viernes, 26 de noviembre de 2021

Habitó entre nosotros

“El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad” Jn 1.14

El Evangelio de Juan es un evangelio de sorpresas. Una gran sorpresa fue que el mundo no vio su gloria Jn 1.10 Cuando Jesús anduvo por los caminos polvorientos de Palestina parece que no caminaba en el aire o se transportaba en un vehículo último modelo con un coro de Ángeles. Fue todo lo contrario: se ensució tanto que parece que otros no vieron nada excepcional en él. Jesús hizo milagros, pero muchos que lo observaban no vieron nada Jn 6.30. Para ver a Jesús hacen falta los ojos de la Fe. Cuando el Verbo se hizo carne, al mundo no le costo nada ver en Jesús a un hombre, a un ser humano. El tema clave es darnos cuenta de que podemos ver algo más. Los religiosos y otros no lograron ver algo más; a nosotros también nos puede pasar sino lo vemos con los ojos de la Fe.

Ahora bien, ¿en qué consiste la verdadera gloria?  Esta gloria es servicio y buscar el bien para los demás. Esta lleno de gracia y verdad. Es misericordia y verdad. Se revela como un Dios fiel y misericordioso en el largo caminar de la humanidad y de su pueblo.

 Preguntas para la reflexión: ¿Qué tipo de gloria debemos ver y contemplar? ¿Qué relación tiene esto con la evangelización, misión y unidad de su pueblo?  

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox


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