Ver a las iglesias locales llevando todo el evangelio a todo el mundo
lunes, 26 de octubre de 2020
miércoles, 21 de octubre de 2020
domingo, 11 de octubre de 2020
viernes, 9 de octubre de 2020
NOTICIAS DESDE EL PAIS VASCO – OCTUBRE DEL 2020 – FAMILIA SCOTT RIZZO ¡
NOTICIAS DESDE EL PAIS VASCO – OCTUBRE DEL 2020 – FAMILIA SCOTT RIZZO
¡Hola queridos amigos!
Ha llegado el otoño al País Vasco y después de haber tenidos algunos días de mucho calor en el verano, volvió el típico clima de esta hermosa tierra: Lluvia, y un poco de frio y viento. En esta breve carta queremos compartirles nuestras últimas noticias como familia y algunos motivos de oración. Ahí vamos….
FAMILIA
Gracias a Dios Iker volvió a la escuela después de mucho tiempo de no haber ido por la problemática de la pandemia. Volvió muy contento y las maestras nos dicen que lo ven muy bien. Hoy también comenzó Música Terapia en un centro de música de la ciudad de San Sebastián. La música es algo que le gusta mucho a Iker y es muy bueno para recordar y hacer melodías. Seguimos orando mucho por su salud y seguimos trabajando de manera integral para poder ayudarle. Martu hace poco comenzó a ir a clases de dibujo, ya que es algo que le gusta mucho hacer y también comenzó un curso online de taller de escritura creativa. Y Daniel durante dos meses del verano estuvo haciendo un curso intensivo de euskara. En este momento comenzó a escribir su segundo libro sobre versos en euskara y coplas, payadas y rap en castellano.
Con respecto a la necesidad de mudarnos de casa, aun no pudimos encontrar otro alquiler, y estamos teniendo algunas trabas ya que la mayoría de los propietarios piden contrato de trabajo con nomina en España.
MINISTERIO
- LA COMUNIDAD DE FE EN EUSKARA: Con la ayuda del Señor seguimos reuniéndonos los miércoles y los domingos a la tarde, pero en este momento estamos haciendo las reuniones online por los rebrotes del coronavirus en País Vasco y España. Durante un tiempo estuvimos reuniéndonos en nuestra casa con posibilidad de conectarse también vía ordenador/computadora, pero ahora es todo vía online, hasta que la situación este mejor. Los miércoles hacemos una reunión de oración y los domingos nos reunimos para alabar a Dios, compartir los símbolos de la mesa del Señor y estamos haciendo un estudio bíblico participativo del libro de Hechos.
Gracias a Dios el grupo sigue adelante y ahora también estamos involucrados en un proyecto con otros hermanos misioneros para hacer nuevos videos en euskara para fines de octubre.
- EL LIBRO DE MARTU: Martu en este mes está terminando de escribir un libro de estudio bíblico sobre diferentes temas. Es un libro devocional pero también de estudio bíblico donde se hace preguntas al texto para que cada persona pueda hacer su propia reflexión. Ya le queda muy poquito para terminar. La idea es poder editarlo e imprimirlo tanto en castellano como en euskara.
- LA VENTA EN LOS PUEBLOS DEL LIBRO DE DANI: Desde fines de agosto Daniel está yendo de pueblo en pueblo alrededor del País Vasco para vender el libro que escribió sobre versos en euskara y coplas y payadas en castellano. Gracias a Dios el libro está teniendo una muy buena recepción en los pueblos y es una manera de compartir el evangelio, ya que en muchos de los versos habla de Jesús y de los valores del Reino de Dios.
También a través de la venta del libro, el Señor le permitió tener muy buenas conversaciones sobre la fe con algunas personas. Para aprovechar los viajes también suele dejar en algunas casas de los pueblos postales en euskara con una reflexión y la web de la Comunidad de fe.
MOTIVOS DE ORACION
- Por nuestra salud física y emocional
- Por la sanidad de Iker.
- Por nuestro sostén económico.
- Por la Comunidad de fe en euskara.
- Por el pueblo de Usurbil (el pueblo donde vivimos)
- Por los próximos videos que se van a hacer en euskara para compartir el evangelio.
- Por los pueblos y las personas que están recibiendo los libros de Dani y las postales.
- Por el libro de Martu, para que sea una herramienta para bendecir a muchas personas.
- Por un avivamiento del Espíritu Santo en el Pueblo Vasco.
Muchas gracias amigos de todo corazón por vuestras oraciones, apoyo y ánimo. ¡Que Dios los bendiga mucho!
Besarkada handi bat/Un abrazo grande
Daniel, Martu e Iker
domingo, 4 de octubre de 2020
sábado, 3 de octubre de 2020
miércoles, 30 de septiembre de 2020
domingo, 27 de septiembre de 2020
viernes, 25 de septiembre de 2020
Hambrientos de buenas noticias en tiempos de pandemia | Lausanne Movement
Hambrientos de buenas noticias en tiempos de pandemia | Lausanne Movement: Acontecimientos mundiales como una pandemia rara vez se experimentan de manera uniforme. La consideración de las tendencias mundiales puede ayudarnos a comprender nuestros contextos locales…
miércoles, 23 de septiembre de 2020
"Tercer Espacio para una iglesia sin iglesia"
"Tercer Espacio para una iglesia sin iglesia"
Cuando hablamos de una Iglesia sin iglesia hablamos de una iglesia sin legalismo, no tradicional, no denominacional.
Hablamos de personas que se encuentran sin una iglesia a la cual pertenecer y están buscando una comunidad que sigue a Jesucristo.
Hablamos de personas que están en una búsqueda de Dios pero lejos de una religiosidad que se manifiesta en estructuras, reglamentos, etiquetas.
Cuando hablamos de un "tercer espacio" y una "iglesia sin iglesia" hablamos de estar lejos de modelos de repetición, tradicionales y jerárquicos.
Hablamos de un espacio que esté lejos del amor al poder.
Un tercer espacio nos quiere hablar del poder del amor, escuchar, del apego, la empatía, la proximidad, la equidad, la ternura, la amplitud, la gracia, la libertad, el respeto, el cuidado mutuo, la aceptación, el perdón.
Un tercer espacio nos habla de la misión que se concreta en la búsqueda del otro, del servicio en la sociedad local, de la solidaridad con los que sufren , de la cooperación global donde el evangelio no ha llegado.
Una iglesia sin iglesia es donde se encuentra este tercer espacio para sanar, para volver a creer, para desarrollar la fe, tener esperanza y en libertad decidir dónde seguir y a qué comunidad pertenecer.
Bienvenido a una iglesia sin iglesia. Bienvenido a este "tercer espacio". Un puente de esperanza hacia un nuevo lugar en libertad.
"Arriesgarse es perder el equilibrio momentáneamente. No arriesgarse es perderse a uno mismo". Soren Kierkegaard
Hablamos de personas que están en una búsqueda de Dios pero lejos de una religiosidad que se manifiesta en estructuras, reglamentos, etiquetas.
Cuando hablamos de un "tercer espacio" y una "iglesia sin iglesia" hablamos de estar lejos de modelos de repetición, tradicionales y jerárquicos.
Hablamos de un espacio que esté lejos del amor al poder.
Un tercer espacio nos quiere hablar del poder del amor, escuchar, del apego, la empatía, la proximidad, la equidad, la ternura, la amplitud, la gracia, la libertad, el respeto, el cuidado mutuo, la aceptación, el perdón.
Un tercer espacio nos habla de la misión que se concreta en la búsqueda del otro, del servicio en la sociedad local, de la solidaridad con los que sufren , de la cooperación global donde el evangelio no ha llegado.
Una iglesia sin iglesia es donde se encuentra este tercer espacio para sanar, para volver a creer, para desarrollar la fe, tener esperanza y en libertad decidir dónde seguir y a qué comunidad pertenecer.
Bienvenido a una iglesia sin iglesia. Bienvenido a este "tercer espacio". Un puente de esperanza hacia un nuevo lugar en libertad.
"Arriesgarse es perder el equilibrio momentáneamente. No arriesgarse es perderse a uno mismo". Soren Kierkegaard
Carlos Scott
lunes, 21 de septiembre de 2020
Un "Tercer Espacio" para una "Iglesia sin Iglesia" - Comunidades cristianas para cada contexto | Lausanne Movement
Comunidades cristianas para cada contexto | Lausanne Movement: La pandemia del COVID-19 ha estimulado a los líderes de iglesias de todo el mundo a hacer preguntas inquisidoras sobre la vida de la iglesia. Cuando salgamos de la crisis y entremos quizás en una…
domingo, 20 de septiembre de 2020
sábado, 19 de septiembre de 2020
UNA CHISPA QUE CAMBIA LOS LATIDOS DEL CORAZÓN, Lc 24:13-49
UNA CHISPA QUE CAMBIA LOS LATIDOS DEL CORAZÓN, Lc 24:13-49
El día que Jesús resucitó se encontró con dos de sus seguidores en el camino a Emaús (Lc 24:13-35). Jerusalén se había transformado en un lugar peligroso donde había hostilidad e incertidumbre. Estos creyentes estaban abatidos y preocupados. Se dirigían hacia el oeste y la puesta del sol. Sus esperanzas parecían estar muertas y enterradas. Sus sueños destruidos, era el ocaso. Parecía no tener explicación lo ocurrido con Jesús de Nazaret.
Jesús les dió significado a las cosas, les presentó un gran panorama, un amanecer y sus vidas tuvieron sentido. No comenzó por el final sino por el principio. La escritura dice: “Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras”, Lc 24:27.
Jesús habló con ellos y la oscuridad se hizo luz. No hubo ninguna receta mágica. La invitación fue simplemente a leer y a entender. Acercarnos a la palabra de Dios como realidad viva, como fuego. Confiarnos a la guía del Espíritu. Tener el coraje de arriesgar el corazón y de ir más lejos.
“Entonces se le abrieron los ojos y lo reconocieron…”. En una comida común, en una casa común y con un pan común fueron como estos hombres reconocieron a Jesús. “Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?, Lc 24:32. La palabra que nos alcanza, es siempre el fenómeno de estar en el camino.
Ellos regresaron a Jerusalén lugar de peligro y hostilidad. Se preparaba la expansión global de su gloria. Esta sería lanzada con los discípulos desde un lugar peligroso: Jerusalén. Nada pudo detener la obediencia y el gozo de entender la gran visión del Señor. “Para dejar de caminar con pasos torpes, es necesaria una chispa, una sacudida que cambie el ritmo de los latidos del corazón”
Como iglesia en el día de hoy necesitamos que Jesús se ponga a nuestro lado y nos abra el entendimiento para comprender las escrituras en la visión de Dios (Lc 24:45-48). Tenemos un propósito que nos trasciende. El lugar peligroso es donde experimentamos el poder del Señor.
¿Qué significa estar en un lugar peligroso? ¿Cómo lo definimos? ¿Qué implicancias tiene?
¿En qué sentido los lugares donde estamos se pueden transformar en peligrosos?
¿Cuáles son los desafíos que debemos tomar en los lugares que Dios nos colocó?
domingo, 13 de septiembre de 2020
miércoles, 9 de septiembre de 2020
Mi lugar en la Misión de Dios - Abrazando a las Naciones en tiempo de pandemia, Lc 24:13-49
El día que Jesús resucitó se encontró con dos
de sus seguidores en el camino a Emaús (Lc
24:13-35). Jerusalén se había transformado en un lugar peligroso donde había
hostilidad e incertidumbre. Estos
creyentes estaban abatidos y preocupados. Se dirigían hacia el oeste y la
puesta del sol. Sus
esperanzas parecían estar muertas y enterradas. Sus sueños destruidos, era
el ocaso. Parecía no tener explicación lo ocurrido con Jesús de Nazaret.
Jesús
les dió significado a las cosas, les presentó un gran panorama, un amanecer
y sus vidas tuvieron sentido. No comenzó por el final sino por el principio. La
escritura dice: “Entonces, comenzando por Moisés y por
todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras”, Lc 24:27.
Jesús
hablo con ellos y la oscuridad se hizo luz. No hubo ninguna receta mágica. La invitación fue simplemente a leer y a
entender. Acercarnos a la palabra de Dios como realidad viva, como fuego.
Confiarnos a la guía del Espíritu. Tener
el coraje de arriesgar el corazón y de ir más lejos.
“Entonces
se le abrieron los ojos y lo reconocieron…”. En una comida común, en una
casa común y con un pan común fueron como estos hombres reconocieron a Jesús. “Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía
nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba
las Escrituras?,
Lc 24:32. La palabra que nos alcanza, es
siempre el fenómeno de estar en el camino.
Ellos
regresaron a Jerusalén lugar de peligro y hostilidad. Se preparaba la expansión
global de su gloria. Esta sería lanzada con los discípulos desde un lugar
peligroso: Jerusalén. Nada pudo detener
la obediencia y el gozo de entender la gran visión del Señor. “Para dejar de
caminar con pasos torpes, es necesaria una chispa, una sacudida que cambie el
ritmo de los latidos del corazón”
En Jerusalén junto a todos los discípulos
Jesús mismo se puso en medio de ellos y
les dijo: Paz a ustedes…” Lc 24:36.
“―Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo
padecerá…”. Jesús acentúa
la cruz. “… y resucitará al
tercer día,” Jesús acentúa
su resurrección. “y en su nombre
se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones,
comenzando por Jerusalén.” Jesús acentúa la urgencia de la tarea en la
misión mundial. “Ustedes son
testigos de estas cosas. Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi
Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder
de lo alto.” Lc 24.46-49. Jesús
acentúa el secreto del poder.
“Cuando
estalló la persecución los apóstoles no se dispersaron… Permanecieron
donde era más estratégico y, sin embargo, más peligroso. Fueron arrestados,
humillados, censurados y golpeados más de una vez (Hch 4:1-21 y 5:17-41). Pero,
aun así, continuaron. Con el tiempo, Jacobo fue muerto (Hch 12:2). Aun
entonces, siguieron en Jerusalén, rehusándose a huir… Pedro fue arrestado. Fue
necesaria una liberación angelical para terminar de convencerlo de buscar un
lugar más seguro fuera de la ciudad (Hch 12:7). No hay ninguna indicación de
que alguno del resto de los doce haya ido con él. Estas eran personas
obstinadamente obedientes. Al parecer, no había amenazas que pudieran
intimidarlos”
Ser testigo implica actuar en un contexto
público. No es solo afirmar los hechos de
Jesús sino también seguirle con disposición de sufrir (Hch 14:21-23). Es un testimonio constituido por el
sufrimiento. Todo esto se da por hombres y mujeres comunes que actúan con
valor. Son estos tiempos cuando se establece el valor de seguir a Cristo. “Y seguía
aumentando el número de los que creían y aceptaban al Señor.” (Hch 5:14)
Como
iglesia en el día de hoy necesitamos que Jesús se ponga a nuestro lado y nos
abrá el entendimiento para comprender las escrituras en la visión de Dios (Lc
24:45-48). Tenemos un propósito que nos transciende. Necesitamos renovar la confianza puesta en el Señor para ser testigos
fieles en la ciudad, la nación y el mundo.
Es predicar el evangelio, no
claudicar, no tranzar, no negociar valores y principios. El lugar peligroso es
donde experimentamos el poder del Señor.
Preguntas para reflexionar y trabajo en
grupos pequeños:
¿Qué significa estar en un lugar peligroso?
¿Cómo lo definimos? ¿Qué implicancias tiene?
¿En qué sentido los lugares donde estamos se
pueden transformar en peligrosos?
¿Cuáles son los desafíos que debemos tomar en
los lugares que Dios nos colocó?
¿Cuál es el mandato y la misión? ¿Cómo lo
podemos hacer efectivo?
Carlos
Scott
domingo, 6 de septiembre de 2020
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”, Jn 9:35-41
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”, Jn 9:35-41 “Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre, y al encontrarlo le pregunto: ¿Crees en el hijo del hombre? - ¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él. – Pues ya lo has visto -le contesto Jesús-; es el que está hablando contigo. – Creo, Señor – declaro el hombre. Y postrándose, lo adoró.”
El evangelio de Juan nos sigue confrontando con la transformación de un ciego y su proceso de crecimiento. Creer implica “procesos” y Dios nos invita a “creer y seguir creyendo”. Este hombre avanzo en el proceso de confesar a Jesús y el texto de Juan nos anima cuando dice: “Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres… Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres”, Jn 8.31-32,36.
“Creer en Jesús” no es un solo acto o evento. Al contrario, es todo un proceso dinámico como fue el que experimento este ciego. En este sentido, uno puede tener una fe parcial y creciente o lamentablemente menguante. Frente a los desafíos que nos plantea Jesús, la reacción negativa nunca deja de ser una posibilidad real en este evangelio. Los ejemplos que más nos pueden impresionar aparecen en diferentes capítulos referidos a discípulos que creyeron y luego volvieron hacia atrás como ser en: 6:60-66, 8:31-59 y la traición de Judas, 13:21-30 y 18:3.
Como discípulos de Jesús necesitamos profundizar nuestra entrega, 21:15-22. La fe es un proceso dinámico en la que Jesús nos desafía una y otra vez a seguir creyendo. Cada desafío, cada cuestionamiento, es, en realidad, la invitación a dar un paso adelante en el proceso del discipulado.
“Entonces Jesús dijo: -Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos. Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: - ¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos? Jesús les contestó: -Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece.”
La luz de Jesús iluminó al ciego integralmente, pero provocó el rechazo de las autoridades. Lo que funcionó para producir la salvación en uno, produjo la separación de otros. Mientras que este hombre iba abriéndose progresivamente a Jesús, los religiosos se cerraron. El gran error de ellos no estaba en ser ciegos. El problema fue que, siendo ciegos, pretendían ver. Esa pretensión los llevo a rechazar una nueva visión de Jesús. “No hay peor ciego que el que no quiere ver”
¿En qué proceso nos encontramos en el seguimiento de Jesús? ¿Qué pasos debería seguir dando para tener una fe creciente y una nueva visión de Jesús? ¿Qué nuevos desafíos y cuestionamientos presenta Jesús a la vida de la iglesia?
viernes, 4 de septiembre de 2020
jueves, 3 de septiembre de 2020
Gobernar provocando miedo ¿Cómo hacer para que desaparezca una persona?, Jn 9:24-34
Gobernar provocando miedo ¿Cómo hacer para que desaparezca una persona?, Jn 9:24-34
Ante el testimonio del ciego las autoridades no lograron que el milagro desaparezca y por segunda vez lo vuelven a llamar: “Júralo por Dios. A nosotros nos consta que ese hombre (Jesús) es pecador”. Por otro lado, los padres no quisieron solidarizarse con su hijo, pero tampoco podían negar que había nacido ciego. Por lo tanto, las autoridades renovaron su ataque al hombre sanado. Querían doblarle el brazo de alguna manera hasta desacreditar al autor del milagro. Una y otra vez estos religiosos muestran que no les interesa la dignidad de la persona, la verdad y el respeto. Están dispuestos a humillar y avergonzar a todo aquel que no siga sus “reglas y tradición”.
El ciego afirmo su testimonio: “Si es pecador no lo sé. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo” (v25). Frustrados otra vez, los fariseos insistieron que el hombre volviera a relatar lo sucedido. Su respuesta fue: “Ya les dije y no me hicieron caso, ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿Es que también ustedes quieren hacerse sus discípulos? (v27).
La situación puso a las autoridades a la defensiva, su respuesta fue despectiva y lo insultaron: ¡Discípulo de ése serás tú! (v28). Nuevamente el hombre les responde con ironía, pero con certeza: ¡Allí esta lo sorprendente!, que ustedes no sepan de donde salió, y que a mí me haya abierto los ojos... Si este hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada”, (Vs30-33).
El relato termina expresando la máxima crueldad por parte de los religiosos: “Tú, que naciste sumido en pecado, ¿vas a darnos lecciones? Y lo EXPULSARON” (v34).
Jesús al curar y sanar en los días sábados estaba mostrando que la ley había sido superada y cuestionaba la base de la identidad de estos religiosos al refugiarse en Moisés. La única posibilidad para ellos era experimentar un nuevo nacimiento en la manera que fue desafiado Nicodemo, Jn 3:1-8.
La insistencia de las autoridades sirvió para abrirle más los ojos al que una vez fue ciego. Los fariseos en su afán de desacreditar a Jesús se desacreditaron a sí mismo. El hombre “laico” se hizo cada vez más firme y se atrevió a recordarles algunos principios teológicos al “clero”. La veracidad del hombre y su insistencia en decir solo la verdad hizo que estas autoridades se cerraran más y más.
La comprensión del pecado para ellos implicaba descartar a otros seres humanos o buscar la justificación para dejarlos de lado. No tenían que dejarse cuestionar por las obras de Jesús y el testimonio del ciego porque sencillamente para ellos eran pecadores. Usaron la categoría del pecado para deshumanizar a otros y justificar su rechazo a ellos.
¿En qué situaciones solemos deshumanizar a las personas? ¿En qué hechos o circunstancias avergonzamos a la gente y no defendemos su dignidad?
¿Estamos abiertos a revisar nuestros modelos y examinar, evaluar y cambiar nuestra manera de hacer las cosas? ¿Nuestra identidad está basada en alguna estructura religiosa, reglamentos, estatutos o “etiquetas”? ¿Qué nuevo nacimiento necesitamos?
Carlos Scott
Ante el testimonio del ciego las autoridades no lograron que el milagro desaparezca y por segunda vez lo vuelven a llamar: “Júralo por Dios. A nosotros nos consta que ese hombre (Jesús) es pecador”. Por otro lado, los padres no quisieron solidarizarse con su hijo, pero tampoco podían negar que había nacido ciego. Por lo tanto, las autoridades renovaron su ataque al hombre sanado. Querían doblarle el brazo de alguna manera hasta desacreditar al autor del milagro. Una y otra vez estos religiosos muestran que no les interesa la dignidad de la persona, la verdad y el respeto. Están dispuestos a humillar y avergonzar a todo aquel que no siga sus “reglas y tradición”.
El ciego afirmo su testimonio: “Si es pecador no lo sé. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo” (v25). Frustrados otra vez, los fariseos insistieron que el hombre volviera a relatar lo sucedido. Su respuesta fue: “Ya les dije y no me hicieron caso, ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿Es que también ustedes quieren hacerse sus discípulos? (v27).
La situación puso a las autoridades a la defensiva, su respuesta fue despectiva y lo insultaron: ¡Discípulo de ése serás tú! (v28). Nuevamente el hombre les responde con ironía, pero con certeza: ¡Allí esta lo sorprendente!, que ustedes no sepan de donde salió, y que a mí me haya abierto los ojos... Si este hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada”, (Vs30-33).
El relato termina expresando la máxima crueldad por parte de los religiosos: “Tú, que naciste sumido en pecado, ¿vas a darnos lecciones? Y lo EXPULSARON” (v34).
Jesús al curar y sanar en los días sábados estaba mostrando que la ley había sido superada y cuestionaba la base de la identidad de estos religiosos al refugiarse en Moisés. La única posibilidad para ellos era experimentar un nuevo nacimiento en la manera que fue desafiado Nicodemo, Jn 3:1-8.
La insistencia de las autoridades sirvió para abrirle más los ojos al que una vez fue ciego. Los fariseos en su afán de desacreditar a Jesús se desacreditaron a sí mismo. El hombre “laico” se hizo cada vez más firme y se atrevió a recordarles algunos principios teológicos al “clero”. La veracidad del hombre y su insistencia en decir solo la verdad hizo que estas autoridades se cerraran más y más.
La comprensión del pecado para ellos implicaba descartar a otros seres humanos o buscar la justificación para dejarlos de lado. No tenían que dejarse cuestionar por las obras de Jesús y el testimonio del ciego porque sencillamente para ellos eran pecadores. Usaron la categoría del pecado para deshumanizar a otros y justificar su rechazo a ellos.
¿En qué situaciones solemos deshumanizar a las personas? ¿En qué hechos o circunstancias avergonzamos a la gente y no defendemos su dignidad?
¿Estamos abiertos a revisar nuestros modelos y examinar, evaluar y cambiar nuestra manera de hacer las cosas? ¿Nuestra identidad está basada en alguna estructura religiosa, reglamentos, estatutos o “etiquetas”? ¿Qué nuevo nacimiento necesitamos?
Carlos Scott
miércoles, 2 de septiembre de 2020
“No hay peor astilla que la del mismo palo”, Jn 9:20-23
“No hay peor astilla que la del mismo palo”, Jn 9:20-23
Todos somos conscientes de las jugadas que se hacen en la vida diaria cuando se intenta ignorar o hacer desaparecer determinados hechos que han ocurrido.
Cuando las autoridades niegan la realidad y se dan cuenta que no tienen por parte del ciego la declaración que buscaban comienzan a indagar a sus padres: ¿Es este su hijo, el que dicen ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? (v19)
La respuesta de los padres fue: “Sabemos que este es nuestro hijo, y sabemos también que nació ciego. Lo que no sabemos es como ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya estos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo”, (v20-22)
Los padres en cierto sentido intentaron los mismo que las autoridades. No negaron la ceguera de su hijo. Hicieron algo peor: lo abandonaron ante la amenaza oficial. En vez de apoyar o ser solidarios con su hijo lo dejaron solo. En vez de estar alegres por su sanidad actuaron en base al miedo y la conveniencia.
Defender a su hijo implicaba ponerse al lado de su testimonio, no acomodarse con la estructura religiosa, sus reglamentos y sufrir las consecuencias. En vez de hacer esto se alejaron de su hijo: “Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo”. Sus padres le dejaron mendigar en la calle y ahora fueron capaces de abandonarlo ante la amenaza oficial.
Una de las cosas tristes que nos puede pasar es hacer desaparecer asuntos inconvenientes para buscar una paz barata o bien ignorar y no confrontar datos que nos cuestionan o nos revelan quienes somos. Frente a estos hechos ¿Cómo respondemos?
Este es buen tiempo para un autoexamen personal delante de Dios y de nuestro prójimo. También es muy buen tiempo para examinar nuestras estructuras religiosas y salir de todo legalismo que excluye. Un tiempo para ser confrontados con la luz de Dios y buscar a una iglesia que se quedó “sin iglesia”. Odres nuevos para un vino nuevo, Lc 5:37-39
¿Habrá un “tercer espacio” para la iglesia que se quedó “sin iglesia”? ¿Por dónde comenzamos?
Carlos Scott
Todos somos conscientes de las jugadas que se hacen en la vida diaria cuando se intenta ignorar o hacer desaparecer determinados hechos que han ocurrido.
Cuando las autoridades niegan la realidad y se dan cuenta que no tienen por parte del ciego la declaración que buscaban comienzan a indagar a sus padres: ¿Es este su hijo, el que dicen ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? (v19)
La respuesta de los padres fue: “Sabemos que este es nuestro hijo, y sabemos también que nació ciego. Lo que no sabemos es como ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya estos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo”, (v20-22)
Los padres en cierto sentido intentaron los mismo que las autoridades. No negaron la ceguera de su hijo. Hicieron algo peor: lo abandonaron ante la amenaza oficial. En vez de apoyar o ser solidarios con su hijo lo dejaron solo. En vez de estar alegres por su sanidad actuaron en base al miedo y la conveniencia.
Defender a su hijo implicaba ponerse al lado de su testimonio, no acomodarse con la estructura religiosa, sus reglamentos y sufrir las consecuencias. En vez de hacer esto se alejaron de su hijo: “Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo”. Sus padres le dejaron mendigar en la calle y ahora fueron capaces de abandonarlo ante la amenaza oficial.
Una de las cosas tristes que nos puede pasar es hacer desaparecer asuntos inconvenientes para buscar una paz barata o bien ignorar y no confrontar datos que nos cuestionan o nos revelan quienes somos. Frente a estos hechos ¿Cómo respondemos?
Este es buen tiempo para un autoexamen personal delante de Dios y de nuestro prójimo. También es muy buen tiempo para examinar nuestras estructuras religiosas y salir de todo legalismo que excluye. Un tiempo para ser confrontados con la luz de Dios y buscar a una iglesia que se quedó “sin iglesia”. Odres nuevos para un vino nuevo, Lc 5:37-39
¿Habrá un “tercer espacio” para la iglesia que se quedó “sin iglesia”? ¿Por dónde comenzamos?
Carlos Scott
martes, 1 de septiembre de 2020
¡Aquí, no pasó nada! ¡Esto no existió!, Jn 9:18-19
¡Aquí, no pasó nada! ¡Esto no existió!, Jn 9:18-19 El hombre ciego que había sido sanado no les dio a los religiosos lo que querían y declaro a favor de Jesús. Su testimonio fue demasiado positivo y fue sorprendente la reacción de las autoridades. Su preocupación consistió en como deshacerse del testimonio de este hombre.
Estos religiosos deciden llamar a sus padres para interrogarlos e indagar sobre el asunto. Es decir, en vez de corregir sus criterios frente a la realidad, querían “corregir” la realidad sobre la base de sus criterios. ¿Te suena conocida esta situación? ¡Aquí, no pasó nada! ¡Esto no existió!
El tema de fondo es que no hay un interés real por encontrar la verdad y establecer la equidad. Lo que se busca muchas veces ante estas situaciones es salvaguardar el statu quo, el poder, preservar la jerarquía, la tradición y el control. Hay que borrar los hechos inconvenientes.
El interés de Jesús una y otra vez es el Reino de Dios, su poder en acción y derrotar al mal. El poder del amor en vez del amor al poder. Jesús nos vuelve a examinar y confrontar con nuestra manera de vivir. Es la luz del mundo y nuestra luz para sanarnos y curarnos. Como seguidores de Jesús el consejo de Juan es que sigamos acercándonos a la luz para que se vea claramente las obras que realizamos, Jn 3:20-21.
¿Qué temas nos cuesta confrontar en nuestra propia vida? ¿Cuáles son nuestras realidades que contradicen una verdadera integridad, equidad y espiritualidad? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Qué situaciones podemos cambiar para que haya equidad, verdad, paz y amor?
Carlos Scott
Estos religiosos deciden llamar a sus padres para interrogarlos e indagar sobre el asunto. Es decir, en vez de corregir sus criterios frente a la realidad, querían “corregir” la realidad sobre la base de sus criterios. ¿Te suena conocida esta situación? ¡Aquí, no pasó nada! ¡Esto no existió!
El tema de fondo es que no hay un interés real por encontrar la verdad y establecer la equidad. Lo que se busca muchas veces ante estas situaciones es salvaguardar el statu quo, el poder, preservar la jerarquía, la tradición y el control. Hay que borrar los hechos inconvenientes.
El interés de Jesús una y otra vez es el Reino de Dios, su poder en acción y derrotar al mal. El poder del amor en vez del amor al poder. Jesús nos vuelve a examinar y confrontar con nuestra manera de vivir. Es la luz del mundo y nuestra luz para sanarnos y curarnos. Como seguidores de Jesús el consejo de Juan es que sigamos acercándonos a la luz para que se vea claramente las obras que realizamos, Jn 3:20-21.
¿Qué temas nos cuesta confrontar en nuestra propia vida? ¿Cuáles son nuestras realidades que contradicen una verdadera integridad, equidad y espiritualidad? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Qué situaciones podemos cambiar para que haya equidad, verdad, paz y amor?
Carlos Scott
lunes, 31 de agosto de 2020
INTEGRIDAD vs. MANIPULACIÓN
INTEGRIDAD vs. MANIPULACIÓN
“Ese hombre que se llama Jesús”, Jn 9: 8-17
La transformación y sanidad de un ciego fue algo fuera de la experiencia humana y a la gente le costó creerla. El ciego les explico cómo había sucedido su curación. Su testimonio fue sobre “ese hombre que se llama Jesús” (v11).
Cuando sus vecinos le preguntaron “¿Y dónde esta este hombre?” Su respuesta fue: “No lo sé”. Tampoco podía describir su apariencia física. Nunca lo había visto y nunca había estado con El.
El ciego comenzó a desarrollar un proceso de crecimiento con la bendición de Jesús. Sólo podía afirmarse en su bendición y seguir adelante.
Juan les escribe a sus contemporáneos a realizar un peregrinaje, un desarrollo y proceso que está fuera del control humano donde solo dependemos de la bendición de Jesús.
Los fariseos se refugiaron en su paradigma y tradición: “Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado (v16). No se alegraron ante este milagro, no afirmaron la misericordia y la verdad. Para ellos la obra de Dios sólo podía ser concebida dentro de su estructura y no perder el control.
Estos religiosos terminan presionando e interrogando al hombre, pero el que era ciego contradijo las declaraciones de ellos y dio su primer paso en el seguimiento de Jesús: “Yo digo que es profeta” (v17).
¿Dónde solemos colocar nuestra confianza? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Cómo está nuestro proceso de crecimiento en el seguimiento de Jesús? ¿Qué actitudes o acciones puedo tomar para seguir a Jesús?
Carlos Scott
Carlos Scott
domingo, 30 de agosto de 2020
¿Quién es el pecador?, Jn 9:1-7
¿Quién es el pecador?, Jn 9:1-7. Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: ¿Quién pecó él o sus padres? – Ni el pecó, ni sus padres - respondió Jesús.
La pregunta de los discípulos reflejaba que la enfermedad era vista como un castigo por el pecado y si un niño nacía con discapacidad le echaban la culpa a la persona o al pecado de los padres. Jesús contradijo la perspectiva de los discípulos y contradice la nuestra. Jesús vuelve a reinterpretar la ley, Ex 20:5.
Ellos veían la ceguera como la consecuencia de un pecado. Jesús por el contrario vio en esta circunstancia un motivo y una oportunidad para hacer la voluntad de Dios. Jesús no busco explicar o justificar la situación sino transformarla. Que la “obra de Dios” sea evidente (v3) y transformar el mundo es lo que Dios quiere. El llamado a los seguidores de Jesús es seguir sus obras y aun realizar otras “mayores”, Jn 14:12.
Es sencillo y muy cruel escondernos en un legalismo que está marcado en que la “culpa es de ellos” y nunca de nosotros. Echarles la culpa a las víctimas es la mejor salida para muchos, porque de esta manera no hace falta darles una mano. Lo que se demuestra en este actuar es justificar la indiferencia frente al sufrimiento humano. ¿Cuánta gente hay herida en nuestro contexto comunitario y religioso?
La sanidad del ciego fue un acto deliberado de “provocación profética”. La curación del ciego nos lanza un desafío a todos nosotros. Si la “obra de Dios” solo tiene que ver con ciertos tiempos y espacios sagrados, entonces podemos olvidarnos de lo que pasa en la calle. No podemos combinar iniquidad con cultos o servicios solemnes, Is 1:11-17. Los religiosos y otros se pusieron coléricos cuando Jesús enfatizo la misericordia por encima de la ley, el reglamento y todo legalismo.
¿Cómo funciona la fe en Dios? ¿Sirve para justificar nuestra indiferencia ante las necesidades humanas? ¿Nos impulsa a los necesitados para que sea evidente la “obra de Dios”? ¿Nos dirige a buscar a las personas que quedaron marginadas ante diferentes circunstancias? ¿Nos lleva a buscar a la iglesia “sin iglesia”? ¿Habrá un “tercer espacio” para volver a encontrarnos y caminar juntos?
Carlos Scott
La pregunta de los discípulos reflejaba que la enfermedad era vista como un castigo por el pecado y si un niño nacía con discapacidad le echaban la culpa a la persona o al pecado de los padres. Jesús contradijo la perspectiva de los discípulos y contradice la nuestra. Jesús vuelve a reinterpretar la ley, Ex 20:5.
Ellos veían la ceguera como la consecuencia de un pecado. Jesús por el contrario vio en esta circunstancia un motivo y una oportunidad para hacer la voluntad de Dios. Jesús no busco explicar o justificar la situación sino transformarla. Que la “obra de Dios” sea evidente (v3) y transformar el mundo es lo que Dios quiere. El llamado a los seguidores de Jesús es seguir sus obras y aun realizar otras “mayores”, Jn 14:12.
Es sencillo y muy cruel escondernos en un legalismo que está marcado en que la “culpa es de ellos” y nunca de nosotros. Echarles la culpa a las víctimas es la mejor salida para muchos, porque de esta manera no hace falta darles una mano. Lo que se demuestra en este actuar es justificar la indiferencia frente al sufrimiento humano. ¿Cuánta gente hay herida en nuestro contexto comunitario y religioso?
La sanidad del ciego fue un acto deliberado de “provocación profética”. La curación del ciego nos lanza un desafío a todos nosotros. Si la “obra de Dios” solo tiene que ver con ciertos tiempos y espacios sagrados, entonces podemos olvidarnos de lo que pasa en la calle. No podemos combinar iniquidad con cultos o servicios solemnes, Is 1:11-17. Los religiosos y otros se pusieron coléricos cuando Jesús enfatizo la misericordia por encima de la ley, el reglamento y todo legalismo.
¿Cómo funciona la fe en Dios? ¿Sirve para justificar nuestra indiferencia ante las necesidades humanas? ¿Nos impulsa a los necesitados para que sea evidente la “obra de Dios”? ¿Nos dirige a buscar a las personas que quedaron marginadas ante diferentes circunstancias? ¿Nos lleva a buscar a la iglesia “sin iglesia”? ¿Habrá un “tercer espacio” para volver a encontrarnos y caminar juntos?
Carlos Scott
jueves, 20 de agosto de 2020
IR A LA FIESTA Y QUEDARSE EN ELLA
IR A LA FIESTA Y QUEDARSE EN ELLA
Con el fin de aclarar los misterios del reino de los cielos (o de Dios), Jesús contó la parábola de una fiesta de bodas convocada por un rey, con unos invitados de honor que, al unísono, dijeron que no podían asistir.
Con el fin de aclarar los misterios del reino de los cielos (o de Dios), Jesús contó la parábola de una fiesta de bodas convocada por un rey, con unos invitados de honor que, al unísono, dijeron que no podían asistir.
El hombre, entonces, decidió invitar a gente que nunca había estado en el palacio, ni sabía de comidas exquisitas y, algunos, ni tenía vestido para la ocasión. Invitó a los que nadie invitaba, gente mala y gente buena.
Cuando el rey entró, vio que un invitado no tenía el vestido apropiado, lo cual, en aquella cultura, era un desprecio peor que no asistir a la boda. Y el rey ordenó que lo sacaran de la fiesta. Jesús finalizó la narración diciendo: “Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos”.
El reino es fiesta. Esa fiesta es para todos. Pero, los que se supone que iban a estar, no van, y participan lo que jamás nadie había pensado en ellos. Pero, aunque es para todos, no es de cualquier manera como se participa. Cada quien escoge si se viste o no con el traje que corresponde. “Vístanse como escogidos de Dios... Sean, pues, profundamente compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos.” (Col.3:12). Los crueles, inhumanos, arrogantes e intolerantes, no tienen parte en ese baile.
MATEO 22:1-14
“... Después dijo a los criados: “La boda está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de venir. Por tanto, vayan a las encrucijadas de los caminos inviten a la boda a todos los que encuentren”. Salieron los criados a los caminos y reunieron a cuantos encontraron, lo mismo malos que buenos. De esa manera, la sala de bodas se llenó de comensales. Cuando el rey entró a ver a los invitados, observó que uno de ellos no llevaba traje de boda y le preguntó: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?”. Él se negó a contestar. Entonces el rey dijo a los criados: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes”. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
“... Después dijo a los criados: “La boda está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de venir. Por tanto, vayan a las encrucijadas de los caminos inviten a la boda a todos los que encuentren”. Salieron los criados a los caminos y reunieron a cuantos encontraron, lo mismo malos que buenos. De esa manera, la sala de bodas se llenó de comensales. Cuando el rey entró a ver a los invitados, observó que uno de ellos no llevaba traje de boda y le preguntó: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?”. Él se negó a contestar. Entonces el rey dijo a los criados: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes”. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
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