejar que esta luz nos examine, nos descubra y muestre quienes somos. 

 La luz divina nos revela lo que muchas veces no queremos aceptar, Jn 3:20. Jesús nos quiere examinar y evaluar, Ef 5:13. Vuelve a visitarnos en este tiempo y se acerca a todos incluyendo a los que decimos ser “suyos”, Jn 1:11. 

 Es una luz molesta e indiscreta porque descubre nuestras miserias, limitaciones y mezquindades. “Es una luz que no se resigna a ser un puro adorno, sino que compromete, que exige cambios dolorosos en nuestra existencia” 

 Es una luz fastidiosa y provocativa que nos lleva muchas veces a resistirla y oponernos “porque la luz es lo que hace que todo sea visible”, Ef 5:14. 

Nos colocamos las manos sobre nuestros ojos en vez de rendirnos ante ella. Lo que nos puede dar salud y salvar es lo que muchas veces rechazamos, Jn 3:16-20. 

 ¿Que es lo que esta mostrando la luz del Espíritu Santo en tu vida? 

 Carlos Scott 

 Foto de Gibert Lennox

martes, 29 de diciembre de 2020

Una oración por el País Vasco

 Oramos por un movimiento de plantación de iglesias en el idioma del corazón de los Vascos. Oramos por Daniel, Marta e Íker y por todo el equipo de Kale Argia.

Una oración por el País Vasco



lunes, 28 de diciembre de 2020

Día de los Santos Inocentes - 28 de Diciembre -

Día de los Santos Inocentes - 28 de Diciembre -

La actualidad criminal del relato de los “santos inocentes” (Mt 2:13-18) es evidente:
* Un mundo de niños(as) con derechos, pero no siempre con posibilidades reales de vida.
* Hay muchos Herodes que andan suelto y “han montado en cólera”.

Jesús vino a establecer el reino de Dios, abrir los ojos de la gente al poder de Dios, a convertirlo en la realidad central de sus vidas. "Su reino nunca terminará". El comienzo es un niño, un nacimiento humilde en un establo terrenal. Pero el final,... es un reino.

Herodes buscó proteger su reino tratando de eliminar a cualquier rival potencial para su trono. Lo que Herodes no entendió fue que al matar a todos los bebés varones en Belén, no estaba protegiendo su reino, sino mostrando su debilidad y temor.

El reino de Cristo es diferente; no acabará nunca. No hay rival para su autoridad. Defendamos la vida de los niños y las niñas.

Martin Luther King Jr. expreso: "La cobardía hace la pregunta: ¿Es seguro? La conveniencia hace la pregunta: ¿Es político? La vanidad hace la pregunta: ¿Es popular? Pero la conciencia hace la pregunta: ¿Es correcto? Y llega un momento cuando uno debe tomar una decisión que no es ni segura, ni política, ni popular, pero la debe tomar porque es correcta." Defendamos la vida de TODO niño y TODA niña.

El verdadero Rey a llegado. Los sabios del este lo sabían, así que vinieron a presentar regalos. El rey Herodes lo sabía, y por eso ordenó que mataran a todos los niños en Belén. Es la batalla de Belén, el comienzo de una guerra en la que el Rey de Reyes tiene la intención de recuperar el territorio que le perteneció todo el tiempo, y de llevar a personas como nosotros a un nuevo reino benévolo.

“¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!”, Pr 31.8-9.

En este día de los santos inocentes ¡Levanta la voz, y hazles justicia! defendiendo la vida de todos los niños y todas las niñas incluyendo al niño y niña por nacer. "Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo". Jesucristo es el Señor.

"Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».

Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios. Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías:

«Se oye un grito en Ramá,
llanto y gran lamentación;
es Raquel, que llora por sus hijos
y no quiere ser consolada;
¡sus hijos ya no existen!», Mt 2:13-18

Carlos Scott


viernes, 25 de diciembre de 2020

"Celebremos a Jesús"

 «Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra» (Mt. 28:18). Su autoridad no solamente la tiene sobre la tierra sino también sobre el cielo. Su autoridad es de extensión universal. Por lo tanto, “Si Jesús, en realidad, es Señor de todo, esta realidad tiene que ser proclamada”.

Jesús nos dijo: “Por tanto vayan y hagan discípulos” (Mt 28:19). El hecho que Jesucristo es el Señor y Rey de todo implica una misión global. Su reinado y victoria es final. Se cumple o se cumple, no hay medias tintas o marcha atrás. “Su reinado no tendrá fin”, Lc 1:33
Celebremos su nacimiento no solamente para mirar, ni aun para admirar, sino para compartir su misión.
El que era rico se hizo pobre para que nosotros mediante su pobreza seamos ricos. ¡Que esta sublime generosidad de Dios se exprese en generosidad nuestra!
"Las costas lejanas esperan su enseñanza" Is. 42:4
¿Qué vas a celebrar en Navidad?
Carlos Scott


jueves, 24 de diciembre de 2020

Reino

 Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y él reinará sobre la casa de Jacob para siempre; Su reino nunca terminará. - Lucas 1: 32-33

La Navidad representa un comienzo que solo tiene sentido si comprendemos el final. El comienzo es un niño, un nacimiento humilde en un establo terrenal. Pero el final ... El final es una explosión de gloria divina lo suficientemente brillante como para que la vea todo el mundo, como el nacimiento de una nueva estrella. El fin es un reino. Jesús vino a establecer el reino de Dios, a abrir los ojos de la gente al poder de Dios, a convertirlo en la realidad central de sus vidas. "Su reino nunca terminará".
Contrasta esto con el rey Herodes, quien buscó proteger su reino tratando de eliminar a cualquier rival potencial para su trono. Lo que Herodes no entendió fue que al matar a todos los bebés varones en Belén, no estaba protegiendo su reino, sino mostrando su debilidad y temor.
El reino de Cristo es diferente; no acabará nunca. No hay rival para su autoridad, aunque los incrédulos siempre abundarán. No hay nadie sentado a la diestra de Dios, excepto Cristo. Ninguna otra autoridad estuvo presente cuando se creó la tierra, y ninguna otra estará allí cuando llegue el juicio final.
La Navidad es una celebración de la venida de un reino. Poderoso. Que cambia la vida. Nunca pienses que la Navidad es una manera de envolver a Dios en un paquete, hacer una reverencia y mantener todo bajo control.
La primera navidad fue la llegada de un rey. Los sabios del este lo sabían, así que vinieron a presentar regalos. El rey Herodes lo sabía, y por eso ordenó que mataran a todos los niños en Belén. Es la batalla de Belén, el comienzo de una guerra en la que el Rey de Reyes tiene la intención de recuperar el territorio que le perteneció todo el tiempo, y de llevar a personas como nosotros a un nuevo reino benévolo.
Oración para hoy:
Querido Dios, ayúdame a vivir estos días sabiendo que estás reinando en este mundo quebrantado. Tu eres el Rey. Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Mel Lawrenz




jueves, 10 de diciembre de 2020

El profeta y la profetisa en una sociedad líquida

 El profeta y la profetisa en una sociedad líquida

Cuando nos referimos a los profetas y profetisas hablamos de personas que por lo general tienen luz, claridad y una visión que no tienen los demás. El pueblo de Dios es llamado a cumplir su rol profético, sacerdotal y ser una nación santa. Ellos y ellas suelen leer y descifrar el presente basado en el pasado y mirando al futuro. Tienen el sentido de la historia y están abiertos al futuro a través de la mediación de la palabra de Dios Son personas libres pero no rebeldes. Pueden expresarse de acuerdo a la amplitud que los llevó el Señor, Jn 10:9. Se mueven y están guiados por la entera libertad y el amor. También son personas que pueden escandalizar. Esto sucede cuando se trata de desenmascarar la hipocresía, de poner en crisis el desorden constituido, de levantar la voz en nombre de la justicia, del amor y de la paz. Son capaces de gritar contra el escándalo a la "gente de buena conciencia". El evangelio es también una fuerza de crítica. Las palabras de Miqueas los identifican "En cambio, a mí, el espíritu del Señor me llena de fuerza, justicia y valor, para echarle en cara a Israel su rebeldía y su pecado". "La vocación del cristiano no consiste en ser guardián del orden constituido. No hay que confundir la justicia con la legalidad". La palabra de Dios pone en crisis todas las estructuras, todas las leyes y todas las experiencias. "Los cristianos, no estamos llamados para "custodiar" el orden constituido, sino que estamos llamados a inspirarlo y darle vida, a ser levadura". La justicia se convierte en la crisis continua de la legalidad. "La justicia empuja hacia adelante, no conserva: fermenta, no aprisiona" Los profetas y profetisas saben reducir sus intervenciones a lo esencial porque maduran en el silencio y en la contemplación para escuchar a Dios en lo que quiere. Se concentran en Dios y se ponen al corriente de los proyectos de Dios. Saben señalar la dirección exacta y proporcionan un poco de luz. Todos estamos llamados a ser profetas y profetisas, sacudir las modorras que le impiden a la Iglesia caminar a remolque. Esto trae desconfianzas, hostilidades, incomprensiones. Cuando uno gana solamente sufrimientos, cuando a uno le toca pagar personalmente, "el camino es bueno". ¿Cómo es tu camino? Mt 23:37-38: »¡Oh Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste. Y ahora, mira, tu casa está abandonada y desolada"
Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

domingo, 29 de noviembre de 2020

EL ROSTRO FEMENINO DE DIOS

 EL ROSTRO FEMENINO DE DIOS

En ocasiones Jesús habló de Dios o del Reino apelando a figuras masculinas. Era la forma más común. Los varones eran la referencia cultural más habitual. Lo nuevo fue que el mismo Jesús usó figuras de mujeres para ilustrar cómo era Dios y cómo actuaba. Antes, el profeta Isaías y otros lo habían hecho (Is.49:14-16).
Después de la parábola de la oveja perdida (Lc.15:3-7), narró otra, la de la moneda perdida. En este caso la protagonista es una pobre mujer que ha perdido una de las diez monedas que tenía, y ante su infortunio, enciende la lámpara, barre la casa y, con mucho afán, la busca hasta encontrarla. Así se hace cuando la pobreza es mucha.
Ante la buena noticia, reúne a sus amigas y vecinas. Por cierto, en esta parábola solo aparecen personajes femeninos: la dueña de las monedas, sus vecinas y sus amigas. No hay ni un solo hombre. Ya habían estado en la parábola anterior, la del pastor y sus ovejas.
Así habló Jesús acerca de Dios: unas veces como varón y otras como mujer. Al fin y al cabo, de Dios solo se puede hablar por medio del lenguaje figurado. Dios es Dios. Ni es mujer, ni es varón; ni anciano, ni niño; ni rico, ni pobre. Es Dios.
En este caso, Jesús se dio la libertad de presentarlo como una mujer pobre, luchadora, necesitada, perseverante y alegre, rodeada de vecinas y amigas que se alegran con Ella por una simple monedita que se le había perdido. Es el feliz y conmovedor rostro femenino de Dios.
LUCAS‬ ‭15:8-10 (Biblia La Palabra) ‬ ‭
“O también, ¿qué mujer, si tiene diez monedas y se le pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa y la busca afanosamente hasta que la encuentre? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “¡Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido!”. Pues yo les digo que, igualmente, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.”
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Foto de Gilbert Lennox

martes, 24 de noviembre de 2020

UNA HIGUERA EN DIFICULTADES

UNA HIGUERA EN DIFICULTADES
Jesús se dirigía rumbo al templo de Jerusalén y viendo una higuera fue a buscar su fruto pero se encontró con una planta que observaba escrupulosamente el reglamento: “No era tiempo de higos”
Este episodio representa una parábola dramatizada. Son las pretensiones de Dios en relación con nosotros. Cristo nos pide algo más. Como si dijera: La fe tiene la obligación de realizar milagros.
Puedo aparentar que soy un árbol frondoso y lleno de hojas, pero lo que Jesús busca es fruto. Dios espera que su pueblo de fruto a tiempo y fuera de tiempo, (2 Ti 4:2). Dios nos considera capaces de hacer cosas imposibles (Jn 14:12).
El problema del templo era que aparentaba vida, pero sus hermosas hojas escondían un tremendo vacío. La gente que se acercaba a esta higuera no encontraba algo que les satisficiera la sed y el hambre. La Higuera está simbolizando al sistema religioso de la época con sus componentes políticos. Los problemas se centran finalmente en la esterilidad de la higuera, la falta de fruto, la estructura excluyente del templo o institución.
¿Cuál es el fruto que busca el Señor en medio de su iglesia?
“Al día siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre. Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si había algún fruto. Cuando llegó a ella sólo encontró hojas, porque no era tiempo de higos. ¡Nadie vuelva jamás a comer fruto de ti!, le dijo a la higuera. Y lo oyeron sus discípulos.” Mr. 11:12-14
Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox