sábado, 15 de mayo de 2021

¿Cuál es nuestra verdadera necesidad en la comunidad de fe?

 ¿Cuál es nuestra verdadera necesidad en la comunidad de fe?

Una iglesia de cara al mundo deja que el Espíritu reforme sus estructuras y organización. Lo importante para el Espíritu no son las estructuras sino la misión.
Seguir al Espíritu Santo es vivir centrados en "la persona de Jesucristo", "la gente" y no tanto en la institución, sus edificios, programas, reglamentos y estatutos. Hablamos de una iglesia cuya teología está basada en la relación y no en el rendimiento. La vida en el Espíritu destaca el apego por la pertenencia, la proximidad y la equidad junto a una fe sencilla cuyo concepto de éxito es la fidelidad a Jesucristo.
En el libro de los Hechos vemos que el Espíritu está decidido hacer nuevas cosas. Esto requerirá de un liderazgo diferente al conocido. Los apóstoles dijeron: “Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra.»” Hch 6:3-4
Es importante reflexionar sobre la relación que hay entre una misión que se va ampliando y la transformación de las estructuras junto al liderazgo de la iglesia para llevar a cabo esa misión.
El Espíritu hace surgir obreros para nuevas circunstancias y llevar adelante la misión. Por lo tanto: “Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos.” Hch 6:5-6
Como resultado de las decisiones que se tomaron, el texto de la palabra de Dios nos dice: “Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la Fe” Hch 6:7.
Nosotros como iglesia debemos ver en este tiempo cuáles son las nuevas circunstancias y contextos que nos toca vivir. Debemos preguntarnos cuál es la mejor contribución que podemos hacer a la misión de la iglesia que siempre es cambiante. ¿Cómo, dónde y quiénes pueden hacer esta diferencia cualitativa?
Para Pensar: ¿Pueden nuestras estructuras, tradiciones y modelos obstaculizar la misión? ¿En qué casos? ¿Cómo podemos superar estos obstáculos?
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

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